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Pudiera ser que unas Navidades cualquiera de las que están por venir, a usted le toque celebrarlas fuera de su hogar. Quizás en la otra punta de su comunidad autónoma, en un restaurante o en una casa con una familia conocida. Con la incertidumbre de tener que enfrentarse a un menú seguramente desconocido. Sabemos que en Cantabria lo más típico, y no hay más que darse una vuelta por la capital y ver los escaparates y puestos de tiendas y supermercados, son los caracoles, con esa salsa a base de cebolla, nueces, jamón, chorizo..., la sopa de pescado, los mariscos y algún pez al horno. No suelen faltar de postre las tostadas con el pan especial que, desde hace un par de semanas, ya se vende por doquier. Torrijas fritas en aceite de oliva y que se sirven generalmente frías con un almíbar bien perfumado con limón o naranja, y canela ¿Pero qué se cena o se come en Nochebuena y Navidad en el resto del país?
En todos los puntos de nuestra piel de toro priman, de entrada, por la noche o al día siguiente, el consomé o la sopa. Un primer plato para templar el estómago y reponerse del frío que se trae de la calle. Consomés de pollo, de vacuno o de verduras. Y de pescado en muchas provincias del Norte.
Madrid es muy de consomés. Es fácil ver a grupos de personas, familiares o amigos, tomar en los bares unas tazas de este líquido reparador antes de enfrentarse a la opulenta cena de Nochebuena o a la comida del día siguiente. Un plato habitual en la villa de la corte es la lombarda, que desde el siglo XVIII se prepara con manzana, uvas pasas y un chorrito de vinagre. La escarola es otra de las hortalizas habituales en el menú navideño de la capital, que acompaña muy bien al besugo al horno o al pavo, la pularda o el cochinillo. De postre, sopa de almendras perfumada con canela y vainilla.
Las previsiones para los dos días de fiesta son de cielo nublado y temperaturas entre 1 y 11 grados.
Si su parada está en Barcelona, el consomé se llama sopa de galets. Un caldo potente que se acompaña de una pasta de gran tamaño relleno de carne. Por el día, también se puede encontrar con la popular escudella i carn d’olla, un cocido para no quedarse con hambre. En Cataluña son también frecuentes durante estas fiestas los canelones de pollo, con la particularidad de que no llevan tomate entre sus componentes. Además, se suele servir a los invitados pavo relleno (salchichas, pasas, piñones, beicon, ciruelas...). Para terminar la cena, y además de los dulces típicos de estas fiestas, pueden probarse los neules, unos crujiente barquillos típicos de Cataluña que se mojan en cava.
En Nochebuena y Navidad el cielo estará totalmente despejado, con temperaturas entre 4 y 16 grados.
Sevilla, en estas fechas, mantiene esa luz tan especial que caracteriza a la capital andaluza. Se prevé un domingo nublado y un lunes con lluvia, con una mínima de 7 grados y una máxima de 19. Por eso, no viene nada mal comenzar el menú navideño con un consomé al Jerez, con ese toque que le da el vino al caldo que, en muchos lugares, se convierte en sopa de picadillo. Son típicos en Sevilla los huevos rellenos, los langostinos de Sanlúcar y la gambas de Huelva o el Puerto de Santa María, el pavo trufado, los mantecados y los canutillos rellenos. Últimamente está de moda la ensaladilla de langostinos como entrante.
En Bilbao se solían comenzar las comidas en estas fechas con coliflor o berza hervidas con un refrito de ajos. Después, si la cartera lo permite, se suele seguir con angulas y algún pescado, besugo o chicharro –ambos ahora en temporada–, cabrito y compota de manzana o unas ricas peras al vino tinto. El cielo en Bilbao estará con sol los dos días de fiesta y con temperaturas que oiscilarán entre los 6 y 16 grados.
La capital del Principado de Asturias apuesta para Nochebuena y Navidad por dos mariscos típicos de su costa, como son las andaricas (nécoras) y los oricios (erizos). Las primeras se pueden comer cocidas o a la plancha o bien en crema, un sustituto del consomé de otras provincias del país. En pescados, la apuesta es por el rape (pixín ), y en carnes por el pitu (pollo de corral) o el cabrito a la sidra. Con los postres típicos de Navidad se sirven en Asturias casadielles, una especie de empanadillas con anís y nueces. Resultan exquisitas las ‘moscovitas’ de la confitería Rialto, en Oviedo. Las previsiones apuntan dos días de buen clima, con una media entrre los 6 y los 16 grados.
El bacalao con coliflor fue el plato tradicional en toda Galicia, hasta los años sesenta. Pero aún en muchos hogares se mantiene la tradición. Esta verdura se recolecta entre noviembre y marzo. En la actualidad, este preparado se ha sustitudo por unos buenos mariscos de las rías, sin que falten los mejillones y las centollas. De carne, lo más habitual fue siempre el capón. La larpeira, una tarta dulce cubierta de crema pastelera, y la bizcochada, acompañan a los turrones y mazapanes habituales. Tiempo revuelto.
Segovia es un buen lugar para recalar durante estos días. Allí la gastronomía es muy rica y puede representar, perfectamente, al resto de las capitales de la comunidad de Castilla y León. También aquí es habitual comenzar la cena o comida de Navidad con un consomé, para continuar con una ración de chorizo de la olla, un embutido frito que para su conservación durante todo el año se guarda en un recipiente de barro con grasa de cerdo. La trucha se sirve antes del asado –cordero al horno– o el cochinillo, para terminar con un típico ponche segoviano. En Salamanca no hay que olvidar que se producen los afamados jamones de cerdo ibérico de Guijuelo y los turrones de numerosos sabores de La Alberca, uno de los pueblos más bonitos de España. Cielo nublado y temperaturas entre 1 y 11 grados para los dos días de fiestas navideñas.
