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Milanesa de berenjenas. DM
La receta del día: milanesa de berenjenas

La receta del día: milanesa de berenjenas

Un primer plato saludable y con mucho sabor

Ricardo Ezcurdia

Santander

Miércoles, 30 de agosto 2023, 08:53

La propuesta de 'La receta del día' para hoy es una receta del colaborador de Cantabria en la Mesa Ricardo Ezcurdia. Es una milanesa de berenjenas que en apariencia puede resultar una elaboración complicada, pero, como toda propuesta con toques de cocina italiana, los resultados serán sorprendentes para los comensales. Siguiendo los pasos que nos marca uno de nuestros gastrónomos de cabecera, la receta saldrá adelante, eso sí, con tiempo y cariño.

Ingredientes

  • 2 berenjenas.

  • 3 huevos.

  • Harina.

  • Sal.

  • Aceite de oliva (para freir).

  • Salsa de tomate/queso mozzarella, opcional

Ingredientes a elegir para el relleno

  1. 1

    200 gr. de jamón (cocido o serrano).

  2. 2

    150 gr. de queso (de nata o brie), setas, champiñones, verduras.

Elaboración

  1. 1

    Vamos a cortar longitudinalmente la berenjena en lonchas no muy gruesas, pero tampoco demasiado finas. Las ponemos con sal a que suelten su agua y, una vez llegado a este punto, las rellenamos –cual cachopo asturiano– de lo que más os guste: jamón cocido con queso, jamón serrano con queso brie, setas o champiñones o escalivada –mezcla de verduras asadas que incluye la berenjena, pimientos, cebolla y tomate–. Siempre intentando no tapar en demasía el sabor de nuestra protagonista, la berenjena.

  2. 2

    Enharinamos, pasamos por huevo y si queremos por pan rallado para acabar friendo en abundante aceite un poco caliente.

  3. 3

    Si las hacemos solamente rebozadas: harina y huevo. Luego para acabar rizando el rizo las podemos poner en una fuente cubrir con salsa de tomate y gratinar con una mezcla de quesos, por ejemplo mozarella y parmesano, o un rico manchego semi-curado, unas hojas de orégano y tenemos un platazo muy completo.

Pistas y trucos

A la hora de comprar las berenjenas, hay que fijarse que tengan su piel bien lisa y brillante, su típico color y que al tocarlas estén bien firmes, casi prietas. Ese es su estado óptimo para el consumo. La piel se puede consumir, no es necesario quitarla pero tiene que estar bien limpia.

Para evitar su amargor es necesario cortarla en rodajas y provocar un fenómeno de ósmosis añadiendo sal. Así se intercambian líquidos de manera que los compuestos que le dan sabor amargo salen al exterior, pues el líquido huye de donde hay menos densidad hacia donde hay más, potenciándose además su sabor agradable que está determinado por sustancias no solubles. Así que la cortamos en rodajas y la ponemos en un escurridor con una pizca de sal; con esto conseguiremos además que a la hora de freírla no nos absorba tanto aceite, porque es muy porosa, y evitamos calorías.

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