Hoy hacemos en casa solomillo de cerdo con crema de apio y manzana

En este caso es lo que vamos a hacer con él, para acompañar un solomillo de cerdo que prepararemos a la sal, como ya hemos hecho en alguna otra ocasión, ya que es una manera bien sencilla de hacerlo y además nos permite tenerlo en la nevera guardado en un tupper para tirar de ello cuando necesitemos. La carne de cerdo es perfecta para acompañarla con esta crema y veréis que combinación más sorprendente.

Para preparar el puré de apionabo rehogamos en una cazuela con una cucharada de aceite, una cebolla pelada y picada con un par de dientes de ajos pelados y cortados en láminas hasta que empiecen a tomar color. Entonces añadimos el apionabo pelado y cortado en dados, tened cuidado al pelarlo porque es bastante duro, no vayáis a cortaros. Lo rehogamos dos minutos y añadimos un par de manzanas con la piel, a las que quitamos el corazón y también partimos en trozos.

Añadimos caldo de verduras y cocinamos hasta que el apionabo esté bien tierno, con unos 25 minutos es más que suficiente. Después lo trituramos para obtener un puré bien fino, añadiendo poco a poco leche para obtener la textura que más nos guste y salpimentamos al gusto. Lo reservamos.

Nos ponemos con los solomillos. Os recomiendo hacer más cantidad de lo que vamos a necesitar porque lo podemos guardar durante bastante tiempo y utilizar en muchas elaboraciones, así que procedemos a poner en una bandeja una cama de sal y colocamos unas cuantas hierbas encima, tomillo, romero, salvia, posteriormente los solomillos y encima de estos más hierbas, cubrimos todo con sal y lo apretamos para que compacte bien. En esa misma bandeja ponemos las dos cabezas de ajo enteras para asarlas a la vez que hacemos nuestra carne ya que luego las utilizaremos. Horno precalentado a 200º y unos 20 minutos de espera, nada más y nada menos porque el resultado es excelente.

Cuando lo saquemos del horno lo descubrimos, lo limpiamos bien y desechamos las hierbas, ya han cumplido su función transmitiendo su sabor y aroma a la carne, además de protegerla para que la sal no penetre en demasía. Lo envolvemos en papel de plata y lo dejamos reposar hasta que se enfríe y porque así lo cortaremos mucho más fácil. Incluso un par de horitas en la nevera facilitarán aún más la tarea.

Mientras, podemos meter mano a los ajos. Ya asados los pelamos y vamos triturando con un tenedor lo más finamente posible, hasta que consigamos una pasta o puré. Le vamos añadiendo un poco de aceite que también nos ayuda.

Cortamos finas lonchas de solomillo. Si disponemos de un cortafiambres excelente, sino a cuchillo, y lo vamos disponiendo en el fondo de un tupper. Cuando completemos la primera capa ponemos un poco de nuestro aceite que hemos hecho con el puré de ajo asado y si nos gusta un par de vueltas del molinillo de la pimienta, y seguimos rellenando alternando capas de solomillo con el aceite hasta completar toda la carne. Lo metemos en la nevera tapado y al día siguiente, si podéis resistir la tentación de no probarlo antes, ya estará listo para poder hincarle el diente.

Para acabar el plato, calentamos la crema de apionabo poniendo un par de cucharadas en el fondo de un plato y encima las lonchas o trozos de carne, veréis que delicia.