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Ana Rosa García
Domingo, 5 de febrero 2017, 08:06
Hace año y medio, cuando dio el sí, acepto, el neurólogo Julio Pascual (Segovia, 1958) no solo respondió a la propuesta de la consejera de Sanidad, María Luisa Real (PSOE), de dirigir Valdecilla en un momento crucial, con un megatraslado por afrontar, sino que se ... convirtió en contrayente de "un matrimonio condenado a entenderse", el de la alianza público-privada, que está marcando su gestión y buena parte de su agenda. Pese al "tira y afloja continuo" con Smart Hospital (Ferrovial), que ya se ha traducido en "las primeras penalizaciones por deficiencias en sus servicios", Pascual no se arrepiente de aquella decisión que le alejó de sus pacientes, "a los que echo de menos y no olvido del todo", dice. Admite que el cargo pesa "Hay días mejores y peores", aunque el tiempo le ha reportado confianza. Convencido del potencial de Valdecilla, es consciente también de sus limitaciones: "Sin un acuerdo a nivel nacional, que prime la competitividad de los centros, es imposible crecer".
Superado el traslado, ¿cómo está funcionando el nuevo Valdecilla?
Estamos entrando en la normalidad y tengo que agradecer la implicación de todo el personal en el traslado. Lo único que nos queda pendiente es la farmacia hospitalaria y los laboratorios, que esperamos tener terminados antes del verano. El resto del hospital funciona con normalidad y de ello dan fe los números de actividad. El año pasado, en pleno traslado, aumentó la cirugía (300 intervenciones más que el anterior); y se redujo la demora media de 103 días a 92, un gran avance.
¿En qué se ha ganado más?
En la integración del hospital, el estar todos juntos es fundamental, antes los equipos se repartían entre Valdecilla, el Hospital de Liencres y la Residencia Cantabria.
¿Y esa integración es real o hay servicios donde aún solo es física?
La tendencia de los servicios es hacer vida bastante autónoma, pero si compartes sesiones de trabajo o necesitas a un traumatólogo o a un ginecólogo y lo tienes en la planta de abajo, cuando antes estaban en otro centro, está claro que en la interacción hemos ganado muchísimo.
La caída al puesto 27 en el monitor de reputación sanitaria ha generado ciertas críticas al hospital. ¿Objetivamente, en qué posición situaría hoy en día a Valdecilla?
Tenemos que ser conscientes de que el tamaño de nuestra población nos penaliza. Es como si quisiéramos que el Racing compitiera con el Real Madrid o el Barcelona, es muy complicado. Hay que ser realistas, Valdecilla se ha quedado como referencia de una región que no llega a 600.000 habitantes. Ahora mismo, seríamos capaces de ser referencia para muchos más procesos si nos pudieran compensar por ello, y no se puede. Ni este hospital ni ningún otro. En este momento, si no cambia el sistema, no nos podemos permitir el lujo de tener buenos jugadores en todos los puestos. Esto nos impide ser competitivos en algunos aspectos que tenemos capacidad para serlo. Me gustaría que Valdecilla estuviera de los primeros hospitales de provincias, por detrás de los grandes hospitales de Madrid, y que fuéramos líderes nacionales en determinados procesos en los que tenemos capacidad suficiente.
¿El presupuesto no da para más?
Tenemos un presupuesto cuyo objetivo principal de atender a la salud de los cántabros, que para eso pagan sus impuestos. Podemos perfectamente operar a pacientes de otras comunidades con técnicas quirúrgicas que solo tenemos aquí (cirugía robótica, por ejemplo), pero no les podemos cobrar, salvo que seamos CSUR (Centros, Servicios y Unidades de Referencia), que se designan para patologías muy específicas o raras. Los gerentes de esos hospitales estarían encantados de enviarnos pacientes; a ellos les sale gratis, pero a nosotros, no. Esto es un problema que requiere de un acuerdo a nivel nacional, que prime la competitividad de los centros, que podamos operar a gente de otras comunidades pero que nos lo paguen.
Por la percepción de los profesionales, ¿qué opinión tienen los pacientes sobre Valdecilla?
La última encuesta a los pacientes, hecha por la anterior Gerencia, indicaba que más del 90% de los pacientes consultados se mostraba muy satisfecho con el hospital.
¿Pero no dispone de un sondeo más reciente, en el que se puedan valorar todos los cambios?
Vamos a repetirlo este año, pero no tengo la sensación de que hayamos mejorado mucho, pero tampoco de que hayamos empeorado. Creo que la satisfacción de la gente se ha mantenido. Hay que reconocer que en la lista de espera, que suele ser la queja principal, tenemos que mejorar, aunque el avance conseguido en el año del traslado ha sido muy importante.
¿Cuál es la asignatura pendiente por aprobar para este año?
Reducir la lista de espera de las consultas médicas y de estudios complementarios (como Rayos) es una de las cuestiones que más nos preocupa. El año pasado vimos más consultas que el anterior y también tuvimos más pacientes en lista de espera porque subió la demanda.
