Plantar vides de verdejo en Cantabria, ¿oportunidad o pérdida de identidad?

Desde la administración se ha respaldado ese esfuerzo y apoyado la promoción de los vinos de la región amparados por el sello de calidad IGP Vinos de la Tierra de la Costa de Cantabria y Vinos de la Tierra de Liébana. Sin embargo, hasta ahora ninguna administración ha conseguido que en los repartos de cuota para plantar más viñedo –solo en la costa se demandan unas 60 hectáreas para hacer rentables los proyectos que hay en marcha– Cantabria haya salido bien parada. Desde el MAPA son restrictivos y el reparto proporcional en función de la viña plantada siempre perjudica a Cantabria.

Los sellos de calidad de los vinos de Cantabria establecen qué variedades de uva pueden plantarse con el fin de que los vinos tengan un estilo definido y una personalidad en el contexto infinito del mundo del vino.

Ahora, los nuevos responsables de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación, con su titular Pablo Palencia al frente, tras el lanzamiento de la marca 'Sabe a Norte', quieren reforzar la presencia de los vinos de Cantabria y ensalzar su progresiva calidad. Y en este contexto es donde ha surgido la propuesta de dar permisos para cultivar la variedad verdejo, tan característica de la DO Rueda, en algunas zonas de la región, preferentemente en el sur, donde se puede dar mejor. Pero, antes de tomar una decisión definitiva y conscientes de que puede haber diferentes sensibilidades en el sector, el departamento que dirige Pablo Palencia ha decidido articular un proceso de consulta pública para que tanto los profesionales vinculados a este sector como cualquier persona interesada por el tema, puedan expresar su parecer al respecto.

A partir de estas valoraciones, se tomará una decisión que, cómo se plasmó el pasado lunes, día 12 de febrero, en una resolución en el Boletín Oficial de Cantabria, culminará en una revisión del Decreto Vitícola de Cantabria.

Respecto a la variedad verdejo, la resolución expresa que se trata de solucionar problemas y para ello se contempla «actualizar el listado de variedades autorizadas en Cantabria con objeto de incluir la variedad verdejo, que por su adaptación agroclimática a la zona Sur de la región y su interés comercial puede contribuir a la mejora de la rentabilidad de las explotaciones vitícolas de esa zona».

Desde Cantabria en la Mesa se ha sondeado a un grupo de expertos, entre los que hay viticultores, bodegueros, sumilleres, enólogos y empresarios de hostelería para que expresen su opinión al respecto sobre la posibilidad de que en un futuro se pueda pedir en una barra o en el comedor de un restaurante un vino verdejo de Cantabria. En cualquier caso, los puntos de vista se publican de forma anónima, porque así lo han preferido la mayoría de las personas consultadas y con el fin de no crear 'bandos', más bien todo lo contrario: se pretende sacar a relucir puntos de vista que en algunos casos dejan palpable que no hay una única corriente.

En primer lugar, hay viticultores que creen que «esta petición hace ver que el sector vitivinícola en Cantabria está en movimiento y necesita de una actualización que atienda las nuevas necesidades del sector». Y sobre la autorización de la variedad verdejo «abre el abanico a nuevos perfiles de vino, lo cual es positivo, siempre que no se pierda de vista la calidad del vino». Es momento de «sentar bases sólidas que aseguren la máxima calidad de los vinos elaborados en Cantabria».

La producción de uvas es un proceso delicado que requiere atención constante para evitar o mitigar estos problemas y lograr una cosecha exitosa. Por ello, hay quien cree que «la variedad verdejo puede dar buenos resultados en la zona sur de Cantabria, véase Valderredible, por el suelo y el clima de la zona. Pero no en el resto de zonas acogidas a la IGP Vinos de Cantabria. Creo que tenemos que apostar por variedades resistentes, entre las que tenemos algunas autóctonas de Cantabria». Entre las blancas se citan al propio verdejo, pero solamente en Valderredible;loureira, para la Costa y en Liébana; sauvignon blanc en todas las zonas;roussane, en Liébana y Valderredible;gros y petit manseng, en la Costa y Liébana;o chardonnay, en Valderredible. Y va más allá este experto señalando que la loureira, la viura y la chardonnay «son variedades muy aptas en nuestro clima para elaborar espumoso además de vino tranquilo».

Para el consumidor sería mucho más sencillo que hubiese una IGP Vinos de Cantabria, lo que no excluye que el productor pueda indicar la subzona.

Por otro lado, se señala que «Cantabria está considerada como la comunidad autónoma que más variedades endémicas tiene. Se hizo una recopilación por parte del CIFA y de Neiker de esas variedades. ¿Se sabe si hay un estudio de esas variedades en Banco de Germoplasma? Porque sería muy interesante tener una base de esos datos y de material vivo, lo que nos permitiría diferenciarnos».

Aprovechando el debate abierto, hay quien sostiene que «creo que habría que aprovechar (y ahora se está viendo con las manifestaciones en España de agricultores y ganaderos) para reducir la burocracia, eliminar trabas para iniciar nuevas plantaciones y facilitar desarrollos urbanísticos relacionados con la propia actividad vitivinícola para potenciar al sector».

