Picos de Europa: Del bar de partidas a la cafetería del 'California'

La Cafetería Picos de Europa está de aniversario. Nada menos que 70 años desde que sus fundadores se establecieran en la capital cántabra procedentes de una comarca lebaniega que hoy poco tiene que ver a la de entonces. Tras la crisis de los años 40 en los que la Guerra Civil y la posguerra habían dejado al país sumergido en hambre y miseria, los cambios introducidos en las políticas económicas a comienzos de los años 50 ayudaron a estabilizar el sistema financiero y animaron a muchos a dejar sus tierras en busca de un buen porvenir para sus familias.

En este contexto, Quico Pando, nacido en Dobres, y su cuñado Jesús Bedoya, de Espinama, llegaron a Santander con la idea de montar su propio negocio. Maura Bedoya, hermana de Jesús y esposa de Quico, les acompañó en este viaje.

El primer local que arrendaron en la calle Vargas fue el Bar Havana, trasladándose unos meses más tarde al local de 'la pasiega', llamándole Bar Picos de Europa. En 1966 falleció Quico por enfermedad y tuvo que incorporarse al negocio Mariano Bedoya, hermano de Jesús y cuñado de Quico, que había empezado a trabajar en el Teleférico de Fuente Dé como complemento a lo que ganaba como ganadero.

Mariano se vino a Santander con su esposa Carmen y sus tres hijos. Bano y Chuchi, se incorporaron al negocio a comienzos de los 70.

En 1971 ya realizaron la primera gran reforma, convirtiendo el viejo bar en una moderna y amplia cafetería de dos plantas que tuvo gran aceptación durante las décadas de los 70 y 80, entre los jóvenes y los deportistas, especialmente. El segundo gran salto lo dieron en 1984, ampliando el local, doblando su superficie, trabajando como siempre han hecho, de sol a sol.

Las ganas de ampliar el negocio de los dos hermanos les llevaron a abrir el Hotel Picos de Europa, en 1987, con 22 habitaciones, justo encima de la cafetería. En 1993, en el número 23 de la calle Vargas, abrieron el Mesón Casa Mariano, todo un homenaje a su padre, que ya retirado había regresado a su pueblo, Espinama; y en 1998, en la calle Burgos, junto a la Alameda, abrieron El Castellano, negocio que traspasaron el pasado verano.

En 2011 comenzaron a estudiar el proyecto para ampliar el hotel, construyendo un nuevo edificio contiguo y doblando el número de habitaciones, 44 en total. Aprovechando la finalización de las obras del hotel, en 2015 se realizó la última reforma integral de la cafetería, tal y como hoy se mantiene, cálida, moderna, con una amplísima zona de barra y un amplio comedor en la parte superior, con un reservado para comidas de grupos, actividades, catas... En esta última reforma intervinieron dos empresas importantes para esta casa: Servifrío y la carpintería Torre Prieto.

Hoy, el grupo Picos de Europa da empleo a más de 30 personas entre la cafetería, el hotel y el mesón Casa Mariano, establecimiento que se mantiene como una referencia de la cocina tradicional y el picoteo clásico donde no faltan los quesos de la comarca de Liébana ni los embutidos ibéricos. Su cocido lebaniego fue premiado en la Ruta de los Pucheros de 2016 y puede degustarse todos los martes y viernes.