¿Cuántas consultas se realizan en Valdecilla al año?
Más de 600.000, pero la demanda aumenta año tras año. Todos tenemos que ser conscientes de que los recursos son limitados.
¿Confía en que el sistema de pase y espera que se va a implantar ayudará a agilizar ese tránsito por las consultas de Valdecilla Sur?
Este sistema va a añadir comodidad y confortabilidad a los pacientes. Yo viví el cambio en Asturias, con la misma empresa que lo va a implantar aquí, y es muy sencillo, los usuarios no van a tener problema con su funcionamiento.
¿Ese es el gran vacío que dejó la supresión del fondo de cooperación interterritorial?
Sí, antes ese fondo cubría estos gastos, pero ahora ya no existe. Claro que hay pacientes de otras comunidades que piden venir a tratarse de cáncer a Valdecilla, pero un tratamiento puede llegar a costar 100.000 euros al año, y con ese dinero puedo contratar a dos radiólogos que me quiten la lista de espera de resonancia, por poner un ejemplo. Esa es la dinámica que tiene un gerente. Mi obligación primero es dar buen servicio a los ciudadanos de Cantabria, y después seguir potenciando las líneas en las que somos líderes o tenemos clara la inversión porque tiene mucho retorno para el hospital. Pero esa tesitura, en la que están todos los grandes hospitales del país, nos está impidiendo crecer. Ahora, necesariamente, hay que elegir.
Juto se está negociando ahora un intercambio de pacientes con Asturias. ¿En qué va a consistir? ¿Se trata de un caso excepcional?
Asturias tiene problemas con la cirugía bariátrica (reducción de estómago), que nosotros podemos asumir, y nosotros tenemos problemas en cirugía plástica con las reconstrucciones mamarias, lo que vamos a hacer es un intercambio de pacientes, porque ellos no me pueden pagar a mí, ni yo a ellos. En este caso cuadra, pero con otros hospitales más pequeños no es posible. Se da la paradoja de que esos centros tienen que mandar determinados procesos a la sanidad privada, y lo pueden pagar, y no pueden hacerlo entre hospitales públicos. El gran reto de la Gerencia es que, por un lado, queremos ser punteros en muchas cosas, pero no podemos hacerlo si para ello tenemos que detraer recursos de la rutina del hospital.
¿Cómo está siendo la convivencia entre Valdecilla y Ferrovial?
Es como un matrimonio condenado a entenderse. Si hay problemas incluso cuando uno elige a la pareja, cuando no lo hace es difícil que la relación sea perfecta. Como Gerencia, si eres dueño del hospital, tomas todas las decisiones por ti mismo, pero en esta situación cualquier decisión debemos de acordarla con la otra parte, y eso a veces es sencillo, y otras no tanto. Ferrovial es un interlocutor que tiene un interés privado y, como toda empresa, mira por su dinero.
¿Y qué lado está cediendo más en esas negociaciones?
Si preguntas a Ferrovial, dirán que ellos. Y yo te diré, que nosotros. En cualquier caso, es una situación que no es cómoda, sinceramente. Nuestra obligación, como Dirección, es entendernos. Tenemos que controlar que el contrato se cumpla.
¿Y se han detectado incumplimientos significativos?
Les estamos descontando sistemáticamente todos los meses, desde noviembre, que acabó la prórroga que le dio el gerente anterior. Ellos evidentemente están muy descontentos, pero nuestra obligación es reclamar lo que no se hace bien.
¿Si está hablando de penalizaciones, interpreto que se está atravesando el momento más tenso?
Hasta ahora no les podíamos descontar por esa prórroga, pero no creo que sea el momento más tenso. Es un un tira y afloja continuo.
¿Estas deducciones se refieren al funcionamiento de los servicios o tiene que ver con la auditoría de obra que encargó el Gobierno y que detectó irregularidades?
Con el funcionamiento diario de los servicios. Hemos establecido un mecanismo que recoge cualquier incidencia que acontece en el hospital (recogidas en el contrato, tales como si se tarda en limpiar un quirófano, si se aprecia un fallo de mantenimiento, de informática...). Hasta ahora lo hacíamos a través de un procedimiento interno y, a partir de este mes, se hará por medio de la plataforma Aurora (introduces la incidencia y el programa calcula directamente la penalización). La auditoría va por otro lado, está en este momento en fase de alegaciones por parte de Ferrovial sobre las deficiencias que nosotros hemos detectado.
¿Esa auditoría no se ha traducido aún en penalizaciones?
No. Hemos enviado a la empresa una propuesta con lo que tienen que arreglar o, de no ser posible, las penalizaciones que conllevaría.
¿Y cuál es esa propuesta?
Eso no te lo puedo decir, porque está en fase de discusión.
Y con respecto a las deducciones por deficiencias en los servicios que lleva Ferrovial, ¿de qué cantidades estamos hablando?
