Los alcaldes acogen con «inquietud» el fin del toque de queda y reclaman «prudencia»

La mayoría de alcaldes (y ediles) con los que este periódico habló ayer, entre ellos los de Santander y Torrelavega y otros turísticos, ven con buenos ojos el fin del toque de queda (que se aplica desde el pasado 17 de julio) «porque todo lo que sea quitar restricciones está bien, ya que recortar libertades siempre es algo malo», según apunta el concejal de Seguridad Ciudadana de Noja, Eduardo Torre, que, al mismo tiempo, traslada la «inquietud» con la que los representantes municipales afrontan el próximo fin de semana, donde los botellones proliferarán de nuevo y con ellos las ya conocidas incidencias que van de la mano del ocio nocturno cuando no hay límite horario.

Precisamente Noja ha sido uno de los municipios donde más problemas tuvieron para controlar el botellón en el arranque del verano. «En las últimas semanas habíamos hecho menos hincapié en la noches y más en las mañanas, pero ahora tendremos que cambiar la dinámica aprovechando el refuerzo de agentes».

También Torrelavega, que se encuentra inmerso en sus fiestas de La Patrona, reforzará este fin de semana la presencia policial, según avanzó el alcalde Javier López Estrada, quien pidió a vecinos y visitantes que, «ahora más que nunca», cumplan con las normas sanitarias. «Debemos ser responsables y cumplir con esas medidas. Todos y cada uno de nosotros debemos, con nuestra responsabilidad, evitar que vuelvan a subir los contagios».

En esta misma línea se manifestó la alcaldesa de Santander, Gema Igual, quien pidió «prudencia» y aprovechó para hacer un llamamiento «porque el que no tengamos toque de queda no significa que podamos estar en la calle sin ninguna medida».

Igual dejó claro que «tenemos que continuar siendo muy cuidadosos con nuestra salud, tenemos que continuar con la mascarilla y con nuestro grupo burbuja». Y aunque ya no tenemos la restricción de tener que llegar a casa a la una, «la gente no se tiene que confundir y entenderlo como nos pasó cuando nos quitamos la mascarilla en junio».

La alcaldesa de Laredo, Charo Losa, también coincide en que «no debemos bajar la guardia» y en que «hay que seguir manteniendo la distancia de seguridad, evitar los lugares concurridos y mantener los grupos burbuja». Además, avanza que las fuerzas de seguridad, que en lo que va de verano han impuesto unas 200 multas por el botellón, continuarán efectuando controles para velar que se cumplan las instrucciones sanitarias de protección frente al virus, así como para evitar los botellones y las aglomeraciones que vulneren las normas para garantizar que se preserve la salud ciudadana. «Si en algún momento nos vemos sobrepasados por los botellones estudiaremos solicitar apoyo a la Delegación del Gobierno, como ya hemos hecho anteriormente», apuntó la regidora.

En su caso, la alcaldesa de Camargo, Esther Bolado, fue más crítica al asegurar que «los ayuntamientos no vamos a tener medios humanos ni manera de poder controlar las concentraciones de personas que se produzcan a partir de la una de la madrugada». «Si se producen botellones o concentraciones de personas a partir de esa hora los municipios no vamos a tener medios para controlarlo, como ya quedó demostrado anteriormente cuando no había toque de queda», lamentó.

Esta circunstancia es la que lleva a la alcaldesa de Bareyo, Ángela Ruiz, a mostrarse partidaria de que se hubiese prolongado, «al menos hasta que acabe el verano», el toque de queda.

«Con el verano que hemos tenido con el botellón y los actos vandálicos en el mobiliario urbano prefiero que se hubiese prolongado la medida. Además, aquí no hay negocios de ocio nocturno, salvo un pub que pidió la licencia especial de bar, con lo que no afecta a la hostelería», dice.

En Comillas, las fuerzas de seguridad han tenido bastante trabajo en la últimas semanas debido a los incidentes provocados por esos jóvenes procedentes de otros municipios vecinos donde no había toque de queda. «Me parece bien que quiten la restricción por el ocio nocturno y la gente joven. Es bueno para todos. Ahora bien, lo que pido es responsabilidad individual, sobre todo a los jóvenes, que tienen que pensar que estamos como estamos y todavía queda mucho para que esto acabe», afirma la alcaldesa Teresa Noceda. Por su parte, el alcalde de Ribamontán al Mar, Francisco Asón, también es partidario del fin del toque de queda, «porque va a favorecer a los negocios y a muchos empresarios, que incluso no han podido atender a toda la gente que acudía a sus locales por las restricciones». «Espero que resurja la cosa porque quedan cuatro días de verano y el invierno es muy duro», concluye.