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Melones y sandías de diferentes tipos. Hay cientos de variedades de ambas especies. amanda lins / unsplash
Sandía o melón, las frutas de las vacaciones

Sandía o melón, las frutas de las vacaciones

Habituales en estas semanas en todos los puntos de venta, su consumo en fresco está consolidado, incluso crece en buena medida porque España es un gran productor. Pero, en las cocinas profesionales se están descubriendo fórmulas para tomar sandía y melón de un modo diferente p. 2

José Luis Pérez

Santander

Martes, 27 de julio 2021, 07:17

Estamos acostumbrados a consumir la fruta de temporada, aunque de unos años a ahora podamos disponer de la mayoría de variedades los doce meses del año gracias a los resultados que proporcionan los invernaderos y la agricultura moderna. Por ello, cuando llegan estas fechas, no es extraño asistir en el lineal de un supermercado o en la tienda del barrio al debate de si comprar melón o sandía. ¿Son incompatibles? En absoluto, cada uno tiene su momento y sus aplicaciones. Pero, por su aspecto, volumen y sensaciones que transmite en su degustación tienen ciertos paralelismos.

Ambos nos de la familia de las cucurbitáceas, por lo que no son estrictamente una fruta, aunque se tomen como tal. El melón (Cucumis melo) es una planta herbácea de porte rastrero que produce jugosos frutos en bayas, mientras que la sandía (Citrullus vulgaris) es un fruto que proviene de una planta trepadora.

EL MELÓN

  • 90%: Entre el 85 y el 90 % del melón es agua. Esta fruta se caracteriza por su alto poder antioxidante y antibacteriano.

  • Información nutricional: Vitamina C, vitamina A, potasio, flavonoides, manganeso, agua e hidratos de carbono. Es muy aconsejable en dietas de adelgazamiento y en tratamientos contra el insomnio.

  • Platos: Sopa de melón con jamón crujiente. Ajoblanco de melón con tartar de atún. Ensalada de melón, queso feta y anchoas. Tostada con melón, salmón y huevas. Batido de melón. Melón al horno con miel y nueces caramelizadas.

La pandemia no está incidiendo como se temía en el sector nacional de melón y sandía, que en 2020 mostraba su preocupación frente las dificultades de exportación y el cierre del canal horeca. Sin embargo, los datos de producción y consumo se mantuvieron en buenos índice, incluso creciendo ligeramente respecto a 2019 cuando en España se produjeron 641.000 tn de melón y 1.210.000 tn de sandía, de las cuales 455.000 y 911.000 tn respectivamente se dirigieron a la exportación, con un valor de 318 y 416 millones de euros, en el primer caso para el melón y en el segundo para la sandía.

Respecto al consumo, el hogar es mayoritario, como demuestra la cifra de que en 2019 a nivel doméstico se consumieron en España 359.000 tn, lo que supuso 7,8 kg. por persona y año. Por contra, el consumo extra domiciliario del melón se limitó a 2.950 tn lo que representó un 0,09 kg, por persona y año. En el caso de la sandía, el consumo global doméstico fue ligeramente superior, 373.000 tn, que dan un promedio de 8,1 kg por persona y año.

Entre ambas, el consumo anual por persona y año supera los 15 kilos y representa el 15% del total de la fruta fresca ingerida, con un gasto que significa el 10,7% del total destinado a este capítulo en la cesta de la compra, unos 15 euros.

LA SANDÍA

  • 93%: Es el elevado porcentaje de agua que contiene esta fruta. Así, es un recurso muy hidratante y depurativo.

  • Información nutricional: Ácido fólico, potasio, magnesio, fibra e hidratos de carbono. Su composición nutricional la hacen especialmente muy recomendable para embarazadas y deportistas.

  • Platos: Gazpacho de sandía y tomate. Ensalada de sandía, rúcula, aceitunas negras, miel y mostaza. Sorbete de sandía y lima. Limonada de sandía. Brochetas de sandía, atún y aguacate. Cáscara de sandía frita con aceite, ajo, cebolla, pimienta y azúcar.