Es variable cada mes, estamos siendo riguroso a la hora de exigir el cumplimiento del contrato, pero son cantidades significativas.
Como gerente, ¿le hubiera gustado tener más capacidad de decisión y no depender tanto de la Consejería o de la Gerencia del Servicio Cántabro de Salud (SCS)?
Sinceramente, no. No he tenido ningún problema ni con el SCS ni con la Consejería. Sí que es cierto que esta es una comunidad muy pequeña, donde Valdecilla es el foco de la sanidad de Cantabria, pero no tengo ninguna queja y hasta ahora nos hemos entendido perfectamente. También esto es una ventaja, si tienen un acceso fácil tanto a la Gerencia como a la consejera, y te entiendes con ellos, es más sencillo.
¿El relevo generacional, tras la jubilación de médicos históricos de Valdecilla, puede ser un revulsivo o deja cojo al hospital?
Hemos cubierto todas las jefaturas sin excepción, no hemos tenido problema con el relevo, incluso en algunos casos hemos tenido que elegir entre varios médicos. En la mayoría de los casos, hemos decidido nombrar jefes de sección en los servicios en los que no había. Es cierto que en algún servicio hemos intentado traer a una persona de fuera y hemos tenido reticencias internas, porque no es fácil que la gente acepte la cultura de que es bueno moverse y cambiar de trabajo, pero lo hemos solucionado. Este año se jubila gente muy buena del hospital, pero tenemos buenos candidatos.
Sobre el proceso de selección, la pugna en el caso de la jefatura de Psiquiatría llegó a los tribunales. Uno de los aspirantes denunciaba que se aplican criterios variables ajustados al perfil de la persona predeterminada para el puesto. ¿Qué tiene que decir al respecto?
En este caso, son dos grandes profesionales, con lo cual es muy difícil la elección. Obviamente va a haber un componente subjetivo del tribunal, eso está claro. Tenemos exactamente el mismo problema con el servicio de Neurofisiología Clínica, la sentencia llegó hace unos días. El juez dice que el tribunal tiene que argumentar mejor en qué se basa esa decisión, y obliga igual que en el caso de Psiquiatría a repetir la segunda parte del proceso, que es el de la presentación del proyecto del servicio. Y_tiene que ser, además, el mismo tribunal, que era de la anterior Dirección. Acataremos la sentencia, tanto en este caso como en el de Psiquiatría, e intentaremos hacerlo lo antes posible, espero que antes del mes de abril.
La epidemia de gripe volvió a atascar las Urgencias. ¿En qué punto está el plan que iba a aliviar la congestión del servicio?
La gestión realizada con el tema de la gripe ha sido bastante buena, estamos contentos. Sí que hemos tenido momentos de gran afluencia de pacientes, con esperas, no vamos a negarlo, pero en general hemos funcionado con normalidad. Es más, en enero se han realizado veinte trasplantes. Si siguiéramos a este ritmo, haríamos tres veces más trasplantes este año que el anterior o cualquier otro. Un dato que confirma que el hospital no se ha paralizado ni mucho menos. Lo que tenemos que plantearnos es qué urgencias queremos tener: un servicio que nos dé la cobertur el 95% de los días y aceptar que un 5% (un 10% a lo sumo) vamos a tener atasco. Si dimensionamos las urgencias al doble, con el doble del personal para evitar esas colas, es un gasto importante que se quitarían de otros recursos del hospital que hacen mucha falta. El problema de urgencias no se arregla ampliando el servicio, sino que requiere de una transformación de la mentalidad del sistema sanitario. Hay que evitar que el paciente venga a Urgencias, tenemos que ser conscientes, como usuarios, de la utilización que se debe hacer del servicio. En segundo lugar, el sistema de salud también tiene que poner los medios para evitar que el paciente acabe en Urgencias, ahí es donde estamos intentando incidir en la estrategia de atención a la cronicidad (identificando a los pacientes reincidentes y proporcionándoles un circuito que no pase por Urgencias, con visitas domiciliarias, teléfono del consejo sanitario...). Si al final Urgencias es la vía común de todo, por muy grande que sea el servicio y esté quien esté de gerente, va a ser un atasco permanente.
La buena noticia para Valdecilla este año es la inversión histórica en alta tecnología. ¿En qué equipamiento se va a concretar?
Vamos a gastarnos entre 10 y 12 millones en alta tecnología, con los que se comprará un acelerador lineal para radioterapia, una gammacámara para medicina nuclear, un robot quirúrgico, un PET (Tomógrafo de Emisión de Protones), una resonancia magnética además de actualizarse el software de otra; y se renovarán las salas de radiología vascular, que son importantísimas. Antiguamente te daba un ictus y te quedabas hemipléjico y afásico; ahora, si se coge a tiempo, se extrae el coágulo. En Valdecilla se hace de rutina, exige un equipo de guardia solo para eso. Además, vamos a robotizar la farmacia oncológica.
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