El Alvia Santander-Madrid vuelve a quedarse parado en Segovia: «Han bloqueado las puertas para que no pudiéramos subir a otro tren»

Lo cuenta una viajera que prefiere no dar su nombre, que al final se organizó con otras tres personas que iban en el Alvia para pedir un taxi y poder llegar a su destino. Dicen que el personal de Renfe no se lo puso fácil. «Teníamos mucha prisa por llegar a Madrid, pero tardaron en dejarnos bajar para coger un taxi», asegura.

El Alvia salió a las 09.10 de Santander y la llegada a Madrid estaba prevista a las 13.20. Pero al llegar a Segovia «se escuchó un ruido arriba, un ¡pum! Como de chispas, algo eléctrico». Cuentan que por megafonía se les informó de que había un problema en el tren, pero se quejan de que el personal no les informaba de qué iba a pasar a partir de ese momento ni cómo podrían continuar.

Estaban parados esperando cuando vieron por las ventanillas que llegaba a la estación otro tren con destino a Madrid. Pensaban que era uno que venía a recogerlos. Pero no. «Quisimos bajarnos, pero una supervisora nos dijo que no, que solo doce de los viajeros del Alvia Santander-Madrid tenían el transbordo. Tuvimos que quedarnos dentro». Pero algunos no respetaron ese mandato. «De pronto empezamos a ver que sale muchísima gente y se sube a ese tren, sin billete. Entonces bloquearon las puertas para que no salieran más personas. ¡Queremos subir nosotros también!, clamamos. Pero que no. Que esperáramos. ¿Y cuánto tiempo? Y no nos dicen nada. Que ya vendrá otro tren».

Y así fue como este grupo de pasajeros se organizó para seguir el viaje en taxi, aunque no fue tan sencillo. «Tampoco nos dejaban coger un taxi, estuvimos un buen rato esperando». Finalmente, pudieron salir del Alvia y tomar ese taxi, cuando ya llevaban más de una hora parados en Segovia.

Estas personas indican a este periódico que casualmente ayer comentaban en Santander lo que había pasado con el Alvia a Madrid el día de Reyes, cuando por otra avería el tren tardó más de siete horas en completar el viaje (tres horas más), después de quedarse parado en Valladolid. «Y nos decíamos: no creo que tengamos tan mala suerte y que nos pase lo mismo. Pues toma».