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Álvaro Machín
Viernes, 28 de abril 2017, 07:18
El padre de Rubén salió a fumar. No quiso cámaras, no andaba con fuerzas. Fue una charla calmada con uno de los periodistas que llevaba un rato esperando. "Mi hijo disfrutó haciendo lo que le gustaba. La montaña los llamó y la montaña se los ... llevó. La montaña es la montaña. Ahora es un alivio saber que, al menos, están aquí. Sin esa incertidumbre de estos días, del rescate, de si hacía viento o nevaba... Sabemos que ha sido muy complicado y les agradecemos de verdad todos los riesgos que han asumido. Bastante han hecho", señaló en referencia al trabajo de los greim. Lo dijo en la puerta del Instituto de Medicina Legal de Valdecilla. Contó que el último mensaje que recibieron fue el sábado, a eso de las tres. Fotos del chaval colgado de la pared. Y que, a medida que pasaban las horas sin más mensajes, empezaron a preocuparse. A pensar en algo, pero "no en esto". "Gracias por todo", repitió con afecto antes de volver dentro. Allí estaban ya los tres montañeros. Su hijo Rubén y sus amigos, Daniel y Fernando. Dos vehículos los trajeron poco antes. Allí, por fin, se reunieron con los suyos.
Tama y Valdecilla estuvieron en contacto durante la mañana. Para evitar más esperas innecesarias tras los rescates. Agotadoras. Por eso, los familiares prefirieron hacer tiempo en la cafetería de la Escuela de Enfermería. Antes que ellos llegaron los dos equipos de respuesta inmediata ante emergencias de intervención psicosocial de la Cruz Roja. Psicólogos voluntarios. También varios agentes de la Policía Nacional y personal de seguridad de Valdecilla. Todo estaba listo cuando aparecieron los dos vehículos de color gris de la funeraria Gutiérrez. Entraron por el callejón del edificio, a un lado, de forma discreta. Como el agente de criminalística de la Guardia Civil con su maletín. En estas cosas siempre se hace referencia al silencio. Silencio en medio del bullicio del edificio de las consultas del hospital, allí al lado. Y silencio, al rato, cuando fueron apareciendo los más próximos. "Mi sobrino", dijo uno de los primeros en aparecer. Abrazos, gestos... El grueso llegó en compañía del delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, junto a los mandos de las Fuerzas de Seguridad del Estado en la región. También hizo acto de presencia durante la mañana el gerente de Valdecilla, Julio Pascual. Dar el pésame y ponerse a disposición de las familias para todo lo necesario.
"Los momentos son muy duros. Son etapas las que van pasando ahora y eso se lo decimos a las familias. Ya están aquí los cuerpos, las autopsias ya se están realizando... Esa parte ya la hemos pasado: se han podido traer aquí, que era un deseo y una esperanza de todos", comentó el presidente de la Agrupación Montañera Zamorana. José Tomás Santiago salió del edificio e hizo de portavoz. Para atender a todos y descargar a las familias.
"Nosotros somos montañeros, nos gusta la montaña y las actividades. Ellos estaban realizando lo que les gustaba, sabemos que hay un riesgo, que ahí está y lo asumimos y... Ellos estaban haciendo lo que les gustaba", señaló Santiago. Agradeció en un tono amable la presencia de los medios, el trato recibido durante estos días y la participación de las autoridades locales y sus esfuerzos por agilizar "al máximo" todos los trámites para poder llevarse a sus amigos a su tierra. Esa era la prioridad a esa hora
Hoy, en Zamora
Volver a casa. Allí, las familias han decidido que todos los actos de recuerdo se realicen de forma conjunta. "Fueron a la montaña juntos y queremos que sigan juntos". Los tres cuerpos serán trasladados hoy a la Funeraria La Soledad donde, según relató Santiago a este periódico, se instalará la capilla ardiente. Ya a última hora de la tarde a las 21.00 horas está prevista la celebración de un funeral en la iglesia de María Auxiliadora.
En cualquier caso, ya se han celebrado algunos actos de homenaje estos días tras constatar el desenlace de su ruta por Picos de Europa. Los compañeros de Fernando Casquero, enfermero de profesión, se concentraron ayer ante las puertas del Hospital Virgen de la Concha. Algo parecido a lo que hicieron los alumnos y profesores de la Escuela Superior de Arte y Diseño de Zamora. Rubén González era alumno y Daniel Camarzana lo fue hasta hace muy poco.
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