La acusada de robar en 164 viviendas dice que las joyas halladas en su casa eran "regalos"

En el juicio contra ellos por seis robos en viviendas de Santander, el hombre y la mujer, ambos colombianos, han asegurado que nunca han estado juntos en la capital cántabra, aunque un testigo les ha situado en esta ciudad el día de uno de los robos, en las inmediaciones de una de las casas asaltadas.

El testigo, un agente de la Policía Nacional, ha explicado que sospechó de ellos porque mantenían una actitud vigilante en una zona residencial en la que eran desconocidos, razón por la que decidió anotar la matrícula del vehículo que conducían.

Después, comunicó este dato a sus compañeros, que comprobaron que el vehículo era propiedad de la mujer, lo que sirvió a la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (Udef) para iniciar una investigación que situó a los dos acusados en distintas ciudades del norte de España coincidiendo con 164 robos en viviendas.

La Fiscalía de Cantabria pide para esta pareja cinco años de prisión por delito continuado de robo en casa habitada y uno por integración en grupo criminal, para cada uno. También solicita dos años de prisión para la hija de la mujer, acusada de vender las joyas robadas, y uno por pertenecer a ese mismo grupo criminal.

En el juicio, la pareja ha explicado que cuando se cometieron los robos, entre 2013 y 2014, mantenía una relación en Lugo, donde vivía en dos casas contiguas, que eran propiedad del hombre con el que ella llevaba conviviendo 15 años.

En sus declaraciones, ninguno de los dos recordaba haber tenido relación con los paquetes incautados por la Policía antes de ser enviados a Colombia con objetos robados, uno de ellos localizado en la vivienda de la mujer, aunque ella ha asegurado que procedía de la casa del acusado.

La mujer, en prisión provisional desde mayo de 2014, sí que ha reconocido haber vendido joyas, aunque ha alegado que eran "regalos" de los hombres con los que mantenía relaciones, que le "pagaban con dinero o con joyas" , entre ellos, un joyero de Lugo.

"Si me hacen un regalo, lo recibo y no pregunto de dónde viene", ha alegado la acusada, quien ha admitido también que entregó joyas a su hija para que las vendiera, aunque no recuerda si tenían alguna marca o inscripción. "Yo no voy a vender joyas marcadas", ha sentenciado.

La hija ha asegurado desconocer el origen de las joyas que vendía "tal cual" se las entregaban y "sin preguntar su procedencia", mientras que el hombre, en la cárcel desde que fue extraditado voluntariamente de Colombia en noviembre de 2014, ha negado cualquier relación con esas ventas.

Sin embargo, los investigadores han explicado que la señal de los teléfonos móviles de los acusados les sitúa en los alrededores de los robos, no solo en Santander, sino en otras ciudades del norte de España. En total, se les relaciona con 164 robos, la mayoría de ellos con el modus operandi de reventar las cerraduras de las viviendas, de las sustraían objetos de valor.

"Su modo de vida era ese", ha descrito uno de los agentes, quien ha señalado que de las investigaciones se desprende que el hombre llevaba delinquiendo "muchos años" y era la "cabeza pensante" y la "mano ejecutora" de los robos, a los que ella se sumó cuando comenzaron su relación sentimental.