Tras un año complicado por el tiempo, el ciclo del viñedo llega a su fin en Cantabria

Es por tanto éste, sin duda, el momento más crítico porque su dependencia del tiempo es absoluta. Y, generalmente, es poco susceptible de mejorar el estado de los viñedos en este momento, pero sí que es más susceptible de empeorar si no se dan las circunstancias adecuadas en cuanto a horas de sol y cantidad de precipitaciones. Una granizada fuerte, como la que asoló hace unos días a Potes, sería una tragedia, pero en aquella ocasión sus efectos no alcanzaron la zona de Ojedo-Tama, como celebra uno de los viticultores que han aportada su valoración en este reportaje, Ángel Moreno, de Sierra del Oso.

En Guriezo, enBodegas Hortanza, cogemos 'con las manos en la masa' a su responsable, Irene Rodríguez. A diferencia de otras zonas, aquí «ya hemos empezado a vendimiar la semana la variedad gewürztraminer y la semana próxima seguiremos con la riesling». Se trata de variedades tempranas que maduran con antelación a otras como el godello o el albariño. Y añade Irene: «La uva está bien, pero la cantidad es más escasa. Tuvimos un exceso de lluvia en abril y mayo, en el momento de floración, y también en julio. En tiempos, vamos como la añada anterior y en cantidad el resultado será similar». En la otra zona de viñedos, Sierra La Vida, en Liendo, «comenzaremos en diez días, por altitud y porque son diferentes variedades».

Respecto al trabajo en el viñedo, destaca Irene que «ha sido un año muy duro, ha habido que estar pendiente de todo por las lluvias, pero creo que al final el resultado tendrá calidad, pero lo hemos sudado».

En Valle de Villaverde, Carlos Recio está al frente de Casona Micaela, una de las bodegas con más superficie de viñedo en la región. Su percepción es que «este año va un poco más retrasado y además hemos tenido más trabajo en el campo que nunca. La previsión es recoger algo menos de uva porque durante la floración no paró de llover. Respecto a la vendimia, el año pasado se adelanto, pero para este el horizonte lo tenemos en el Pilar. Queda más de un mes y habrá que esperar cómo se da septiembre. Pero de lo que más seguridad es que tendremos buen vino».

Mikel Durán, de Bodegas Vidular, con viñedos en la zona de Bárcena de Cicero, Noja y Arnuero, advierte que «esto no es como la Coca-Cola, cada año tiene sus particularidades y los balances hay que hacerlos cada cinco años. Esto explica que haya años que el vino te guste más que otros. En nuestro caso, venimos de dos años maravillosos, pero este año ha sido complicado por el tiempo. Ha habido un exceso de humedad y eso ha requerido mucho trabajo en la viña, ha habido que realizar deshojados más frecuentes y en general estar más encima». ¿Las consecuencias? «Tendremos algo menos de producción y va a costar que la uva llegue a la maduración ideal. Nuestra previsión es comenzar a vendimiar a finales de septiembre la chardonnay y a partir de ahí, escalonadamente, el resto de las variedades». Quizá la que menos le preocupa es el albariño, «ya que es la variedad más resistente, tiene el ollejo más duro, aguanta más».

En Treto, Nates y Gama se ubican los viñedos de Bodega Pago Casa del Blanco, cuyo enólogo es Antonio Merino. En su caso, reconoce que «estamos a la expectativa del tiempo en el mes de septiembre, pero la previsión es buena, la uva está sana y la cantidad que esperamos que nos den las viñas es alta ya que tuvimos una buena floración». No obstante, comenta que «hemos tenido mucho trabajo en el campo por la botritis (por exceso de humedad) y eso luego puede llegar repercutir en el precio final de vino. El final de la primavera y el inicio del verano han sido intensos. Luego hemos tenido un buen mes de agosto hasta que han llegado las lluvias de septiembre. Hemos realizado un muestreo y la uva godello la tenemos en 10º. Hace falta un último toque de un grado o grado y medio. Nuestra previsión es que la godello y la albariño se puedan vendimiar a finales de septiembre».

José Antonio Parra es el socio de Picos de Cabariezo que más pendiente está de los trabajos de campo y de bodega. En su caso, considera que el año ha sido «complejo por los problemas de humedad, pero lo hemos ido salvando. La cosecha quizá no sea de récord, pero la podemos considerar correcta, cumple». Respecto a la vendimia, su pronóstico es que «volveremos a lo que en esta zona es lo habitual, a primeros de octubre, frente a las dos últimos años que se adelantó».

Finalmente, en el caso de Picos de Cabariezo, el agua caído en septiembre «ha ayudado a engordar la uva, a que madure correctamente y a que se cargue primera de azúcar. El otoño creo que apunta bien».

Finalmente, Ángel Morenode Sierra del Oso, es quien proyecta el mensaje más optimista. «Tenemos previsto vendimiar sobre el 20 de septiembre. Solo nos falta un poco de sol tras estos días de lluvia, para que la uva termine de madurar y coja el grado óptimo. Pero, a modo de estimación, tenemos unas viñas con mucha carga, por lo que creo que va a ser el mejor resultado de todos los tiempos». No le da excesiva importancia a los problemas de excesiva humedad, «porque eso es algo habitual en esta zona a lo que ya estamos acostumbrados». Y, además de cantidad, Ángel también apunta a «una producción excelente en calidad. Ahora estamos en esos días donde hay que rematar la faena, que la uva madure y pierda acidez». Y para concluir, también comparte que «este año no hemos tenido pérdidas por la fauna, porque todas las fichas las tenemos cerradas».