Los alojamientos más peculiares en Cantabria

Cada vez es más habitual buscar sitios originales para dormir y que ofrezcan vivir nuevas experiencias a sus clientes. Aunque en hospedajes curiosos, se lleva la palma la tienda de campaña que estuvo ubicada en Cudón, en el municipio de Miengo, situada en el jardín de una particular y que desató todo tipo de críticas en las redes sociales.

Pero la otra realidad, la de los establecimientos que buscan distinguirse del resto –surgidos muchos tras la pandemia– es que suelen situarse en enclaves espectaculares, pero además son alojamientos singulares por su propio diseño o por las experiencias que se pueden vivir. Son algunos de los establecimientos más peculiares que se pueden encontrar en Cantabria. Desde una cabaña rural que asemeja a la vivienda enterrada que sale en la saga de 'El Señor de los Anillos' y 'El Hobbit' hasta las famosas cápsulas importadas de Japón que ya se han consolidado en diferentes puntos de la región.

Es el caso, por ejemplo, del apartamento flotante, situado en el puerto deportivo Marina del Cantábrico. Este establecimiento, como su propio nombre adelanta, es un alojamiento amarrado junto al resto de embarcaciones y que permite vivir la experiencia de dormir en el mar, pero sin alejarse de la costa. Es una de las pocas que se ofertan por el norte de España y está recomendada para cuatro personas como máximo. Su precio varía según la temporada y oscila entre los 100 y 200 euros.

También muy original y cada vez con más presencia en Cantabria son los domos geodésicos, una estructura geométrica con forma de semiesfera conformada por triángulos con gran resistencia y autosustentabilidad. En concreto, se trata de DomoCantabria, situado en Sobremazas, localidad perteneciente al municipio de Medio Cudeyo. «Más que un domo para dormir, es una cúpula de experiencias», subraya Javier San José, gerente. «Los usuarios suelen complementar esta vivencia con meditación, música en directo o simplemente metiéndose al jacuzzi». Un proyecto que cuenta con dos años de vida donde la noche se sitúa en unos 200 euros.

Además de estas propuestas innovadoras, las hay también que parten de ideas más clásicas, como cabañas rurales con un encanto singular. Así ocurre con las Cabañas Rurales El Hayal de Aloños, en Villacarriedo, ocho viviendas que cuentan con peculiaridades que las distinguen entre ellas. Por ejemplo, la cabaña El Hobbit se inspira en la casa del personaje Bilbo Bolsón. «Todas las casas están hechas a mano para poder integrarlas en el terreno, junto al río, y la gente tenga su espacio y privacidad», explica Juan Viñuales, dueño. Las cabañas pueden acoger desde dos personas hasta grupos de diez, lo que hace que exista un margen amplio de precios, pero se puede pasar una noche para dos personas desde 60 euros.

Uno de los proyectos que ha desembarcado recientemente por Cantabria son los hoteles cápsulas. Entre ellos, se encuentra el Aloha Surf Hostel, que abrió sus puertas el pasado verano. La Escuela Cántabra de Surf de Somo combina la oportunidad de mezclar el surf y esta modalidad nacida en Japón. Por un poco más de 30 euros se puede vivir esta experiencia.

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