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Ana Rosa García
Viernes, 4 de marzo 2016, 13:23
«No voy a admitir bajo ningún concepto que se presente como una chapuza, como un hospital del Congo, al nuevo Valdecilla, porque no lo es. Tampoco voy a consentir que se culpabilice de esta situación, injustamente, al PP y se continúe mintiendo a ... la población de Cantabria a costa de desprestigiar a este hospital, porque no es cierto, decente ni honrado». Contundente y con la firme intención de refrescar la historia «a los frágiles de memoria» en referencia al PRC-PSOE la secretaria autonómica del PP, María José Sáenz de Buruaga, ha recordado este viernes que el proyecto de las obras de las Tres Torres (fase III), el que determinó la estructura y los espacios, «no es del Gobierno del PP, sino del bipartito anterior, que para más inri es el actual».
Estas afirmaciones han sido contestadas de inmediato por la vicepresidenta regional, Eva Díaz Tezanos. Tezanos ha asegurado que el proyecto del nuevo hospital fue "elaborado" y "ejecutado" por el PP y que el actual Ejecutivo, de socialistas y regionalistas, va a "suplir" las "carencias" detectadas tras la inauguración de las obras y ocupación de las instalaciones del edificio Tres Torres. Díaz Tezanos le ha replicado que el actual Ejecutivo autonómico, que tomó posesión el pasado mes de julio, se ha "encontrado" con un diseño de las Tres Torres "mal hecho y planificado", que también ha sido "ejecutado" por el PP. Una situación que ponen de manifiesto -ha dicho- las "deficiencias" detectadas, que van a suponer un coste adicional "importante", de más de 1,1 millones de euros, que está "asumiendo" la Administración regional.
Durante su intervención, Buruaga también ha rebatido las «graves afirmaciones» reiteradas por su sucesora al frente de la sanidad pública, la socialista María Luisa Real, que ha reiterado en distintas ocasiones que los «problemas de diseño» del edificio «dificultan el trabajo diario de sus profesionales» y que las «deficiencias» detectadas hasta la fecha han obligado a hacer «reformas adicionales» valoradas en 1,1 millones de euros. Sin embargo, Buruaga ha apuntado que «donde se pretenden hacer ver deficiencias imputables al contrato de colaboración pública privada, lo que de verdad hay son decisiones políticas, fruto de antojos, de caprichos y cambios de criterio de los nuevos responsables sanitarios que la empresa no está obligada a asumir».
De lo contrario, ha añadido, «debería haberse instado la resolución del contrato por incumplimiento, en lugar de hablar y echar por tierra el trabajo ajeno. ¿Por qué no lo ha hecho? Porque esta jamás ha sido una cuestión de naturaleza técnica, sino una encarnizada lucha de carácter partidista», aseguró.
En su repaso al pasado reciente, Buruaga ha resaltado que «lo que el PP se encontró cuando llegó al fue una obra paralizada, pero con una cimentación y una estructura ya ejecutada sobre la que forzosamente tuvo que levantar el edificio de las Tres Torres». En rueda de prensa, la dirigente popular quiso dejar claro que el proyecto de obra fue «convocado en 2005 y aprobado en 2006, bajo mandato de consejero socialista, lo que dio lugar a unas obras que se adjudicaron en 2007 y se iniciaron en octubre de ese año con un plazo de ejecución de 42 meses».
Ha negado así que esas «carencias» a las que aluden las autoridades sanitarias actuales sean consecuencia del contrato de colaboración público-privada suscrito por el PP con Ferrovial-SIEC. Y se ha dirigido a Real para decirle que «sería muy conveniente que cuando se deja llevar por sus arrebatos, y habla de tirar muros y edificio, no se olvide que son los muros y el edificio que su Gobierno proyectó».
La exconsejera de Sanidad ha lamentado que la «persecución socialista no cesa. Ni fueron capaces de terminar el hospital, ni de impedir que el Gobierno del PP lo hiciera». Según ha expuesto, «se han dedicado los últimos años a construir y levantar una farsa sobre el hospital que ha ido cayendo por su propio peso. Primero trataron de convencer a la sociedad de Cantabria de que el contrato de colaboración público-privada era una chapuza jurídica de primera magnitud, una vía que han tenido que abandonar después de que los tribunales y los servicios jurídicos del propio Gobierno les asestaran un durísimo golpe. Después intentaron expandir el bulo de la privatización de Valdecilla, sin la menor fortuna. Y ahora toca el turno a las obras y a la financiación, una batalla que el partido socialista no está dispuesto a perder aunque para ello haya que recurrir al engaño y a la más grosera manipulación».
