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En esta sección de Cantabria en la Mesa, 'La receta del día', empiezan a tomar protagonismo los pescados, como un producto que está de temporada. Y hoy, presentamos en la mesa un chicharro marinado con ajoblanco, según una elaboración que propone el gastrónomo Ricardo Ezcurdia. ... El chicharro es un pescado azul que cada vez está siendo más valorado, una fuente de salud que podemos incorporar a nuestra dieta y disfrutar tanto de su sabor como de esos beneficios nutritivos.
2 chicharros medianos.
200 gr. de almendras sin tostar.
150 gr. de pan del día anterior.
2 dientes de ajo.
150 ml. de aceite.
30 ml. de vinagre de Jerez.
1 l. de agua fría.
2 kg. de sal gorda.
El ajoblanco, antiguamente se hacía la mezcla en un mortero pero, para facilitarnos la labor, vamos a utilizar un vaso de batir. Podéis utilizar almendras molidas, acorta el proceso, unos 200 gramos, y la miga del pan –sí, solo la miga–, que remojaremos en agua bien fría para ablandarla unos minutos y luego escurriremos bien para incorporarlo al vaso.
Añadimos un poco de agua fría y lo ponemos en marcha que vaya batiendo la mezcla. Poco a poco, y sin dejar de batir, iremos añadiendo el resto de ingredientes, primero el agua, más o menos medio litro en total; un par de dientes de ajo, esto es más al gusto, y después el aceite, unos 150 ml y el vinagre, también al gusto, que no sea muy fuerte porque si no nos esconderá el resto de los sabores. En definitiva, se trata de buscar un equilibrio. Sazonamos y lo dejamos enfriar.
Ahora, nos ponemos con el chicharro. En realidad lo que vamos a hacer es curarlo en sal, para lo cual necesitamos que estén bien limpios los lomos, sin espinas. Los disponemos en una fuente con una cama de sal gruesa y los tapamos con más sal. Los dejamos durante aproximadamente una hora.
Transcurrido ese tiempo retiramos la costra y limpiamos bien los lomos bajo el grifo para eliminar cualquier rastro de sal. Los ponemos en una fuente con un chorro de aceite y la ralladura de la piel de una lima o limón hasta la hora de servir.
Justo antes de emplatar les damos a los lomos un golpe de soplete por la parte de la piel para templarlos un poco y nos disponemos a servir un poco del ajoblanco en el fondo de un plato hondo. Seguidamente ponemos el lomo cortado en un par de trozos encima.
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