Dos años desde que tocó votar

Con todo lo que ha pasado últimamente, parece que fue hace un mundo, pero en realidad son dos años. Media legislatura. Fue el 10 de noviembre de 2019 cuando tocó pasar por las urnas -el miércoles se cumplió el aniversario-. Por segunda vez en el mismo año tras los comicios que se celebraron en abril. Repetición por incapacidad para formar gobierno. Elecciones generales. En Cantabria ganó el PP, que logró colocar dos diputados en el Congreso y ocupar tres escaños en el Senado. Pero aquellos resultados tuvieron mucha miga, aunque luego llegara la pandemia y cambiara la agenda y la vida.

La victoria de los populares no fue una victoria cualquiera. Su triunfo en Cantabria es casi rutina si uno repasa la historia, pero es que en abril no habían sido la fuerza más votada. Remontaron. Ganó Diego Movellán como cabeza de lista y a María José Sáenz de Buruaga le dio aire como presidenta del partido en la región. Al PSOE, sin embargo, le salió cruz. De vencedores eufóricos a vencidos. De dos diputados, a uno (Pedro Casares), aunque la nueva victoria de Pedro Sánchez a nivel nacional les permitiera salir airosos del domingo.

Salir lo que es salir, el que salió fue Ciudadanos. El escaño que había obtenido Rubén Gómez se esfumó esta vez en el arranque de una caída que parece libre y sin freno. Con los naranjas fuera, el PRC y Vox coparon el resto de noticias. Mazón ya había alcanzado la meta en abril. De hecho, Revilla dedicó la campaña a tratar de conseguir, incluso, que le acompañara otro regionalista a la capital. Crecieron, pero no lo suficiente y el exconsejero de Obras Públicas volvió a viajar, pero solo (luego el partido lograría también el puesto de senador autonómico, pero no fue consecuencia directa de la jornada electoral y por eso no aparece en este reportaje).

Para Vox la noche del domingo fue de copas y música. Emilio del Valle salió elegido para el Congreso y la formación verde se coló por primera vez entre los ganadores en la región. Y entre los perdedores, Unidas Podemos, que se quedó fuera en abril y repitió en noviembre.

Y todo eso aún coleaba en el fin de año y en los primeros meses de 2020. Pero de un plumazo -y está muy presente en el relato de diputados y senadores- todo se frenó en seco. Covid.

Hay una escena que tiene grabada. «Tuve la suerte de participar en el primer pleno de la pandemia y me impresionó, en un Congreso casi vacío». De hecho, y más allá de tener que adaptarse «a una nueva realidad parlamentaria», Diego Movellán dice que es la legislatura «más intensa». «Muy diferente». La portavocía de Empleo de los populares le ha supuesto «mucha actividad». Buena parte de los debates en pandemia le han tocado de lleno en este ámbito. Y habla de lo «gratificante» que ha sido participar en normas como las de los riders, el teletrabajo o el debate sobre la reforma laboral. «Creo que dentro de mis áreas he sido útil a los autonómos, a los trabajadores. Evitando, por ejemplo, el aumento de las cotizaciones. Y creo que en ese compromiso de ser útiles estamos cumpliendo. Un objetivo en el que, sabiendo que eres diputado de todos los españoles, no debes olvidar que te han votado tus paisanos». Ahí repite que, «no sólo en las infraestructuras, que es lo que más se oye y que son fundamentales», su idea es «ser útil para todos los cántabros». «Conseguí sacar adelante una iniciativa para las prestaciones de los que tienen hijos con cáncer u otras enfermedades graves o raras». En general, Movellán habla de dos años «con mucha intensidad» y un balance «que ha dado frutos». «El objetivo era ser útil a los cántabros y creo que estoy poniendo mi granito de arena».

Una valoración «muy positiva». «He podido poner en práctica la política útil y devolver a los cántabros la confianza depositada en mí a base de trabajo, iniciativas en el día a día y búsqueda de consensos». Y, de eso, de los consensos, de los acuerdos, es de lo que se siente más orgullosa Elena Castillo (más allá de la labor en diversas comisiones y subcomisiones). De las cosas «que se notan». Cita, por ejemplo, su aportación en este sentido en el abastecimiento de agua para Santander y su entorno, o en el tema de la industria electrointensiva, «porque la industria de Cantabria necesita ser competitiva». Es uno de sus grandes objetivos junto a la mejora del «empleo joven». O, aunque no lograra consensos, el trabajo desarrollado en otros temas como la polémica en torno a Vuelta Ostrera o la declaración de zona catastrófica de áreas afectadas por las inundaciones en la región. «Siempre que los socialistas nos han permitido entrar, lo hemos hecho». En ese campo, en lo relativo a la pandemia, señala Castillo que «la arrogancia del Gobierno no nos ha permitido aportar más». «Te queda un sabor agridulce. Somos la generación política a la que tocó el covid. Sientes frustración por no haber podido ayudar más. En los asuntos sanitarios y también a los autónomos o a las empresas en ERE. Pese a ser el Gobierno de la mentira, no han querido escuchar nuestras propuestas». Y termina como empezó: «Ser todo lo útil posible a base de trabajo».

