La receta del día: tortilla de espaguetis con tomate sobrantes

Según la Unión Europea se estima que «se desperdicia o se pierde un 20% de la producción alimentaria», algo que hoy en día no tendría que suceder y deberíamos de hablar de este problema, en pasado.

Una situación habitual en nuestras casas, sobre todo cuando no somos conscientes de la cantidad de comida que tenemos que preparar. Si casi siempre sobra, por muy rico que esté todo, ahí está el problema. Nos quedan restos con los que muchas veces no sabemos qué hacer y suelen terminar en el cubo de la basura.

Sinceramente, a mi no me gusta nada que sobre comida, pero a veces es inevitable. Lo que viene luego supone un gran reto, porque en casa no quieren seguir comiendo lo mismo y las 'sobras' hay que enmascararlas de alguna manera para que, entre otras cosas, no se estropeen.

Así que el reto está servido. Abrir la nevera, sacar el 'tupper' de lo que sobró y empezar a darle vueltas al coco. Cuando nos sobra pan, por ejemplo, tenemos infinidad de posibilidades de aprovechamiento. Desde postres como las torrijas o tostadas –aquí también entran los sobaos, los brioches y demás–; o también podemos rallarlo para empanar o freír los clásicos picatostes para acompañar una ensalada, una crema o puré. Respecto a las verduras, una de las cosas más sencillas es hacer una bechamel ligera, ponerle queso por encima y a gratinar con unas judías, zanahorias, espinacas, patatas, brécol o, incluso, con las sobras de una menestra que en su día fueron el rico acompañamiento de una carne o un pescado. Es una manera bien digna de rescatarlas.

Cuando nos sobra pasta, ya sean macarrones, espaguetis o similar siempre es socorrida la clásica ensalada, pero dependiendo de la receta original a veces no es lo más apropiado. Imaginaros una enorme y jugosa tortilla, que en vez de estar rellena de patatas lo estuviera de macarrones con tomate y chorizo, que cuando hacemos siempre sobran. Probad a hacerlo y veréis que cosa más rica.

Otras veces nos van quedando trozos de queso 'huérfanos' por la nevera y no hay nada más triste que eso. Pequeños trozos de queso duro que ya nadie quiere, sin saber que todos juntos se pueden convertir en un auténtico tesoro en forma de quiche. Con su masa de hojaldre, si a esos quesos bien picados en trocitos les añadimos unos huevos, un chorro de leche evaporada y dos vueltas de pimienta, les acabamos de devolver toda su dignidad.

Con la carne pasa algo similar. Si es pollo, a una ensalada, croquetas, empanadillas... Pero una carne roja o un asado lo podemos picar bien fino, lo mezclamos con una cebolla bien pochada, una rica salsa de tomate y lo convertimos en una boloñesa para una pasta o para poner en una fuente, cubrir con puré de patata, queso y gratinar. Veréis como os vuelven a pedir más veces este plato.

Sin ninguna duda, las reinas del reaprovechamiento son las croquetas, combinan con todo. Así que, no os vengáis abajo cuando os sobre comida. Si una puerta se cierra, se abre una ventana gigante llena de posibilidades que puede, incluso, resultar mejor que el plato original. A ver quién dice que las segundas partes son malas.

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