Desayunar tostadas con mantequilla de Cantabria, un placer que no debemos perdernos
RECUERDOS ·
La margarina se obtiene de aceites vegetales y animales y contiene un porcentaje muy alto de omega-6, que tiene bastantes más efectos negativos que el célebre omega-3
Muchas personas me preguntan sobre la elección de los temas de mis artículos cada semana, a lo que les respondo que mi fuente suelen ser los temas que van surgiendo entre los que leo y que me resultan chocantes. Esta semana, tras leer el suplemento ... de Cantabria en la Mesa en su último número, donde se refleja que el consumo de la leche y sus derivados sigue a la baja, y también en el mismo, un colega profesional afirma que el hígado fabrica en nuestro organismo más colesterol desde los hidratos de carbono que desde las grasas, y concluye aconsejándonos: comer variado, no abusar del alcohol, realizar ejercicio y no hacer caso del 'doctor Google'. He recordado que os he escrito en variadas ocasiones este consejo, que en mi opinión es muy acertado, y ya imperaba entre los médicos de la primera mitad del siglo pasado: «Comer de todo y no abusar de nada».
Me voy a referir esta semana a la mantequilla. De entrada nos evoca a la mantequilla de Soria, que ostenta la calificación de Denominación de Origen Protegida. Pero como no podía ser de otra manera, dada la cantidad de producción de buena leche en Cantabria, nuestra mantequilla siempre fue muy considerada, así Pérez Galdós en el primer tomo de sus 'Obras Inéditas', con el título de 'Fisonomías Sociales', enumera la presencia en Madrid como productos de gran nivel, a las mantequillas y pescados de Santander y de Asturias. Asimismo, reseña a la mantequilla de Soria. Para ser preciso, escribe 'manteca', tal como se la denominaba entonces en nuestros pueblos.
La mantequilla ha desaparecido como aperitivo de los restaurantes desde hace unos años y las nuevas tendencias de la cocina actual han dejado de seguir las normas francesas donde tenía la mantequilla un protagonismo de base. En cuanto a los desayunos con ella, mucha gente comenta e incluso alardea de hacerlo con pan y aceite de oliva virgen, y encontramos a poca gente que nos confiese que lo hace con mantequilla, tal como era costumbre hasta hace poco.
Yo, estoy convencido que a muchos les encanta la mantequilla untada sobre un buen pan en su desayuno, pero lo han desechado, entre otros motivos, por lo que el doctor Google predica. Y os voy a dar dos argumentos a su favor: aunque su grasa es mayoritariamente saturada, en los últimos artículos científicos no se ha encontrado relación entre el consumo de lácteos enteros y enfermedad cardiovascular, y por otra parte, deciros que el aceite tiene una composición de un 100% de grasa, engordando más que la mantequilla, que sólo contiene un 80%, y además esta última nos aporta también vitaminas y minerales que la anterior no posee.
Seguro que para estas alturas de la lectura, alguien se ha preguntado sobre la margarina como una tercera alternativa. Comentaros que esta se obtiene de aceites vegetales y animales, conteniendo un porcentaje muy alto de omega-6, el cual tiene bastantes más efectos negativos que el célebre omega-3, por tanto no confundir con él.
Os propongo el desayunar, al menos un día a la semana mantequilla, sin tener una sensación negativa. Eso sí, no dejéis de comprar la mantequilla elaborada por los productores de nuestra tierra.
Dejando el desayuno de un lado, en la cultura gastronómica de nuestra infinita Cantabria elaboramos productos con una diferencia abismal respecto a que la mantequilla forme parte de sus ingredientes o no. Me estoy refiriendo de una parte a los sobaos y por otra al hojaldre, que cuando se elabora con mantequilla, técnicamente es más difícil, al tiempo que encarece el producto. Admito que puede haber buenos hojaldres en nuestro país, elaborados incluso con manteca de cerdo, pero os comento que cuando degustéis un hojaldre y se os adhiera al velo del paladar o a la lengua, id pensando que la mantequilla no estaba presente.
Os dejo con esta coplilla de Polaciones:
Mázate odre
de pietana seca
da muchos mazatos
y poca manteca.
Cuando eras cabritín
mamabas la teta,
y ahora que eres odre.
Dame la manteca..
PARA SABER MÁS
1.
El color de la mantequilla
Asociamos la mantequilla a un tono amarillento y en más de una ocasión nos podemos haber preguntado la razón si la leche es blanca. La explicación está en un colorante natural que se llama caroteno, también presente en las zanahorias. Este pigmento se encuentra en la hierba con la que se alimentan las vacas y de ahí pasa a la leche. Si nos fijamos bien en la leche recién ordeñada percibiremos unos tonos marfil, amarillentos, pero como la leche refleja la luz, esta nos parece más blanca. La mantequilla, por contra, apenas refleja la luz, por lo que la percibimos con su verdadero color amarillento.
2.
El sabor
Artesanal frente a industrial. La mantequilla industrial se elabora en procesos rápidos que separan la grasa del suero. Para ello generalmente se emplean natas pasteurizadas y congeladas que se baten con métodos industriales. Por el contrario, para la mantequilla cruda se emplea habitualmente una nata cruda, solamente refrigerada, que se bate no tan rápido y durante más tiempo, incluso hasta dos horas antes de comenzar el proceso manual de amasado. También incluye decisivamente, además del proceso, la alimentación de las vacas que ha proporcionado la leche, la materia prima imprescindible.
3.
Estacionalidad
La percepción de la mantequilla puede variar en función de la época del año, ya que la alimentación en los pastos no es lo mismo en primavera que en invierno. Más hierba fresca, mantequilla más amarilla; si la alimentación es de paja o pienso, el tono será más blanquecino.
4.
Mantequillas saladas
Se trata de un recurso para conseguir más cualidades gustativas y más variedad de sabores. Además, la sal absorbe el agua contenida en la mantequilla y ese agua luego se evapora más deprisa, con lo que se consigue una mantequilla más densa. Además la sal permite una mejor conservación a falta de neveras.
5.
Conservación.
Es recomendable envasarla herméticamente ya que la mantequilla absorbe muchos sabores. En la nevera debe estar tapada.
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