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Cantabria afronta la primera semana de gran despliegue de segundas dosis -alrededor de 8.500-, cruzando los dedos para que el envío de Pfizer previsto para hoy llegue completo. De lo contrario, problema a la vista. En la primera etapa de la estrategia de ... vacunación contra el covid se marcan los grupos prioritarios en función del riesgo y de la exposición al virus, centrado en mayores y personal de residencias y profesionales sanitarios. El stock dirige el ritmo de los pinchazos. Hasta el momento, Pfizer cumple con los plazos de entrega -Cantabria también ha recibido dos remesas de la fórmula de Moderna-, pero la semana pasada recortó el suministro a la mitad (sólo llegaron 3.510 dosis) por «cambios en las líneas de producción», lo que rompió los planes de la campaña diseñada desde el Servicio Cántabro de Salud. Un contratiempo que el consejero, Miguel Rodríguez, dijo que se compensará en las próximas semanas. «Esas vacunas se recuperarán y para el mes de marzo Cantabria habrá recibido la cantidad prevista», subrayó.
ESTRATEGIA
Pero esa falta de stock provocó que la cuarta semana de la campaña arrancara con menos vacunas disponibles y que Salud Pública decidiera aplazar el pinchazo de algunos colectivos que ya tenían cita, como los profesionales sanitarios de los hospitales privados y otros colectivos autónomos con consulta -caso de dentistas y odontólogos, señalados los primeros de la lista-, para reservar así parte del pedido de Pfizer y garantizar la puesta de las segundas dosis de esta semana, en la que toca completar la inmunización de las residencias vacunadas hace 21 días y del grueso de la plantilla de Valdecilla, que suma más de 5.000 profesionales.
La cuestión que está en el aire es si con las dosis reservadas y las que llegarán hoy habrá suficientes para administrar esa masiva tanda de segundas dosis a la que se enfrenta el SCS. Porque el protocolo es claro: el tiempo recomendable entre ambos pinchazos para conseguir el máximo grado de inmunidad está entre los 21 y los 24 días. Y ese dilema no se plantea sólo en Cantabria, sino que se repite en todas aquellas comunidades que apostaron por poner todos los viales recibidos en primeras dosis, confiando en que para cuando llegara el momento de completar la vacunación, la farmacéutica estadounidense hubiera repuesto los ultracongeladores de almacenaje según lo comprometido.
PRÓXIMO PASO
Así las cosas, de los viales reservados en los últimos días, tras el obligado cambio de estrategia motivado por la merma del envío del pasado lunes, se podrían extraer unas 2.700 dosis. Es decir, que haría falta que hoy aterrizaran al menos 5.800 vacunas más -el compromiso inicial de Pfizer con Cantabria era de 7.020 vacunas semanales-. A partir de esa cifra, todo lo que esté por encima podría emplearse para administrar primeras dosis a los colectivos sanitarios a los que se les aplazó la cita por el recorte de suministro.
Tras tres semanas de cambios y ajustes en la estrategia, la pasada también hubo que «reprogramar» el cronograma. El objetivo de Sanidad era continuar con las líneas marcadas. Eso sí, reducir la «intensidad» en la administración de dosis. Avanzar con los grupos acordados, pero con menos pinchazos de los previstos.
VIALES
Al menos ese fue el mensaje del consejero el lunes por la mañana. En ese momento estaba establecido como prioridad terminar la vacunación del personal de los hospitales comarcales (Sierrallana y Laredo. Además, confirmó el inicio de la campaña en los centros hospitalarios privados: Mutua Montañesa, Mompía y Santa Clotilde. La planificación incluía, por otro lado, llevar las dosis a colectivos profesionales con consulta privada que están incluidos en el grupo tres. Pero esa estrategia duró poco. A última hora de la tarde del mismo lunes los centros públicos recibieron nuevas instrucciones desde Salud Pública, indicando que la campaña de vacunación prevista entre sus profesionales se retrasaba de nuevo porque no se garantizaba disponer de segundas dosis suficientes para los ya vacunados. La semana anterior también se les había aplazado la cita para dar prioridad a las residencias, que completaron el fin de semana del 16 de enero la campaña, quedando sólo pendientes los centros con brotes activos. Sin embargo, cuando ya estaba clara la organización de la semana, los planes volvieron a alterarse. Sólo 24 horas después (el martes), el cronograma ya era otro. Sanidad decidió aplazar hasta esta semana la vacunación en los hospitales privados -que lo harán con personal propio y con la supervisión del SCS-, para priorizar a los mil sanitarios públicos que estaban aún pendientes.
Y mientras tanto, el tiempo había marcado el comienzo de la administración de la segunda dosis de Pfizer a los residentes y trabajadores del CAD de Cueto, donde empezó la campaña el 27 de diciembre. Tras la vacunación de 304 personas, que tuvo lugar el miércoles, la de Cueto es la primera residencia de mayores en inmunizarse en Cantabria, a expensas de que esta semana se repita el operativo con un grupo de trabajadores que se vacunó días después de la primera tanda. Cuando se cumple casi un mes de campaña, las idas y venidas del plan continúan suscitando críticas desde la oposición. Una vez se solucione el problema de suministro de Pfizer, el Gobierno regional espera «retomar la vacunación general a principios de febrero».
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