"Nos encontramos un hospital paralizado"
Buruaga ha recordado que el PP se encontró cuando llegó al Gobierno «un hospital paralizado tras 12 años en obras, sumido en la provisionalidad por falta de espacios y medios, y continuas dificultades para llevar a cabo sus funciones asistenciales, docentes e investigadores». En su repaso a la situación heredada, se ha referido también al «alto grado de deterioro de la Residencia, agudizado por la falta de inversión» y a un servicio de salud «arruinado» por 261 millones de deuda no contabilizada que «ponía en riesgo el adecuado suministro de la farmacia hospitalaria».
Así las cosas, Buruaga ha insistido en que «el CPP fue la solución legítima y eficaz que nos permitió afrontar con éxito un programa condenado a cronificarse, y terminar, equipar y dotar de la más alta tecnología y las mejores infraestructuras de comunicación a Valdecilla, después de 16 años de incumplimientos, demoras y sobrecostes disparatados». Y todo ello, ha añadido, «sin detraer ni un solo euro de la asistencia sanitaria de nuestra población en el momento en que más se necesitaba».
Por eso ahora, se ha mostrado sorprendida porque «quienes hoy se escandalizan por el sobrecoste de un millón de euros, son los mismos que modificaron u propio proyecto por deficiencias e imprevistos hasta en tres ocasiones consecutivas en 2009, por 14 millones; 2010, 24 millones, y otro en 2011, tras perder las elecciones, que encarecieron la obra, presupuestada en 70 millones, en un 53,5%, y dispararon los tiempos de ejecución», ha explicado. Modificados que, sin embargo, «no impidieron que a nuestra llegada nos encontráramos con deficiencias que tuvimos que resolver». Y ha citado concretamente, la configuración del área materno-infantil, en la planta 1 de las torres, la remodelación de Urgencias para habilitar una zona de urgencias pediátricas que «nunca estuvo prevista ni contemplada en el proyecto original», la ampliación de la zona de Reanimación_(REA) en el área quirúrgica (Fase I), que «se había diseñado pequeña»; y la integración de las tres torres con el resto del complejo mediante pasarelas de comunicación horizontal y nuevos ascensores.
En este sentido, la secretaria autonómica del PP ha subrayado que «quienes hoy critican la existencia de largos pasillos se olvidan de decir que en el proyecto original la única alternativa eran las escaleras, que para pasar de una torre a otra, no había más remedio que bajar, salir a la calle, volver a entra en otra torre y volver a subir, porque no había comunicación horizontal entre las tres torres y déficit de ascensores. Gracias a las adecuaciones introducidas vía CPP el proyecto de la fase III es un poco mejor que el proyecto que heredamos». Buruaga ha lamentado que ocho meses después del cambio de Gobierno, «Valdecilla no tiene dirección médica, el traslado está sin acabar, la Residencia sin desalojar y el Servicio de Oftalmología se ve expulsado del hospital. No sé si el Gobierno tiene un proyecto sanitario para Cantabria, yo no le conozco».
A su juicio, «cuando la máxima responsable de la Sanidad cántabra alienta descontentos, y da alas a informaciones interesadas con el único objetivo de destruir a su oponente político no solo está haciendo un flaco favor al sistema sanitario público sino también a si misma, a su equipo y a su Gobierno, porque está generando un problema de gestión donde no le hay, y que no va a poder solucionar apelando al sentido común, como ha hecho hace unos días». Respecto a las reformas iniciadas en las Tres Torres, Buruaga ha insistido en que son druto de «caprichos y cambios de criterios».
No en vano, ha detallado, «se sacrifica una sala de estar de familiares, para generar espacio de trabajo para facultativos, que disponen de ellos en otras zonas del hospital; la unidad de reproducción asistida reunía todos los estándares de calidad y era superior en hospitales como Cruces, pero el Gobierno ha determinado su reconstrucción y el crecimiento a costa de reducir la Unidad de Alta Resolución Obstétrica; y se ha decidido adecuar las instalaciones de farmacia, por la publicación de unas nuevas recomendaciones».
Respecto a la ampliación de la zona de esterilización y la adquisión de un nuevo tren de lavado para que puedan entrar en funcionamiento todos los quirófanos, la dirigente popular ha señalado que «esto no tiene que ver con la fase III, sino que es consecuencia de una falta de planificación de la fase I. Una cuestión que va a demorar el traslado de la Residencia y de Ortopedia», ha concluido.
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