Una de las primeras elaboraciones que todo aspirante a cocinillas intenta hacer en casa es una tortilla de patatas. Santo y seña de nuestra cocina y que, además, es una de esas recetas sencillas que gusta a todo el mundo. Dejando de lado el famoso ... debate de la cebolla –que conste que una tortilla de patatas siempre debería de llevarla–, es curioso que cada persona la haga a su manera. Es muy difícil de encontrar dos iguales y siendo los ingredientes tan básicos es todo un enigma.
Patatas, huevos, aceite, sal y cebolla sí, pero ¿cómo hacerla para que quede en su punto? Para que os feliciten y os digan que nunca habían comido nada iguale es bien sencillo. ¡Ojo! Lleva su dedicación. La tortilla hay que mimarla, hay que escucharla y hay que saber leerla para que todo cuadre.
Hoy os propongo hacer una tortilla de patatas rellena de unos pimientos de Isla confitados, y por ellos vamos a empezar. Les calentamos en una sartén a fuego muy bajito, durante al menos 20 minutos. Nada más abrir el bote –reservando el líquido de la conserva– los añadimos a la sartén con un chorrito de aceite. Los vamos moviendo de vez en cuando, les ponemos un pellizco de sal y justo unos minutos antes de sacarlos añadimos el líquido que nos había quedado en el bote empezando a menear la sartén con movimientos circulares, como si de un 'pilpil' se tratara. En realidad lo es, estamos ligando el aceite para conseguir una cremita de pimientos. Apagamos el fuego y los reservamos.
Otras recetas de Ricardo Ezcurdia
Nos ponemos con la cebolla. La vamos a cortar muy fina, en juliana, para que se caramelice primero. Lo que buscamos es provocar la famosa reacción de Maillard que surge cuando los azúcares que contiene la cebolla se van transformando en caramelo como consecuencia del calor. Para ello es necesario cocinar la cebolla a fuego muy lento y con un poco más de aceite de lo habitual, para evitar que se tueste antes de tiempo. La iremos moviendo cada poco, lentamente, hasta que la cebolla se vaya oscureciendo. Durante el proceso veremos como el agua se va evaporando. En una media hora la tendremos. La sacamos de la sartén, la reservamos y nos ponemos con las patatas.
Las pelamos y troceamos en rodajas finas, que sean más o menos del mismo tamaño. Ponemos una sartén al fuego con una buena cantidad de aceite y las introducimos con el aceite en frío porque queremos que se confiten en vez de dorarse rápidamente, así conseguimos mejor resultado. Cuando lleven unos 12 minutos subiremos el fuego y dejaremos que alguna se dore un poco más, de esta manera también tendremos un contraste de texturas en la tortilla. Cuando estén hechas las sacamos a un bol y las escurrimos bien. Es el momento de integrarle la cebolla confitada. Mezclamos muy bien y batimos los huevos, los añadimos a la mezcla de la patata con la cebolla y con un tenedor mezclamos todo para que nos queden todos los ingredientes bien integrados.
Otras recetas de Ricardo Ezcurdia
Ponemos una sartén al fuego con una pincelada de aceite y vertemos la mitad de la mezcla para que se empiece a cuajar, seguidamente ponemos los pimientos que teníamos reservados extendiéndoles bien por toda la superficie de la tortilla y reservando el maravilloso 'pilpil' de pimientos que habíamos obtenido, vertemos el resto de la mezcla de la tortilla y la terminamos de cuajar. Le damos la vuelta con cuidado y la dejamos hacer unos tres minutos más por el otro lado. La sacamos y la bañamos con el 'pilpil' de pimientos. Tened en cuenta que necesitaréis más de una barra de pan y que os van a aclamar porque el resultado es increíble.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.