Secciones
Servicios
Destacamos
«Unos donan productos, otros hacen un ingreso de dinero, cada cual aporta como puede... Mi manera, la de muchos bomberos, ha sido bajar allí y trabajar tres días. Con ese panorama no había otra cosa más importante que hacer (en Cantabria)... Yo no me ... podía quedar en casa».
Habla Juan Castanedo, quien formó parte de un equipo de seis bomberos del servicio de emergencias regional comandados por el jefe del centro de Laredo Fernando Castanedo (con el que comparte apellido pero no parentesco). A su grupo se le destinó a achicar agua con grandes bombas en un colegio de Algemesí y en un edificio en Alcudia. Se desplazaron el sábado y regresaron el miércoles. En estos casos «lo más efectivo es ir dándose relevos: llegas al lugar, trabajas tres días con muy poco descanso y te vuelves. En una emergencia así sirve de poco estar 10 días seguidos porque se hace tanto cada día que, a partir de cierto momento, ya ni rindes. Las sustituciones son imprescindibles», explica el profesional.
Noticia relacionada
Apunta, además, que cada momento del desastre es diferente. Cuando este equipo salió para Valencia tenían claro que el trabajo sería achicar cantidades ingentes de agua. Pero las circunstancias van cambiando y las necesidades también. «Ahora igual ya sirven de poco las bombas porque hace falta otro tipo de maquinaria como radiales o palas y llegará un momento en que se se necesitará maquinaria pesada para retirar los escombros».
De nuevo en su rutina cántabra, el bombero es consciente de que nunca se había encontrado «nada como lo que ha visto en Valencia. Ese nivel de destrozo hay que verlo para creerlo». Para el recuerdo, la solidaridad de ida y vuelta. «Nos ubicaron en un albergue y venía la gente a cocinarnos por las noches y los desayunos. Con su pena, pero volcados con la causa». Cree que ese movimiento de ponérselo muy fácil a los que han ido a sacarles del fango se debe a que «no pensaban que iban a encontrar tanta ayuda. Ha sido como una enorme cadena de favores».
Durante los tres días que estuvo allí, Castanedo ha visto a todo el mundo muy agradecido. «Seguro que muchos llevaban una desgracia encima, pero solo nos han hecho llegar agradecimiento. Les sorprendía que procediéramos de Cantabria. Y también hemos constatado que todos estaban muy dispuestos a ayudar. Estaban preocupados y, al tiempo, muy motivados».
De momento, Castanedo cree que no le tocará bajar de nuevo a Valencia, porque en su servicio hay más de un centenar de bomberos y son muchos los que se han ofrecido. «Aunque si tengo que volver, vuelvo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.