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José María Gutiérrez
Lunes, 2 de enero 2017, 07:07
Ha sido un cuento de Navidad con final feliz, pero durante días tuvo todos los ingredientes de una pesadilla. La biblioteca de la Escuela Oficial de Idiomas (EOI) de Santander abrirá hoy sus puertas, como cualquier otro día laborable, pese a que expresivos carteles ... en la entrada del centro anunciaron durante la semana pasada que no iba a ser así: "La biblioteca cerrará desde el 31 de diciembre hasta nuevo aviso".
La advertencia no se refería a un periodo de vacaciones en una época en la que la escuela no tiene actividad lectiva; ese hasta nuevo aviso dibujaba un preocupante periodo de incertidumbre, quizás semanas, quizás meses de cierre, que alertó a los usuarios de la biblioteca, que cuenta con 7.789 socios, entre los más de 6.000 alumnos que tiene la EOI en Santander y otro millar que están apuntados atraídos por los fondos bibliográficos y audiovisuales y la veintena de ordenadores que posee.
La razón de un cierre que finalmente no se producirá se debió a un correo electrónico que recibió el pasado 26 de diciembre la dirección de la Escuela Oficial de Idiomas, en la que se advertía que, como la aprobación de los presupuestos de Cantabria de 2017 por parte del Parlamento no se producirá hasta el mes de febrero, hoy en día no se puede derivar dinero a pagar las becas de los dos auxiliares que trabajan en la biblioteca, además de la responsable de la misma, Cristina Díaz, profesora de Inglés del centro.
El contrato de ambos expiraba el 31 de diciembre. El email procedía de la UNED, institución que aporta los becarios gracias a un convenio con la Consejería de Educación, pero reflejaba las explicaciones que, previamente y tal como constaba en el texto, le había hecho llegar la Consejería de Universidades e Investigación.
El equipo directivo de la escuela, encabezado por Simona Nocentini, encajó con sorpresa la noticia, se la comunicó a los becarios y a los usuarios que acudieron la pasada semana a la biblioteca y colocó los citados carteles informativos en los accesos al edificio, situado en la calle Cisneros. Algunos de los socios incluso empezaron a mostrar de forma activa su protesta ante tal decisión llamando al Gobierno de Cantabria.
Pero los carteles desaparecieron el pasado viernes al mediodía en lo que iba ser el último día de apertura de la biblioteca. Educación desactivó la crisis, abierta en su opinión "por el malentendido de un funcionario", y aseguró que el servicio va a seguir funcionando "sin ningún problema, igual que hasta ahora", según detalló Alonso Gutiérrez, director general de Innovación y Centros Educativos. "No se va a cerrar", afirmó tranquilizando a los usuarios.
Explica que la prórroga de los presupuestos de la comunidad "no condiciona para nada" este tipo de becas, que se extienden automáticamente a final de año "con la misma partida que en 2016 para la misma tarea", como sucede con otros contratos vinculados a Educación. Gutiérrez justifica en "el malentendido" de un funcionario, que envió un correo que no era correcto, y en la "precipitación" de la Escuela de Idiomas, que se "apresuró" a anunciar la clausura de la biblioteca sin antes aclarar la misma, las causas de un cierre que al final no se llevará a cabo.
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