Alcohol al mejor postor: Cantabria se queda sin 5.000 litros que venían de camino

Primero fueron las mascarillas, luego la solución hidroalcohólica... productos que antes abundaban y se vendían a cuatro perras, escaseaban y se ofertaban a los pocos días en Amazon (que no deja de ser un reflejo del mercado) a precios exorbitantes. Fue una de las primeras consecuencias de la crisis del coronavirus. Ahora esa situación afecta a cualquier material, medicamento, aparato o producto que sea útil en la lucha contra la enfermedad: la única ley que rige es la del mejor postor.

El Gobierno de Cantabria lo comprobó hace menos de tres semanas cuando un camión que circulaba por Europa y se dirigía a la región, cargado con 5.000 litros de etanol que se iba a emplear para la fabricación de gel desinfectante, desapareció. No es que tuviera un accidente ni que el GPS le despistara; simplemente cambió de rumbo y nunca más se volvió a saber de él. «Supongo que a su compañía de transportes le ofrecieron más por la carga: si el litro estaba a diez le ofrecerían doce sobre la marcha y aceptó. Y eso fue hace veinte días, hoy todo es infinitamente más caro», explica uno de los responsables de coordinar las compras de material sanitario para el Gobierno regional.

«Ahora mismo el mercado es como la jungla, o peor: todas las alimañas y buitres que había escondidos han salido. Yo he visto cómo el glicerol -otro de los componentes que se están utilizando en Cantabria para la fabricación de gel desinfectante- duplicó su precio. Hay gente que está ganando millones de euros en operaciones que se cierran en minutos».

Cantabria está buscando proveedores de alcohol por todas partes. «Los mercados son ahora mismo una vorágine tremenda. Todos los pagos se hacen por anticipado y los precios no valen para dentro de diez minutos: o das el 'ok' o te quedas sin ello», señala Liani Sarabia, socio de la destilería Siderit, que está colaborando con el Ejecutivo cántabro con sus instalaciones y también poniendo a su disposición su conocimiento del mercado y su red de contactos. «Hemos rebuscado por medio mundo para encontrar alcohol. A través de los proveedores hemos conseguido un poquito aquí y un poquito allá. Hasta de Letonia estamos trayéndolo».

Esto ha sucedido en Europa, donde todos, más o menos, manejan las mismas reglas: cuando los compradores se asoman a otros mercados, especialmente al de China, todo se vuelve muchísimo más complicado.

«Desde nuestro punto de vista, su sistema nos parece inaceptable» -reflexiona un buen conocedor del país-, pero somos nosotros los que, con nuestra visión egocéntrica de las cosas, vamos allí y queremos que funcionen con nuestras normas. Entre las empresas que están fabricando material sanitario hay algunas que se han montado en dos días con inversiones millonarias y en busca de beneficio. Han visto una oportunidad de negocio y la están aprovechando: lo venden al que ofrece más y al primero que pone el dinero».

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