Variedades

En el caso de la sandía, las principales variedades e híbridosson: Charleston Gray (cáscara gris); Chilena; Temprana del Canadá; Grey Bell; Klondike; Jubilee (verde brillante con rayas oscuras, semillas pequeñas); Rusa temprana; Pistoya; Híbrido Sugar Baby (la más cultivada, redonda con pocas pipas, corteza verde oscura, muy dulce); Híbridos Crimson (Corteza verde con rayas oscuras, pulpa roja con pocas semillas); Sweet Meat (muy dulce, sin pipas.

Cómo escoger un buen melón

¿Han visto en alguna ocasión ver a alguien dar golpes a un melón para ver cómo resuena su interior? Es una de las leyendas urbanas que rodean a esta fruta. La clave de su sabor no depende ni de ese sonido, ni de la tonalidad de su piel ni del aspecto de sus surcos.

Entonces, ¿de qué nos guiamos para elegir una buena pieza? Los melones son sometidos a diferentes controles en origen para clasificarlos por calibre, aspecto, tipo... y eso luego se refleja en el precio, por lo que generalmente los más caros son los mejores. Por ello es muy importante confiar en la marca que nos ha demostrado que sus melones son buenos y regulares, que sus agricultores han elegido la semilla y la variedad de calidad adecuada y que han desarrollado buenas prácticas durante todo el proceso, con un equilibrado suministro de nutrientes. También nos guiaremos a la hora de elegir que la pieza no esté golpeada porque ha sido protegida adecuadamente para el transporte.

Un buen melón debe consumirse en el punto óptimo de maduración y de nivel de azúcar. La forma más sencilla de saber si está maduro es presionar ligeramente en el extremo contrario a donde estuvo agarrado a la mata: si cede ligeramente es que está a punto; en caso contrario, será necesario dejarlo madurar en casa unos días.

Un melón de algo más de tres kilos, con pulpa firme, color marfil intenso, aroma elegante, jugoso y muy dulce, con un equilibrio entre volumen y peso es una referencia para seguir a esa marca si sale bueno. Otro dato, son más dulces los de regadío que los de secano.

Cocer, encurtir, aromatizar

En la cocina

Además de consumir en crudo, bien frescas -no conservar en la zona más fría de las neveras-, tanto sandía como melón ofrecen muchas más posibilidades en la cocina de las que normalmente empleamos. Así, por ejemplo, las pipas y la cáscara, que son habitualmente deshechos, pueden aprovecharse. Con las pipas tostadas, añadiremos matices a la tradicional crema de melón; y podemos cocerlas, deshidratarlas y caramelizarlas. Con la cáscara, podemos elaborar unos bastones encurtidos en escabeche e incluso aromatizar un aguardiente.

También podemos guisar el melón y usarlo para un caldo de cocción corta; en función de la textura y la fusión de sabores que busquemos. Por ejemplo, si lo cocemos durante doce horas a 70º, obtendremos cabello de ángel de melón -y un jugo de infusión-. Incluso las croquetas -con el melón previamente congelado para facilitar su manipulación y el relleno- pueden suponer un interesante juego de texturas.

El de contrastes adquiere dimensión en ensaladas, sopas y sorbetes. El melón es buen compañero del jamón, el queso, las aceitunas negras, los frutos secos, la cebolleta, las pasas, la lechuga, la zanahoria, el yogur, el tomate...

Mermeladas, helados, brochetas, gazpachos y ensaladas toman el sabor, el color y la frescura de la sandía, pero su versatilidad permite innovar. En una máquina de vacío, tras retirar el agua de la fruta, podemos introducir en ella nuevos líquidos y sabores; como el azafrán, el cacao o el marisco.

Entre el 85 y el 90 % del melón es agua. Esta fruta se caracteriza por su alto poder antioxidante y antibacteriano. Es el elevado porcentaje de agua que contiene esta fruta. Así, es un recurso muy hidratante y depurativo.

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