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Marmita de salmón elaboradora por Javi, que ha inspirado esta semana al autor de esta sección. DM
Así se hace una rica y nutritiva marmita de salmón

Así se hace una rica y nutritiva marmita de salmón

¿QUÉ HAY DE CENA PAPI? ·

Los orígenes de este plato se vinculan a la alimentación de las tripulaciones de los barcos. Sobre todo se hace con bonito, pero todavía hay que esperar unos meses. Con salmón también sale deliciosa

Ricardo Ezcurdia

Santander

Jueves, 28 de mayo 2020, 15:18

El origen de las marmitas se encuentra en los pescadores del norte y les servía para alimentar a la tripulación de los barcos pesqueros de antaño ya que los cocineros disponían de pocas materias primas para elaborar la comida, así que con algo de pescado, unas patatas y poco más era suficiente.

Al contrario de lo que pueda parecer, era tradicionalmente una comida de verano simplemente por el hecho de que era durante los meses más cálidos cuando se pescaba el bonito. Los días de mucho calor, la marmita se comía templada y siempre resultaba un plato reconfortante. Principalmente se hace con bonito, de ahí que sea un plato de temporada, aunque, a la espera de que vaya entrando este pescado, que creo que no tarde mucho, hoy vamos a hacerla con salmón. Básicamente es lo mismo, lo que si nos aportará el salmón es más jugosidad ya que es un pescado más graso. La semana pasada un gran amigo, Javi, me mandó una foto de su marmita de salmón y me dio una envidia terrible, así que me puse manos a la obra.

Imporante, chascar las patatas

Esta receta tiene una parte que es clave, y es la de chascar las patatas en lugar de cortarlas, quiero decir que simplemente hay que introducir un poco el filo del cuchillo en la patata para a continuación girar hacia fuera, rompiendo así un trozo de patata en lugar de resultar en un corte limpio. Esto es importante porque ayuda a preservar la estructura natural de la patata, soltando así más almidón cuando se cocina, y como resultado, tendremos una salsa más trabada y contundente sin necesidad de añadir ningún otro ingrediente.

Comenzamos cortando una cebolla en trozos pequeños, un pimiento verde y dos dientes de ajo. Lo ponemos todo en una cazuela con un par de cucharadas de aceite de oliva y sofreímos a fuego no muy fuerte hasta que la cebolla esté transparente, sin que llegue a dorarse, el pimiento ya esté 'caído' -tiene que perder la textura rígida-, y el ajo tampoco haya cogido color. Es el momento de añadir una cucharada de pulpa de pimiento choricero y mezclar todo bien, una cucharada de pimentón dulce, o picante si os atrevéis en casa, y las patatas cortadas como antes os dije. Removemos bien.

Transcurridos un par de minutos añadimos un vaso de vino blanco, subimos el fuego y dejamos que el alcohol desaparezca y nos quede el aroma y el sabor del vino que hayamos elegido para la ocasión.

Agua o fumet

Es el momento de añadirle el agua, o si queréis y tenéis un fumet, pero con agua es suficiente, hasta cubrir todo el guiso. Tapamos la cazuela dejando una rendija y dejamos cocinar a fuego lento, eso sí, vigilando y dándole alguna vuelta de vez en cuando. Si vemos que nos vamos quedando sin agua le vamos añadiendo poco a poco, que no pasa nada. Lo probamos y salpimentamos al gusto.

Una vez que las patatas estén hechas, tenemos el plato prácticamente terminado, solo nos queda cortar el salmón en trozos de bocado, intentando quitarle la piel y sin espinas, y dejarlo en la cazuela un par de minutos, como mucho tres.

Apagamos el fuego, tapamos y lo tenemos. A mí me gusta acabar el guiso con perejil picado y un chorrito de aceite de oliva por encima.

Así que ya sabéis si a vosotros también os ha dado envidia el plato de mi amigo Javi, no tenéis excusa. Una marmita de salmón es tan sencilla como habéis visto.

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