Como anticipo dice que «quien está en el Gobierno tiene más tarea porque es el que tiene que sacar las cosas adelante». En tiempos que «ninguno hubiera imaginado». «Tocaba aportar certezas y es lo que hemos hecho en la crisis y en una recuperación justa». Pedro Casares habla de eso y, en paralelo, de proyectos que le tocan específicos para Cantabria. Cita «entre los que llevaban mucho tiempo en la agenda», «la llegada de la alta velocidad o la mejora de las Cercanías». «O la luz, por fin, a la reforma del Desfiladero». Y otros nuevos como «el Mupac o que siempre esté presente en la agenda del Gobierno y de Pedro Sánchez el pago de la deuda de Valdecilla». «Ha habido momentos buenos con todos los diputados cántabros trabajando juntos para garantizar el abastecimiento de agua y eso hace falta más. No estar tanto en el 'no a todo' de la estrategia de Pablo Casado. Ojalá menos de eso y más trabajar por nuestra tierra». Relata, en lo personal, el aprendizaje en la Cámara y la responsabilidad de la portavocía en Asuntos Económicos. «Y pongo el ejemplo en que, además de unos buenos Presupuestos, hemos conseguido mediante enmiendas mejorarlos con el soterramiento en Torrelavega o las vías en Camargo». Añade Casares «la tarea que no se ve» y la idea de «tener mucha presencia en la vida de Cantabria». «Somos diputados por Cantabria y eso creo que se olvida a veces en otros partidos», manifiesta.

Apunta que para un diputado solo es duro tener que «pronunciarse en todos los temas». Que su objetivo es el de Cantabria, «y cuando no tiene una relación directa intento llevar el ascua a mi sardina». Así, José María Mazón pone de ejemplo el debate de esta semana sobre la Asamblea de la Organización Mundial de Turismo en Madrid. «Yo salí y aproveché para 'vender' Cantabria. Pero, más allá de todo, el objetivo es conseguir que el Gobierno vaya cumpliendo sus compromisos». Y eso, dice, «va bien». «Con la pandemia se han ralentizado las inversiones. Hay que presionar al Gobierno para que cumpla y hemos tenido que sacar las uñas en ocasiones, como en los Presupuestos. Queríamos ver antes de la votación la licitación del tramo Renedo-Guarnizo o la documentación del Potes-Vega de Liébana. Creo que nuestra presencia está valiendo para que se cumpla lo que debería cumplirse de manera natural». Y cita La Remonta, el embalse del Ebro, las inundaciones... «Temas que se van acelerando por la presencia de un partido como el nuestro». El regionalista defiende, en el ámbito de las votaciones, que pese al apoyo en muchos temas a sus socios de Gobierno, «saben que nosotros no obedecemos a una disciplina nacional». «Nuestros votos dependen de los compromisos». Y cree que «la gente» valora «mucho» su presencia en la Cámara. «Valoran que oiga la voz de Cantabria», insiste Mazón.

Recuerda que le votaron «casi 50.000 cántabros» y está «encantado de representarles». Por eso, Emilio del Valle señala que, además de su tarea como portavoz de su Grupo en la Comisión de Política Territorial, adjunto en la de Asuntos Exteriores o vocal adscrito en la de Hacienda y Función Pública, ha presentado «muchas iniciativas respecto a Cantabria». Insiste en su preocupación por la alta velocidad entre Palencia y Reinosa, «porque no se hace lo que le prometen a Revilla». O porque «no cumplen lo que dicen» en la duplicación de vías, el cubrimiento en Camargo o el soterramiento en Torrelavega. «Para el tramo Polanco-Santander –sigue– han presupuestado 100.000 euros de una obra de 124 millones y para el Desfiladero, que son 49 millones, hay un millón». Y ahí lanza un dardo. «Dije y repito que Mazón es el diputado 121 del PSOE. Se limita a apoyar. Parece que hace algo y los demás nada, y es todo lo contrario». Tampoco hay 'halagos' para el PP, «que dice una cosa a sus votantes y hace otra». Y, aunque asegura que la relación es buena más allá de la defensa de ideas en el hemiciclo, saca de esa conclusión a los diputados de Bildu. «Tienen a un condenado por colaboración con el terrorismo y no les queremos a nuestro lado». Del Valle reconoce, por último, su satisfacción como «firmante» de los recursos de insconstitucionalidad de los dos estados de alarma o del «secuestro del Congreso». «Nos dieron la razón».

