Envasados a domicilio sí, pero que sean sostenibles

Hoy en día pedir comida a domicilio es mucho más que salir del paso de una noche con la nevera vacía. Son muchos los que apuestan por este servicio con el objetivo de vivir la misma experiencia, o lo más similar posible, a la que se vive en el propio establecimiento. Por eso cobra una gran importancia el cómo y en qué estado llegue la comida a nuestra mesa, y es aquí donde el envasado, o el 'packaging' si usamos el término más técnico, entra en juego.

Encontrar el vehículo perfecto para cada uno de los platos que un local oferta no es tarea fácil. Ya no es solo cuestión de que sea lo más estanco posible para que la comida no se pierda por el camino, o del tamaño adecuado para que lo que hay dentro no vaya de un lado para otro.

Ahora, con el auge del servicio a domicilio y su estrecho vínculo con el mundo de lo desechable, también ha crecido la preocupación por el medio ambiente. Y así lo demuestran los datos de la encuesta elaborada por 'Ball Packaging', uno de los mayores productores de latas de bebida del mundo, y el Instituto IO Sondea de Investigación del Mercado. De ella se desprende que el 50% de los encuestados dejarán de consumir en locales que no apuesten por un envío a domicilio sostenible y el 87% optará, ante una oferta similar, por aquellos restaurantes que refuercen las entregas más respetuosas con el medio ambiente.

Ante esta situación y la idoneidad del 'usar y tirar' para este tipo de servicios, la sostenibilidad también debe ser tenida en cuenta a la hora de envasar. Y es aquí donde entran en juego materiales como el cartón. De los más ligeros y económicos, es una de las opciones ecológicas más utilizadas gracias a su resistencia y a la protección que ofrece a los alimentos.

Junto a ella, también está aumentando el uso de las bolsas de papel kraft, los envases de celulosa y los de caña de azúcar. Estos últimos se presentan como una buena alternativa ya que se trata de un recurso natural, 100% biodegradable, que conserva bien la temperatura y puede ser usado en el microondas.

Y, aunque el plástico no es la opción más sostenible, tiene ciertas características que lo hacen idóneo para este servicio. Para no renunciar a ellas, la versión compostable de este material une ambas cuestiones: es ecológico y ofrece, además, buena parte de las prestaciones de los plásticos tradicionales.