El consumo de avena se puso de moda hace unos años al rebufo de una dieta milagrosa para adelgazar, la dieta Dukan. La dieta, como tantas otras, pasó pero quedó la idea de que consumir algo de avena cada día era bueno para la salud ... y ayudaba a regular nuestro peso corporal. Lo que consumimos como avena es un grano integral de un cereal que contiene mucha fibra del tipo soluble, proteínas y vitaminas. Tiene pocas calorías. Es un cereal que, en teoría, no tiene gluten... Pero en la práctica sí puede contener algo por la facilidad de que se contamine con otros cereales como trigo o centeno.
Su mayor virtud reside en la cantidad de fibra soluble que tiene. La fibra de la avena se mezcla con el agua y forma un compuesto que adquiere el aspecto de un gel. Cuando tomamos avena con leche, el agua de la leche se mezcla con la fibra de la avena y ya gelifican en el estómago, lo que ocasiona una sensación de llenado y favorece la saciedad. Otra acción que la avena ejerce en el estómago es que reduce el riesgo de desarrollar cáncer gástrico, según muestran diversos estudios.
Colesterol
La acciones beneficiosas de este gel continúan en el intestino delgado. Allí este gel atrapa a las grasas y los azúcares y reduce su absorción. Esto ocasiona, por una parte, un efecto reductor del colesterol total y del colesterol malo en LDL.
Por otra parte retrasa la absorción de la glucosa, lo que favorece la acción de la insulina y mejora su asimilación por el cuerpo. Este efecto es muy interesante para las personas que padecen diabetes e incluso pueden retrasar la aparición de la enfermedad en personas predispuestas.
Flatulencias
La fibra de la avena no la podemos digerir. Pero cuando este gel de la avena llega al intestino grueso, al colon, allí tenemos unas bacterias que sí la digieren y lo hacen ocasionando la producción de ácidos grasos de cadena corta y gases, como metano. Esto, en muchas personas, ocasiona flatulencias de muy mal olor, sobre todo al comienzo del consumo de la avena.
Con el tiempo la fibra de la avena ejerce otro de sus efectos beneficiosos como es favorecer la proliferación de bacterias buenas y suelen disminuir las flatulencias. Este efecto, además, ocasiona una reducción del riesgo de padecer cáncer de colon.
A tener en cuenta
La avena tiene un par de notas negativas que hay que conocer. Por una parte en personas sensibles, y que consuman avena en grandes cantidades, puede ocasionar hinchazón y malestar abdominal e incluso reflujo gástrico.
Otra es que ese gel, que forma la fibra de la avena con el agua, atrapa minerales como el calcio y el hierro, y también algunas vitaminas. En principio no deberían tomar avena personas con osteoporosis o anemia.
Debemos comenzar a consumir la avena aumentando poco a poco. Se recomienda consumirla solo en el desayuno. Y tomar los suplementos vitamínicos en otra comida diferente a la que se consuma la avena.
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