Los más recientes estudios, el último se ha hecho en una publicación urgente en internet el 15 de marzo pasado, concluyen que sobre las bases de los estudios disponibles «la suplementación con vitamina D podría reducir la probabilidad de infectarse y la gravedad de ... la infección por el coronavirus». Desde Cantabria en la Mesa ya advertimos de la importancia de las vitaminas D y C para contener al coronavirus.
Hoy vamos a insistir en la vitamina D. Su principal fuente de aprovisionamiento es la luz del sol, que al dar sobre la piel transforma en vitamina D a un precursor que circula por la sangre. El problema es que el aislamiento prolongado en los domicilios impide tomar el sol para la mayor parte de las personas, en especial las mayores. El vidrio reduce mucho la capacidad de la luz en sintetizar vitamina D en la piel. La única alternativa al sol es ingerir los alimentos que contienen mucha vitamina D.
Lo que más vitamina D tiene es el aceite de hígado de bacalao (10.000 UI por cada 100 ml), se puede comprar un frasquito y añadir unas gotas para aderezar las salsas de los guisos de pescado o las ensaladas.
El resto de alimentos (UI por 100 gramos) son: los pescados azules: bonito, atún y arenque (800 a 1000), langostino (700), boquerón, sardina y salmón (250 a 320), conservas de estos pescados (200 a 300); yema de huevo (200), hígado de pollo o ternera (50 a 80), queso curado (80), leche y mantequilla normales (3 a 40).
Los veganos tienen un problema ya que los alimentos que contienen vitamina D en su dieta son escasos. Hay que tener en cuenta que la vitamina D es una grasa. Los alimentos vegetales que tienen algo de vitamina D son los aguacates y el germen de trigo y, entre los que pueden comer los veganos sin ser vegetales, están algunas algas y algunas setas, en especial los champiñones. Estos pueden llegar a tener tanta vitamina D como un huevo si les da el sol durante unas horas. La buena noticia es que pueden seguir fabricando vitamina D en nuestra casa (y les da el sol) si hace poco tiempo que se cortaron. Además, muchos alimentos grasos de uso común y algunos refrescos están fortificados con vitamina D añadida.
Si hay dudas o no nos gusta comer estos alimentos ricos en vitamina D podemos recurrir a los preparados farmacéuticos de los que hay una gran variedad en cápsulas, gotas o espray con sabor a menta.
Dosis diarias mínimas recomendadas
Para que puedan hacer los cálculos aproximados de lo que tienen que comer para ingerir las dosis diarias mínimas (UI/día) recomendadas son: por debajo de 15 años, 400; hasta los 70 años 600; y por encima de 70 años, 800. En la actual circunstancia creo que habría que sumar 200 a todas las edades. Por ejemplo con cien gramos de anchoas, un par de huevos y un vaso de leche ya tienen la dosis diaria necesaria.
Recuerden que la vitamina D se acumula en nuestro organismo y el exceso puede ocasionar problemas de salud. El margen de tolerancia es amplio, pero no se pasen de la dosis. El exceso de vitamina D podría ocasionar que fuera peor el remedio que la enfermedad.
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