Parte de una premisa. «Estoy en política porque pienso en mis tres hijos y no quiero defraudarles». Y, a partir de ahí, Javier Puente desgrana su labor en estos dos años de trabajo en el Senado. Como portavoz del PP en el ámbito de la transformación digital (es ingeniero de Telecomunicaciones), teniendo en cuenta que «el 30% de los fondos europeos están destinados a esto». También como ponente de varias leyes (servicios electrónicos de confianza, transformación del sector financiero o riders) o preparando un informe que en este ámbito de avances tecnológicos y ética «ponga a la persona siempre por delante de la tecnología». E incluye aquí la labor en algo muy ligado a Cantabria, el territorio rural inteligente. Esto enlaza con un segundo ámbito. Lo que afecta «específicamente» a la región. «Como hijo de ganadero», la participación en asuntos del sector primario y, más allá de eso, en otros temas de actualidad como los okupas, el «drama del empleo joven» (insiste en que es una de sus preocupaciones más destacadas) o las infraestructuras («en eso estamos todos de alguna manera»). Y queda un tercer pilar en el resumen que hace de su labor en la Cámara. «Defensa de la vida, de la familia, de la libertad educativa y el apoyo a las personas con discapacidad», enumera Puente. «Siempre –reitera, y no es nuevo este discurso– he sido muy claro en esos posicionamientos a lo largo de estos años en política».

Hace un balance «muy positivo» de estos dos años por dos motivos. Uno, «estar en el Senado con un maravilloso grupo de compañeros que combina gente con mucha experiencia política y de gestión y también nueva. Ese equipo se nota en cantidad y calidad y eso hace que el Senado tenga peso». Amaya Landín se siente, dice, «una privilegiada». Por eso y, sobre todo (y es el segundo motivo), «por trabajar en iniciativas que me llegan de la gente de Cantabria». Especializada en su labor parlamentaria «en áreas sociales» (trabajo con colectivos de personas con discapacidad, con adicciones, grupos de jóvenes, de mujeres...) y en asuntos vinculados al sector primario, destaca por ejemplo el trabajo estos días en la Ley de Cadena Alimentaria (con repercusiones en la leche, la pesca), la intervención reciente sobre el lobo o lo que viene ahora en cuanto a la reforma de la Ley de Pesca. Y eso quiere destacar. Esa idea de un pie en Cantabria y otro en Madrid. «No dejar de trasladar las iniciativas, las necesidades y las urgencias de la región es lo que me permite seguir viviendo allí y mantener el contacto con la gente». Ir y venir, «y encantada». «Soy socióloga, he trabajado como consultora y volveré a hacerlo, y mi fuerte es que me siento muy cómoda reuniéndome con los colectivos para ser una correa de transmisión de esos intereses y necesidades que vienen desde Cantabria en Madrid, sin dejar de estar allí».

El balance de estos dos años en la Cámara Alta es, «en todo caso, muy positivo», apunta Félix de las Cuevas en el ecuador de la legislatura. «Ha supuesto adentrarme en la esfera política de primera línea, al poder participar de forma directa en las principales comisiones del Senado». Se maneja básicamente, asegura, en sectores que conoce por su «trayectoria profesional anterior como directivo en una multinacional industrial en España» (miembro del Comité Ejecutivo del Partido Popular en Cantabria, ostenta la Secretaría de Industria y Energía). «Eso –apunta– me da la posibilidad de trabajar por la mejora de ámbitos muy castigados por el actual Gobierno». Así, como «defensor de la importancia de la industria para el desarrollo del país», el cargo electo del PP defiende «que las actuales políticas están destruyendo lo conseguido en legislaturas anteriores por el Partido Popular». Y en eso centra el resumen a la hora de hacer balance de estos dos años. «El tema industrial, y más aún el energético, con la imparable subida de precios, está amenazando la viabilidad de las industrias electrointensivas, no sólo de Cantabria sino de toda España. Por ello, desde mi cargo como senador, desde el que he planteado más de cuatrocientas preguntas, y dentro del PP, trabajaremos para que estas industrias no busquen nuevos destinos 'más baratos' hundiendo la economía de nuestro país», asegura De las Cuevas.

Como todos, destaca que la nota dominante ha sido «la lucha contra la pandemia y la estrategia de vacunación». «Y estoy orgullosa porque el Gobierno ha estado a la altura de las circunstancias». En esa toma de decisiones, Isabel Fernández encaja su labor en «trasladar aquello que afectaba a Cantabria para que se tuviera en cuenta». Habla de «residencias y dependencia», del trabajo en Educación («orgullosa de participar en la aprobación de la Ley») o de la labor en el ámbito de la FP («bien dotada en los Presupuestos») para «abrir camino contra el paro juvenil». Y sigue. «Como maestra de escuela» presume de la Ley de Protección a la Infancia o las mejoras para las personas con discapacidad. También de lo hecho en cuanto a transición ecológica y reto demográfico. Y aquí señala todos los hilos que unen estos asuntos con Cantabria. Incendios, inundaciones... «Como antigua alcaldesa (en Cabezón), me siguen llegando cuestiones que tienen que ver, por ejemplo, con la reclamación de servicios en zonas rurales. Como la falta de pediatras. Me siguen trasladando la dificultad de la situación económica. Que a muchos no les llega. Por eso es importante el Ingreso Mínimo Vital». Y, en ese sentido, Fernández pone de manifiesto su papel de «mediadora de todas estas demandas». «Tanto en el Senado como a través del contacto con los directores generales y consejeros del Gobierno de Cantabria».

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