Entre quienes se posicionan a favor hay argumentos como que «lo veo positivo porque ello permitirá al mercado ser quien decida si es interesante o no plantarla. Desde luego en Costa de Cantabria será muy difícil aclimatarla por las especiales condiciones de nuestro clima y consiguientemente su elevado coste que harían imposible competir con lo que se produce en Rueda. En el sur de Cantabria habría que experimentar pero tampoco es el clima de Castilla con lo cual siempre queda la duda de su rentabilidad».

Por otro lado, hay quien sostiene que «reúne condiciones la tierra para darse esta uva, es una uva de adaptación, tolerancia de sequía y frío, que permite que sea plantada en suelos poco fértiles, con piedra».

Entre los aspectos positivos, también se subraya que «Cantabria siempre tuvo vides pero con el paso de años se arrancaron para promocionar otras actividades del sector primario, ganadería sobre todo. Desde el municipio de Valderredible, gran protagonista en este debate, se indica que «el vino blanco que más se consume es el verdejo, así que si la autorizan, encantados de la vida». Y van más allá, se recuerda que ya hay viñas plantadas con esta variedad en el sur de Cantabria».

«No podemos competir en precio con verdejos de otras zonas de producción. Recordemos que el kilo de uva para vinificación en Cantabria supera los dos euros; con lo cual, difícilmente esa variedad en Cantabria pueda dar buenos resultados económicos», se pone sobre la mesa.

Otro experto señala que «aspectos negativos no creo que existen salvo que la verdejo está implantada en una zona vinícola muy concreta con el sello de una DO y será difícil reconocer una verdejo fuera de esa DO».

Un elaborador de vinos sostiene que «nuestro planteamiento para la IGP Costa de Cantabria es profundizar más en el estudio del comportamiento de variedades locales que sí tenemos en Cantabria para ir incorporándolas en el listado de variedades autorizadas». No contempla la verdejo.«Imitar lo malo no es buena idea», defiende quien sostienen que la verdejo es una variedad que desde el punto de vista climático no se va a dar en esta zona;desde el punto de vista de la calidad, no aporta nada a la IGP;y desde el punto de vista económico, producir un vino que sobra en otros sitios, que es barato y que no genera valor añadido no tiene ningún sentido».

Otro viticultor con una dilatada trayectoria se expresa así:«Mi opinión respecto a introducir la verdejo en Cantabria es muy parecida a lo que pensé con la albariño. Tienen mucho márquetin comercial hecho, y eso es bueno para poderlas sacar. Otro tema es el comportamiento agronómico. No sé si aguantará la humedad de la costa».

La introducción de uva verdejo, a juicio de otro experto, «no beneficia al sector, por dos razones. La primera es que no existen plantaciones significativas en la actualidad de esa uva en Cantabria. Se trata pues, de nuevas plantaciones y no veo las ventajas de esa uva. ¿Mayor producción? Lo dudo. La segunda razón es de índole económica. Los hipotéticos vinos cántabros de uva verdejo tendrían que competir en precio con los castellanos. Eso sería muy difícil porque se trata de bodegas grandes con una producción enorme y unos costes mucho menores. Nuestros vinos, actualmente, compiten con vinos gallegos, básicamente, y nuestros precios son menores».

Otro viticultor se pronuncia en contra de autorizar esta variedad en la zona de la costa: «Esta uva está muy identificada con un DO concreta y en Cantabria, cuando se ha plantado, no ha funcionado. En la zona de Torrelavega hubo un ejemplo de ello. En Costa de Cantabria no lo veo, quizá sí en Valderredible. Somos una comunidad pequeña, con una diversidad de climas, pero no podemos pretender tener un vino a dos o tres euros la botella. Aquí se trabaja más la viña que en Castilla y León, por ejemplo, y eso hay que repercutirlo necesariamente en el precio final. Lo que creo que hay que hacer con el vino de Cantabria es buscar una identidad propia, como hicieron en el país vasco con el txacolí, para que el trajeron variedades francesas que adaptaron y dieron otro nombre. En cualquier caso, abogo por un estudio de las variedades más autóctonas y más resistentes».

Otro gran conocedor del sector del vino cree que «en Cantabria se debe de aprovechar la ventaja de ser una de las últimas IGP's o DO's para darse cuenta de los errores cometidos por el resto y no caer en los mismos. Es preciso adaptar la normativa protegiendo la calidad ya que será difícil que seamos una comunidad que pueda ir a volumen. El resto de zonas están incrementando las variedades permitidas, entre otras cosas por cambio climático. Opino que cada uno en su casa debería de hacer lo que quiera y trabajar las variedades que quiera. Lo que se debe exigir es una calidad que creo que se controla mejor creando distintos tipos de contra etiquetas para que cada uno se sitúe donde quiera y no tener que prohibir o sacar de la IGP. Esto ya lo hacen otras zonas, al igual de crear vinos de finca o parcela. Estamos en un momento en el que se está naciendo y hacerlo bien es clave para el futuro».

A expensas de las conclusiones de la consulta pública que ha abierto la administración y de las decisiones que se adopten, de lo expresado por un grupo de expertos se puede deducir que la uva verdejo no se ve con buenos ojos para la costa, pero sí que puede ser una oportunidad para la zona de Valderredible, con unas características en transición a lo que se registra en la meseta.

La uva verdejo es una variedad blanca de origen castellano que se ha convertido en una de las principales uvas de calidad blancas de España, junto con la variedad albariño.

La producción de uvas puede verse afectada por diversos problemas, tanto en el viñedo como durante el proceso de cultivo y cosecha. Algunos de los desafíos más comunes son: