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Más de 1.000 niños han sido atendidos en los servicios de urgencias pediátricas de Valdecilla y Sierrallana en sólo tres días. Y eso sin contar los que han podido verse en los SUAP (Urgencias de Atención Primaria) y que han vuelto a casa ... sin necesidad de derivar al hospital. Una avalancha, en medio de las celebraciones navideñas, que tiene como principales responsables a la epidemia de bronquiolitis, que ya lleva varias semanas incrementando de forma notable la afluencia y disparando los ingresos de los más pequeños, y a la gripe, que hasta ahora se había notado más en las consultas de los centros de salud que en los hospitales. Desde la Unidad de Urgencias Pediátricas de Valdecilla se habla del «primer récord» de pacientes registrado en su nueva ubicación, tras el traslado desde la Residencia Cantabria, en mayo de 2016.
El «peor día fue el sábado», previa de Nochebuena, cuando se alcanzaron las 241 urgencias, siendo la media en un fin de semana normal de 150, que en las últimas semanas se había elevado a 190. Pero el domingo (con 204) y el día de Navidad (con otros 228) tampoco hubo respiro para los profesionales de guardia. Los virus respiratorios están dando guerra también a los pediatras que se ocupan de las urgencias hospitalarias de Torrelavega, dependientes de Pediatría de Valdecilla, ya que es un equipo rotatorio. Sierrallana ha doblado en estas fechas sus cifras habituales, acumulándose un total de 395 urgencias entre el viernes y el lunes. En este centro, el mayor movimiento se registró el lunes, con 141 menores.
Las causas La bronquiolitis en bebés alcanza su pico máximo, al tiempo que se nota una incidencia mayor de gripe
En adultos Urgencias de Valdecilla sufrió un atasco la tarde de Navidad, «al concentrarse los casos en poco tiempo»
María Jesús Cabero, coordinadora de urgencias pediátricas, confirma que la presión asistencial ha alcanzado su pico máximo. «Pese a la intensa actividad de estos días, hemos estado muy bien, sin esperas importantes. Todo el mundo, enfermeras, residentes y pediatras han dado lo mejor. De diez», subrayó.
En el fondo, se esperaba este trabajo extra por la coincidencia de las fiestas -alargando una jornada el fin de semana- y por la propia evolución epidemiológica, con el virus respiratorio sincitial (VRS) -culpable del 80% de las bronquiolitis- en pleno apogeo, y la epidemia de gripe propagándose con fuerza. Todo ello cuando el único recurso alternativo al hospital, que son los servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP), soportan su propia sobrecarga, al no estar funcionando en estas fechas las consultas de médicos de familia y pediatras.
«Estamos viendo bronquiolitis, crisis asmáticas, gripe... Hemos tenido muchas urgencias de bebés por debajo de los seis meses», explica Cabero, en la línea de la información facilitada la semana pasada. Desde el servicio de Pediatría señalan que cada invierno «lo primero que vienen siempre son las bronquiolitis en niños muy pequeños o con factores de riesgo, seguidos de infecciones respiratorias en adultos, para después dar paso a la gripe», que aunque aumenta la actividad no se traduce en tantos ingresos como los que deja el VRS. En concreto, el 40% de los niños hospitalizados en Valdecilla en las últimas semanas han sido bebés de 3-5 meses con primeros episodios de bronquiolitis o menores de hasta 2 o 3 años por dificultades respiratorias motivadas por el virus sincitial.
El servicio de Urgencias de adultos de Valdecilla también soportó el pasado lunes el primer atasco de las Navidades. Desde la Gerencia lo achacan «a la concentración de pacientes en el mismo espacio de tiempo», después de la comida de Navidad. El goteo a partir de las cinco de la tarde fue constante hasta desembocar en una escena que nunca falta en esta época, la de los pasillos y las salas de espera repletas de camillas, ocupadas en su mayoría por personas de edad avanzada con problemas respiratorios, acompañados de familiares impacientes y muchas veces molestos por la demora.
El gerente de Valdecilla, Julio Pascual, detalla que «el lunes se contabilizaron 320 urgencias, una cifra que entra dentro de lo esperado. Empezamos a tener problemas cuando se superan los 400, pero no ha sido el caso». De hecho, apunta que «fue peor el lunes anterior». La prueba es que aún no se ha adoptado ninguna de las medidas de refuerzo previstas. «No hemos tenido necesidad de doblar habitaciones que ahora se utilizan de forma individual, y la gente ingresa en el día. Tampoco en Pediatría, pese a haber sido un fin de semana de mucha urgencia, se han necesitado más camas». Tras los momentos de saturación del lunes, el servicio de Urgencias amaneció despejado la mañana del martes, aunque las ambulancias que se agolpaban a la puerta a las cuatro de la tarde eran la primera señal de que se avecinaba «otra tarde complicada». Así lo reconoció Pascual a última hora: «Por la mañana hemos estado muy tranquilos, pero han empezado a acumularse pacientes a partir de las tres y ha vuelto a atascarse». En este sentido, el gerente del Servicio Cántabro de Salud, Julián Pérez Gil, aclaró que «aunque se den días puntuales de actividad más intensa, la situación actual en Cantabria es muy buena, nada que ver con lo que ocurre en otras comunidades».
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