La Guía Proensa da 96 puntos a Selección Añada de Casona Micaela

Esta publicación, basada en el criterio único e independiente de su autor, es toda una referencia en el sector, que ha ido evolucionando con el vino y sus exigencias. En ella sólo aparecen referenciados 746 vinos de toda España –entre los miles que Andrés Proensa llega a catar–, y entre ellos estos dos vinos cántabros.

Proensa describe a Casona Micaela como un vino «fresco, de grato discurrir, con aromas frutales, recuerdos herbáceos frescos, florales, balsámicos y manzana verde. De cuerpo medio-ligero, suave, fresca acidez, seco, sabroso, amplio en aromas, con fino recuerdo de laurel al final, largo». De Micaela Selección de Añada dice ser un vino «complejo, elegante, con muchos matices aromáticos; fruta madura, herbáceos frescos y balsámicos, rúcula, boj, yodo. Con cuerpo y centro glicérico alegrado por una viva acidez, suave, seco, sabroso, expresivo en aromas, largo».

Para la enóloga Ana Martín Onzain, asesora de Casona Micaela y profesional reconocida en el sector por su gran experiencia en la elaboración de vinos blancos por todo el norte de España –especialmente el txacolí–, «estar aquí, entre los mejores, ser los primeros y además los únicos de Cantabria con más de 90 puntos, tiene su mérito. ¡96 puntos no los tienen muchos albariños o ruedas!».

Junto con la experiencia de la propia Ana Martín y Pepe Hidalgo, el proyecto de Carlos Recio, en el Valle de Villaverde, vio la luz en el 2008. Para Martín, que también colaboró con el Gobierno de Cantabria en el CIFA a finales de los años 90, Casona Micaela «está recogiendo sus frutos». Ambos trabajan juntos desde los inicios y eso le permite a Martín valorar la evolución de Casona Micaela desde dentro. «Estos vinos han ido a más porque la viña es más vieja y la uva es mejor con el paso de los años, y el clima está ayudando. Es una bodega pequeña pero bien hecha, perfectamente equipada y con mucha proyección. Además, la viña es maravillosa y Carlos la cuida muy bien, de hecho ha comprado más terreno para ampliar».

En Cantabria hay vinos de mucho prestigio, por eso «que me comparen un Rueda con un vino de Cantabria, y sobre todo en precio, me enfada mucho. No es lo mismo producir aquí que allí, y la exclusividad de una producción mucho más manual, como la que ofrece Cantabria no se puede comparar. El consumidor lo tiene que entender y aprender a valorar». Y concluye: «Si tenemos vinos muy buenos en esta región no tenemos porque tomar vinos malos. Como clientes tenemos que empezar a exigir porque la falta de conocimiento no se da sólo en la hostelería, también del lado del consumidor. Los cántabros tienen que estar orgullosos de sus vinos, no sólo de las anchoas y los quesos».