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Este año se cumplen diez de la reducción de estómago que al santanderino Federico Luis Moya le cambió la vida. «Decidí operarme el día que ya no podía atarme los cordones porque me lo impedía la barriga; había llegado a los 182 kilos». Una ... experiencia que compartió con este periódico -el antes y el después, con cien kilos menos en un año, fue portada en 2015-, cuando puso en marcha una asociación destinada a asesorar a pacientes que, como él, se enfrentaban a una cirugía bariátrica para combatir su gran obesidad. «Mi caso es algo excepcional, no es habitual bajar tanto peso como lo hice yo, pero lo realmente difícil es mantenerse», apunta este cántabro de 41 años, que hoy en día puede presumir de haberlo conseguido. «Peso casi 90 kilos y estoy a gusto conmigo mismo, pero esto es una lucha continua».
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Y ese es uno de los primeros mensajes que comparte con las personas que contactan con la Asociación Bariátrica Híspalis Nacional, de la que es director ejecutivo y asesor tras dejar atrás el proyecto impulsado en Cantabria. «Tenemos grandísimas herramientas frente a la obesidad, tanto quirúrgicas como farmacológicas, pero hay que acompañarlas de hábitos de vida saludables. Eso es crucial, hablamos de una enfermedad crónica y multifactorial, y cuando la sufres una vez, ya te acompaña toda la vida. No se puede bajar la guardia, porque entonces se recupera el peso y el esfuerzo no ha servido de nada», declara este cántabro que vivía con obesidad desde 1998 y aún guarda en casa aquella camisa de cuadros talla XXL con la que posó para mostrar su transformación. «Me sirve de recordatorio», confiesa.
«Los pacientes que se plantean su paso por quirófano en la actualidad tienen una información más completa que la que tuve yo (se limitaba a un folio)». De hecho, aquella «falta de asesoramiento» sobre cómo afrontar su nueva vida es lo que le llevó al asociacionismo. Desde Santander, compagina su trabajo en el servicio de mantenimiento en una cadena hotelera con su actividad en Híspalis y como miembro representante de España en la Junta Directiva de ECPO (European Coalition for People living with Obesity). «Yo cuento mi experiencia, pero siempre comento que cada operación es un mundo. Hay quien puede bajar 30-40 kilos y se estanca, pero hay que ser constantes con los hábitos de vida. Y recomiendo no dejar pasar el tiempo, porque los kilos que pueden sobrarnos hoy, pueden ser motivo de una obesidad severa mañana».
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