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Si cambian las reglas del juego del transporte sanitario de Cantabria, Ambuibérica está dispuesta a seguir dentro del partido, aunque meses atrás pidiera expresamente al Servicio Cántabro de Salud (SCS) que pitara el final antes de tiempo (llegó a pedir la rescisión del contrato) ... y sin correr el riesgo de llegar a la prórroga porque sus cuentas sumaba más pérdidas que ganancias. Pero el anuncio realizado el miércoles por el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, en la rueda de prensa de presentación del presupuesto de su departamento para 2022, de que se incrementará de forma notable la cuantía del próximo contrato (en torno a un 30%), es otro cantar.
En dicha comparecencia, el propio Rodríguez apuntó que la empresa vallisoletana era libre de volver a concurrir al concurso público, como una aspirante más. Y según ha podido confirmar este periódico, Ambuibérica está interesada en seguir adelante con la gestión del transporte sanitario de Cantabria, siempre y cuando no siga perdiendo dinero, una condición que se cumpliría de confirmarse en los pliegos en ciernes que el nuevo contrato se acercará a los 65 millones de euros, veinte más del precio en el que se adjudicó en el año 2017.
Entonces, el servicio salió a licitación por 48 millones -un montante que era un 25% superior al del contrato anterior (35,9 millones)-y Ambuibérica ganó a sus cuatro competidoras (Grupo La Pau, Amberne-Ambulancias Ayuda, Servicios Sociosanitarios Generales -SSG- y Grupo Eulen) al presentar la oferta económica más ventajosa: 45,1 millones.
Pero la sentencia que le obligó a pagar como horas extras las guardias del servicio urgente le partió por la mitad. El desajuste económico ya no tenía vuelta atrás, por más que la empresa tirara de recursos para esquivar el pago de las cantidades que pasó a adeudar a buena parte de sus trabajadores. Los turnos rotatorios que impuso para no seguir acumulando horas agravaron el malestar de la plantilla afectada, que respondió con protestas. Por el camino, hubo incluso sabotajes de varias ambulancias.
La conflictividad laboral de un lado y las irregularidades detectadas en la prestación del transporte sanitario a través de la auditoría encargada por el Servicio Cántabro de Salud, de otro, tensaron también las relaciones con la Consejería de Sanidad, que rechazó de plano el ajuste económico que le demandaba la compañía para salir a flote de «las circunstancias sobrevenidas» por la famosa sentencia. De hecho, en un intento por tender los puentes rotos, Ambuibérica ha vuelto a poner al frente de la empresa en Cantabria a José Luis Gravalosa, que ya fue gerente territorial al comienzo de legislatura. Releva así en el cargo a Jaime Rodríguez-Cons, que se vio envuelto a comienzos de este año en la polémica de la vacunación anticovid por recibir la dosis el equipo directivo de la empresa, con el gerente al frente, cuando aún estaban sin inmunizar más de 200 técnicos de ambulancias, la mitad de la plantilla, tal y como denunció el comité.
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