Secciones
Servicios
Destacamos
El verano es de sardinas asadas, de bonito, de helados, de bebidas refrescantes, de barbacoas, de ensaladas..., pero también de chocolates gourmet. Y no tanto porque este verano de Cantabria en 2021, con sus moderadas temperaturas, haya respetado más que nunca la conservación de ... las tabletas, sino porque nadie renuncia a un bocado delicatessen de sabores en ocasiones inimaginables e imaginativos cuando lo tiene al alcance de la mano.
En una nave industrial del Parque Industrial del Besaya, en el municipio de Reocín, tiene su base Monper, una pequeña empresa familiar que hace cinco años echaron a andar Borja Pérez y Marián Montero fruto de su pasión por innovar y por abrirse un pequeño hueco con el chocolate artesano. Y ciertamente que están viendo cumplidos sus sueños, pese las circunstancias. Como señala Marián, «hemos tenido mucho miedo con la pandemia, pero hasta en esos momentos más duros hemos crecido. Cada paso crecemos un poquito y ahora mismo estamos que no damos abasto. Tenemos algunas referencias prácticamente agotadas y elaboramos chocolate todo los días, cada día un sabor diferente».
Monper, en poco tiempo, se ha convertido en una referencia en su sector. Sus rivales no son los grandes elaboradores de ámbito nacional o internacional, sino que ellos trabajan muy duro por llegar al cliente final con un producto exclusivo, gourmet, como son sus tabletas de diferentes sabores, combinaciones que han nacido fruto de sus experimentaciones y de jornadas de trabajo infinitas. Porque el chocolate requiere ser fríos y pacientes, «hay que dedicarle has horas que haga falta».
Además de reconocimientos regionales, como el Premio Alimentos de Cantabria 2019 al emprendedor, Monper ha conseguido excelentes resultados en el certamen International Chocolate Awards, el más importante del mundo en su clase. En 2019 sus chocolates con anchoa, de curry con kikos, de leche merengada o de mojito han ganado en sus respectivas categorías, al tiempo que han conseguido medallas de plata y bronce, ya sea en la fase europea como en la final mundial, posicionándose a la altura o incluso por delante de los prestigiosos chocolates suizos, belgas o franceses.
Hoy, en el obrador integrado dentro de la nave donde en un futuro se quiere disponer de una tienda abierta al público y la posibilidad de organizar visitas guiadas para dar a conocer el proceso de elaboración, Marián y su hermano Pedro están elaborando y empaquetando en un proceso totalmente manual tabletas de chocolate de la referencia Capri, con plátano, albaricoque, manteca, azúcar y... Café Dromedario. «Es uno de los más demandados por los clientes», comenta Marián. Cierto que es sorprendente por su sabor y textura.
Entre tanto, Borja y Silvia, que se ocupan de las tareas comerciales y de la distribución, recorren en sendos vehículos las carreteras de Cantabria para llegar a todos los rincones donde se comercializan sus chocolates. «Cada semana tenemos nuevos clientes y el verano está siendo muy positivo», destaca Marián.
El proceso artesano de Monper comienza en la selección de las materias primas. «Si adquieres las mismas que los grandes elaboradores, puedes conseguir buenos resultados», comentan. Y en este sentido, tanto Borja como Marián son muy exigentes y no dudan ir a la máxima calidad para, luego, tras decenas de experimentos y combinaciones, dar el paso de comenzar a comercializar nuevos sabores originales y únicos. En su caso, solo usan pasta y manteca de cacao, cien por cien de Centroamérica. «El cacao de Venezuela tiene más sabor, mientras que los africanos son más terrosos y tienen menos sabor».
El proceso cada mañana arranca moliendo los ingredientes que se emplearán. Las proporciones son un secreto que mantienen «a buen recaudo» Borja y Marián. «Solo nosotros elaboramos el chocolate, cuando necesitamos refuerzos en la plantilla lo enfocamos al empaquetado manual».
Ese 'secreto' se introduce en la máquina de atemperar. La diferencia de Monper de otros chocolates con ingredientes es que éstos se sitúan 'encima' de la tableta, mientras que estos se han decantado por introducir los componentes dentro, lo que evita que se reblandezcan ya que el chocolate crea una película que los protege.
Temperatura y humedad precisas para conseguir un líquido que, cuando está listo, se vuelva en los moldes de las tabletas, también originales, de forma manual, para terminar un tiempo determinado en la cámara y alcanzar la consistencia con la que luego se va a consumir. Previamente, hay que empaquetar, otro proceso manual, con un diseño exclusivo y personalizado que no pasa en absoluto desapercibido.
Monper en la actualidad comercializa tabletas de chocolate negro 72% y 90%, con leche y con leche 35%, Capri, Mojito, Leche merengada, Anchoa, Curry con kikos, Creme Bruleé y Blanco 36%. El pasado año, se lanzó una serie especial, con sabores distintos, en colaboración con Aire Retro, y con un packaging original.
También se venden paquetes de cacao natural 100% y se hacen por encargo piezas personalizadas que se emplean en bodas, comuniones y eventos.
Todos los chocolates tienen un consumo preferente de dos años, pero su durabilidad va mucho más allá si no se someten a cambios de temperatura.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.