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En el fútbol se dice que a entrenador nuevo, victoria segura. Algo así está pasando en Alto Campoo. La llegada de un nuevo director a la estación de esquí ha coincidido con uno de los inviernos con más nieve de la última década. El último ... episodio de frío y precipitaciones no sólo ha cubierto de blanco las instalaciones de Brañavieja, también de optimismo. Con más de un metro de espesor en las cotas bajas y hasta dos metros en las zonas elevadas, la previsión de sus responsables es más que positiva. Si la tendencia no cambia, esperan que la actual temporada sea «larga» y que se sobrepase la barrera de los 100.000 visitantes, cifra que marca la diferencia entre una buena y una mala campaña.
«Las condiciones de nieve son fantásticas. Ahora, lo que estamos esperando es que haga buen tiempo para poder disfrutarla», señala Joan Anton Font, director de esta instalación dependiente de la empresa pública Cantur, quien en su primer año en Alto Campoo se muestra impresionado con las condiciones actuales. Los trabajadores más veteranos le cuentan que nevadas como los de la última semana son relativamente normales, pero después de varias campañas tacañas no dejan de sorprender. Con un «producto» en condiciones óptimas, ahora están a expensas de la meteorología. El tiempo será quien diga hasta cuándo se prolongará la temporada de esquí.
54.186 son los visitantes que la estación de esquí de Alto Campoo ha recibido desde que comenzó la temporada el pasado 3 de diciembre, hace ya dos meses.
63.307 fueron los visitantes que se acercaron la pasada temporada hasta Alto CampooEn aquella ocasión, la estación de esquí abrió el 18 de enero y cerró el 5 de abril.
«El objetivo es llegar hasta Semana Santa, algo de lo que cada vez estamos más cerca por cantidad y calidad de nieve. Todo hace pensar que se conseguirá, pero pueden pasar muchas cosas. Ya se verá», detalla Font. El pasado año fue imposible. La falta de precipitaciones que en verano derivó en una profunda sequía antes había acortado el calendario de actividad en Alto Campoo hasta los 78 días. Las puertas se abrieron un 18 de enero y la desaparición de la capa blanca obligó al cierre un 5 de abril, antes de las fiestas de Pascua, uno de los picos de la temporada por número de visitantes.
Joan Font, director de la Estación
Este año, las perspectivas son muy diferentes. Para empezar, porque las nevadas de otoño permitieron levantar la verja mucho antes, el 3 de diciembre. A eso se une que la Semana Santa cae este año antes y que los espesores actuales hacen pensar que todavía quedan muchas semanas de esquí en la estación invernal. «Esa es la idea, pero hay que tener en cuenta que en Cantabria las condiciones son muy cambiantes. Te pueden llegar unos días de lluvia y de temperaturas altas en marzo y te estropea todo lo que hemos ganado estos días. En principio pinta bien, pero...», remarca el director.
Campaña larga y, por tanto, con muchos visitantes. Esa es la segunda derivada de la previsión a tenor de la situación actual de Alto Campoo. Por eso, y porque a falta de la mitad de la temporada las cifras de esquiadores son ya muy similares a las de todo el año anterior. Hasta este momento han subido a Brañavieja 54.186 personas, sólo 9.000 menos que en todo el periodo anterior. A un ritmo de más de 25.000 por mes, si la tendencia no sufre cambios y la meteorología acompaña, se superará con relativa facilidad la cifra de los cien mil. Más difícil es alcanzar el récord de la 2008/2009, otro año de nieves, en la que el listón subió hasta los 268.876 usuarios. Para eso hace falta «buen tiempo para que la gente se anime, pero no excesivamente bueno como para que nos quedemos sin nieve».
Joan Font
Con el temporal afectando a Cantabria, el contador no ha avanzado mucho en los últimos días. De hecho, el miércoles la estación estuvo cerrada. A ello hay que sumar que la gran cantidad de nieve caída en tan poco tiempo obligó a hacer un esfuerzo suplementario al personal para acondicionar la zona esquiable y despejar el camino a los remontes.
Ayer, la situación ya era más favorable. Por la mañana estaban abiertas tan sólo cuatro pistas y era necesario el uso de cadenas para llegar al aparcamiento. Por la tarde, la quitanieve despejó el camino y el número de pistas disponibles creció hasta las ocho (un 36% del total). Y para hoy el panorama es distinto. Si el tiempo lo permite volverá a estar disponible un tercio de las pistas con espesores de entre 1,05 y 2,10 metros de nieve con calidad polvo.
El temporal remitió ayer de manera significativa, por lo que no se produjeron cortes de ningún tipo en carreteras como la A-67. Sí hubo problemas (cierres y obligación de cadenas) en puertos como La Sía, Estacas de Trueba o Palombera, entre otros, así como en una decena de carreteras autonómicas. Además, un millar de escolares volvieron a quedarse sin clase porque la nieve y el hielo obligaron a cancelar el transporte escolar.
Hoy, Cantabria permanecerá en aviso amarillo por nevadas, bajas temperaturas y fenómenos costeros, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En concreto, está activado el aviso por riesgo de nieve en Cantabria del Ebro y Liébana hasta las 00.00 horas del sábado, por acumulaciones de unos siete centímetros por encima de los 900 metros. También estará activado este aviso en el centro regional y el valle de Villaverde, donde se prevén acumulaciones de cuatro centímetros por encima de 600 metros. Mientras, en la Cantabria del Ebro continuará en aviso amarillo por temperaturas de hasta -6 grados centígrados hasta las 10.00 horas.
Aunque los cerca de 20 vecinos que pasan el invierno en Tresviso tienen llenas las despensas en previsión de lo que pueda pasar, el aislamiento que sufre esta localidad situada a 700 metros de altitud desde el lunes comenzaba ya a generar algunos problemas. Por eso, el helicóptero del 112 realizó ayer un vuelo para abastecer en pueblo. Fue el ayuntamiento el que solicitó este operativo y pidió especialmente alimentos frescos y medicinas. En total, llegaron por aire diez sacas con alimentos y medicamentos para los habitantes, así como unos 1.500 kilos de comida para el ganado. Se realizaron cuatro viajes y sendas descargas mediante operaciones de grúa. Posteriormente, los rescatadores del Gobierno cántabro colaboraron en la distribución de todas las provisiones, junto a vecinos y miembros del consistorio encabezados por el alcalde, Francisco Javier Campo. Además de las tres personas que forman parte de la tripulación del helicóptero autonómico, también se desplazó a la zona un médico del 112 por si era necesaria su intervención.
Por otra parte, Aemet informó ayer del peligro de aludes en la cordillera Cantábrica y especialmente en el Parque Nacional de Picos de Europa. En la escala europea, que va de 1 a 5, sitúan el aviso en el nivel 4. «Los aludes pueden desencadenarse tanto al paso de personas como de forma espontánea, sobre todo en las laderas más empinadas», por lo que se solicita la máxima precaución.
En la estación de Alto Campoo, sus responsables confirman que este peligro no existe siempre que se utilicen los lugares habilitados para la práctica del deporte.
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