Las conserveras de anchoa muy preocupadas porque las capturas son muy pequeñas

Por esta situación, después de que ya se haya agotado en torno al 30% del total de la cuota asignada para este año, 26.500 toneladas, capturas por las que además se han pagado a precios muy bajos, incluso a 30 céntimos el kilo, ha vuelto a relucir el debate sobre la sostenibilidad del caladero. Desde algunas industrias transformadoras se censura que los barcos estén llenando sus bodegas con peces pequeños y que no esperen o salgan a buscar bancos de bocartes de mayor tamaño, de los que precisan los elaboradores de anchoas, de menos de 30 granos (piezas por kilo). No queda tan lejos el triste episodio de cierre del caladero entre los años 2005 y 2009 con el fin de que se recuperase. Al respecto, desde las conserveras alertan de que si ahora se pescan ejemplares de pequeño tamaño, se está privando que estos regresen el año que viene, con un mayor tamaño y un promedio de 30-35 granos.

Las embarcaciones del Cantábrico han pescado una gran parte de estos bocartes cerca de la costa, a la altura de Laredo-Santoña, lo que provocó que hace escasas fechas el puerto santoñés registrase una cifra de capturas muy relevante y una actividad frenética. Pero, las conserveras más reconocidas por su calidad apenas han podido adquirir unos pocos de cientos de cajas de gran tamaño y esto sucedió semanas pasadas en el puerto de Gijón, donde entraron algunos barcos con pesca más grande.

Por esta situación, desde el pasado lunes está izada en los puertos la bandera que ha 'suspendido' la costera, algo que han aprovechado los barcos para seguir completando el cupo de verdel.

Previsiblemente, el próximo lunes, los barcos de bocarte volverán a salir a la mar para seguir pescando, pero desde las industrias conserveras se pone especial énfasis en que si se siguen pescado alevines el caladero se agotará a corto o medio plazo y, lo que también es alarmante, a unos precios muy bajos que solo benefician a las industrias que transforman en terceros países.