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Una de las combinaciones que más gustan en casa es la del arroz con pollo. Sin lugar a dudas es algo fácil de preparar y siempre funciona a las mil maravillas en cualquiera de sus versiones. Posiblemente en paella es como más acostumbrados estamos a ... degustarlo, pero hoy os traigo otra manera de hacerlo que simplemente es adictiva, también fácil y rápida, con pocos ingredientes pero muy sabrosa.
Vamos a comenzar con el pollo y para ello precisamos hacer unas tiras finas con pechuga, algo al alcance de todos, y después lo vamos a empanar, de manera que luego al freírlo consigamos unas deliciosas tiras de pollo dorado y crujiente. Para el empanado usaremos, además del pan rallado, ajo en polvo, sal y pimienta, esto le dará un empujón de sabor especial. Tenemos dos opciones, lo podemos freír como os he dicho antes o simplemente meterlo al horno a 200º hasta que estén bien doradas; a mi me gusta más como quedan fritas, pero entiendo que haya gente que prefiera la opción del horno, ahí podéis elegir.
Pollo.
Arroz (opcional de grano largo).
Pan rallado.
Ajo en polvo, sal y pimienta.
Salsa de soja.
Vino de arroz Mirin (la mitad).
Un par de cucharadas de azúcar moreno.
Una cucharada de miel.
Un diente de ajo picado.
Jengibre rallado.
Pasamos las pechugas por harina, luego huevo y por último el pan rallado, con la sal, la pimienta y el ajo, asegurándonos que queden bien cubiertos todos los trozos, y los freímos con el aceite bien caliente, queremos que se dore bien el exterior, al hacer las tiras finas el interior se va a hacer enseguida. Una vez fritas las sacamos a un papel absorbente y las reservamos.
Para hacer el arroz también hay dos opciones claras, podéis hacer un arroz blanco convencional, como siempre lo hacéis en casa, utilizando un arroz normal, o si no cocer un arroz de grano largo, y como ya os he contado en anteriores ocasiones es un proceso sencillo, tenemos que enjuagar el arroz bajo agua fría para eliminar el exceso de almidón y cualquier impureza, esto nos ayudará a que el arroz quede más suelto después de cocido. Calculamos la proporción de agua y arroz, dos partes de agua por una parte de arroz y ponemos el arroz y el agua en una olla grande y llévala a ebullición a fuego medio-alto hasta que empiece a hervir, después bajamos el fuego y tapamos.
Dejamos que el arroz se cocine a fuego lento durante unos 18 minutos, o hasta que el agua se haya absorbido por completo y el arroz esté tierno, es el momento de retirar la olla del fuego y dejar reposar el arroz tapado durante unos cinco minutos, para que el arroz termine de cocerse con el calor residual. Pasado este tiempo, con un tenedor, desgranamos el arroz suavemente para separar los granos y obtener una textura más suelta, bien sencillo, pero si no queréis hacer todo este proceso y estáis mas familiarizados con el blanco de siempre, adelante.
Tenemos el arroz y tenemos el pollo, nos faltan las salsas para acompañar a este delicioso plato. La salsa teriyaki es la opción ideal para potenciar los sabores de esta receta. Podéis comprarla ya hecha, pero os aseguro que no va a ser mejor que hacerla en casa.
En una cacerola pequeña, añadimos salsa de soja, la mitad de mirin, un par de cucharadas de azúcar moreno, otra de miel, un diente de ajo picado y jengibre rallado. Cocinamos la mezcla a fuego medio-alto hasta que hierva, bajamos el fuego y lo dejamos que hierva a fuego lento hasta que la salsa se reduzca ligeramente y espese, la reservamos.
Además de esta salsa lo vamos a acompañar con una mayonesa de sriracha para que este sutil toque picante también esté presente, mezclamos los dos ingredientes al gusto y listo.
Ponemos en un bol un poco del arroz blanco y encima nuestras tiras de pollo, salteamos con la teriyaki y seguidamente con la mayonesa picante. Tenemos un plato de 10 con contrastes de texturas y sabores que estoy seguro os va a encantar.
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