La cena de Nochebuena o la comida de Navidad en Cantabria tiene una serie de platos habituales. Uno de ellos con los caracoles de pared, que se guisan con una salsa espesa hecha a base de embutido de cerdo, cebolla, ajos, nueces, tomate frito, pimentón, nueces y nuez moscada. Cuesta limpiarlos si se compran crudos, si bien ya hay un par de empresas que los comercializan limpios y cocidos. Plato potente para untar bien de pan.
Siempre ha sido tradicional la ensaladilla rusa, en especial el día de Navidad o Año Nuevo. Patata cocida, guisantes, zanahoria, bonito en conserva, aceitunas... y mayonesa.
Tras los pescados al horno o las habituales chuletillas de lechazo, y antes de los turrones y mazapanes, hay que comerse una tostada de pan y leche, frita en aceite y mantequilla, con su almíbar.
Hablar de Navidad es hablar de turrón, un postre hecho a base de almendras y miel, productos utilizados en Al-Ándalus para la fabricación de numerosos dulces. El duro, el de Jijona, y el blando, el de Alicante, no faltan en ningua mesa del país durante estos jornadas. Al arroz al horno en Valencia se le suman el bullit, un hervido de verduras, y la sopa de puchero con las pelotas de carne. En la capital del Turia el tiempo será soleado mañana y pasado, con una media entre 6 y 17 grados.
Cuenca es otra de esas bonitas ciudades españolas muy poco conocidas. Todo el mundo sabe de sus casas colgadas, pero muy poca gente ha cruzado el puente de San Pablo sobre el Huécar o ha visitado el Museo de Arte Abstracto que alberga este conjunto de edificaciones tan singulares. La gastronomía en esta capital manchega es sobria, pero al mismo tiempo llena de matices. Son típicos el morteruelo y los zarajos, las migas y el ajoarriero, pero mañana y pasado se recurrirá a la sopa de ajo y al cochinillo como productos principales para estas fiestas, en las que se prevén temperaturas de entre 1 y 11 grados.
Muchos son los cántabros que tienen a La Rioja como lugar donde pasar un fin de semana o unos días de vacaciones. Allí se come y se bebe bien y está a un tiro de piedra. No faltan en Navidad los espárragos que, aunque son de marzo, se conservan en lata o se han embotado artesanalmente en muchos hogares. También estos días se comen cardos con almendras, y chacinas y derivados del cerdo. Gusta en Logroño el besugo, cada año más caro y difícil de adquirir. Turrones y mazapanes se sirven de postre.
La temperatura en Logroño para estos días estará entre 1 y 13 grados, con cielo nublado.
También en Pamplona y en el resto de Navarra gustan muchos los espárragos en estas fiestas, además de las famosas alcachofas de Tudela, que con almejas se han convertido en una preparación del moda. De carne, lo más tradicional es el cordero al chilindrón. Los dulces navideños habituales sirven de postre aunque hay quien prefiere unas cuñas de queso del Roncal.
En Extremadura pueden presumir de tener uno de los jamones ibéricos más exquisitos del país. Con Denomniación de Origen Dehesa de Extremadura, compiten de tu a tu con los de Jabugo y Guijuelo. Por ello no falrtan, junto a otros productos del cerdo, en los hogares de esta comunidad autónoma. Si el viajero hace un alto en Cáceres o Badajos, no debe dejar de pedir una ración. El ajoblanco, el pavo trufado y el cochinillo al horno, son típicos también en estas fiestas. Entre 6 y 13 grados, con cielo nuboso, están previstos para domingo y lunes.
El jamón de Teruel, de cerdo blanco, tiene también su Denominación de Origen, si bien el bacalao al ajoarriero es plato de Navidad por excelencia en esta comunidad, junto al cardo con bechamel. También está su famoso ternasco, un cordero que se hace al horno, bien crujiente. En Zaragoza se prevén temperaturas de entre 1 y 13 grados, mañana sol y pasado agua.
Las islas tienen su gastronomía especial, con muchas influencias. En las Baleares se suele empezar la comida navideña con crema de almendras, habitual en otras regiones del país, y en su versión dulce o salada, según sea el caso. También se suele servir un consomé antes de pasar al pavo relleno, con pasas, piñones, salchichas, jamón... Los dulces típicos navideños no faltan en Palma de Mallorca o Ibiza. Cielo bublado, y entre 7 y 17 grados.
La huerta y el mar nutren de ricos productos a la región de Murcia. Por eso en estas fiestas se combinan en las mesas verduras y mariscos. El plato más popular estos días en la capital pimentonera es el zarangollo,un potaje hecho con calabacín troceado , cebolla y huevo, al que a veces se le añade berenjena. También nos podremos encontrar con unas michores, que son unas habas secas con jamón muy apetitosas, o un cochinillo al horno o un capón relleno. Los postres murcianos comparten cítricos y anís en grano. Uno de los más populares y exquisitos es el parajote, unas hojas de limonero rebozadas. Temperaturas entre 4 y 18 grados, nublado.
Las islas Canarias soprenden también en Navidad con sus papas arrugadas y los mojos picón y verde. Ricos en su versión fuerte y suave. Además, el sancocho, con pescado (badejo o cherne), patatas y gofio. Allí se vive entre 15 y 19 grados la Navidad.
En Céuta y Melilla, la cocina tiene tintes árabes y cristianos. Influencias del continente africano y la peninsula. Destacan en los menús navideños los garbanzos con choco (cachón), los fideos al estilo corinto (con pasas) y los pinchos de cordero. Si recala por allí tendrá sol y nubes y una temperatura media de 14 grados.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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