El SCS acumula el mayor atasco en lista de espera quirúrgica junto con La Rioja

Además, recuerdan que «Cantabria ha recortado en 6,6 puntos el porcentaje de pacientes con más de seis meses de espera, que pasó del 30,7% en el informe anterior -el segundo más alto, solo superado por el 31,8% de Aragón- al 24,1%». En este sentido, señalan que «Cantabria ha recortado tiempo de espera y ha pasado del segundo valor más alto en pacientes con más de seis meses de espera al séptimo en el conjunto de las comunidades autónomas». Son, prácticamente, los únicos datos positivos que puede extraer el equipo de Rafael Sotoca de los indicadores del Sistema de Información del Ministerio de Sanidad. Pues el análisis detallado por especialidades también le da más de un disgusto.

Traumatología, por ejemplo, que es la que acumula siempre la mayor demanda, registra en Cantabria (con 5.060 casos) la tasa más alta por cada mil habitantes, con 4,49. Es decir, que en proporción a su población, es la que tiene más personas esperando la llamada para operarse de lesiones óseas o musculares. Y lo mismo ocurre con los servicios de Cirugía General, Cirugía Torácica y Ginecología. Pero, además, la lista de espera es la segunda más abultada en Cirugía Plástica, la tercera tanto en Urología como en Cirugía Cardiovascular, y la cuarta en Neurocirugía.

Desde el departamento de Raúl Pesquera reconocen que «la lista de espera ha aumentado desde hace tiempo en Cantabria, entre otros motivos por la influencia de la pandemia». Un factor que ha condicionado la actividad, sobre todo en las primeras olas. Cada vez que la presión del covid ha asfixiado a los hospitales, en los quirófanos han tenido que pisar el freno para liberar camas extra de hospitalización. Pero esto ha afectado por igual a todas las comunidades, lo cual no justificaría por sí solo el negativo balance del SCS. Incluso ha habido hospitales que han pasado, a lo largo de la crisis sanitaria, mayores apuros que los de Cantabria. Como ejemplo, Valdecilla sacó pecho del volumen de trasplantes realizados en la fase más dura de la pandemia, ya que fue capaz de sacar adelante intervenciones que en otros centros era imposible por el fuerte impacto del covid. En 2021, aún operando un 10% más, no se lograron reducir unas listas desbocadas -entonces se cerró el año con 13.453 pacientes en cola-.

Para aliviar esos datos, desde el SCS «se articula actividad extraordinaria de tarde en los hospitales y se remiten pacientes, tras la correspondiente evaluación, a centros concertados», explican desde Sanidad. En concreto, el año pasado se derivaron 3.452. Una de las circunstancias que frenó las cirugías extra en junio fue el plante de los anestesistas tras la orden de Sanidad de desplazar profesionales del servicio de Valdecilla a Laredo para cubrir las guardias debido a la falta de personal propio.

«En el primer semestre de 2022, a pesar de continuar el impacto del covid (con la ola producida en el primer trimestre, con repercusión principalmente en la actividad quirúrgica de Valdecilla y la necesidad de sustitución de pacientes a última hora por ser covid positivos) y a las obras en el bloque quirúrgico del Hospital de Laredo, las intervenciones programadas han superado en un 13% las realizadas en el mismo periodo del año anterior», indican desde Sanidad. Cifras que siguen siendo insuficientes para salir de la cabecera del ranking nacional de listas de espera. Y esa mala posición, en comparación con otras comunidades, no se limita únicamente a las demoras para cirugías, sino también para consultas externas. Sólo Andalucía y Asturias superan la tasa cántabra de pacientes que aguardan a una cita con el especialista (91,4 por cada mil habitantes), con una demora media de 67 días.