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¿Qué es el buen tiempo? Mientras la gente del campo mira al cielo para ver si llueve, los hosteleros –mejor, los hoteleros–, lo hacen para ver si despeja y brilla el sol. De hecho, hace ya tiempo que la Agencia Estatal de Meteorología, Aemet ... por sus siglas, desechó esa expresión, como en su día explicó su anterior delegado en Cantabria, José Luis Arteche. Es a su sucesor en el cargo, Arcadio Blasco, a quien atiende hoy todo el sector turístico de la región, a la espera de su pronóstico para la Semana Santa, consciente de que será el tiempo, por encima de los valores naturales, paisajísticos, culturales y gastronómicos de Cantabria, el que decida si esta será o no un éxito.
Conocidos de sobra son los lamentos del expresidente Miguel Ángel Revilla por los fallos en las previsiones –solo si anunciaban lluvias y no había, no al revés– y sus explicaciones en foros televisivos sobre que si sopla Sur no llueve y otras peculiaridades atmosféricas. Valga todo lo dicho para subrayar la responsabilidad de quien anuncia cómo hará la próxima semana, sabiendo que aquí no sirven de excusa los modelos de predicción ni cualquier otro argumento científico.
Esta Semana Santa tiene dos particularidades: la primera, que llega antes que otros años, con la primavera recién estrenada y no tan asentada como cuando coincide en abril; la segunda, que las vacaciones escolares, de las que dependen las fechas de los desplazamientos familiares, son las mismas en Cantabria y en el resto de España, algo poco habitual.
A unos días de que arranque este primer periodo de vacaciones del año, las previsiones de ocupación rozan el 70%, según los sondeos realizados por la Asociación de Hostelería. «Somos optimistas con las previsiones de Semana Santa, aunque debemos reconocer que las ocupaciones aún no son demasiado altas: Cantabria de media roza en este instante el 70%, pero confiamos que estos últimos días previos las reservas empiecen a crecer. Se diferencian bastante bien los días clave, del 28 al 30 y 31 de marzo, y esperamos que el tiempo acompañe, porque es crucial para los buenos datos de Cantabria», explica Bárbara Gutiérrez, su directora. El mapa de la ocupación turística que manejaba esta semana la Asociación indicaba un 90% en Liébana; un 70-72% en Santander –con mayor porcentaje de jueves a sábado–; un 65% en el área de Suances, Santillana y Comillas, similar al de la zona de Somo –entre 68 y 70%– y algo más alto en Isla –del 70 al 75%–. Más en el interior, en Entrambasaguas, la ocupación de lunes a domingo se acercaba al 80%.
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José Ahumada
En Santander, Sergio Peón, director del Hotel Bahía, indica que ya han superadoel 80% para los días principales. «Esta Semana Santa la veo un poco más floja que otros años: Jueves y Viernes Santo están bastante bien, pero el sábado está algo más flojo. Las últimas reservas estarán esperando al tiempo. Normalmente, cuando cae en marzo, la gente tarda más en reservar, y el tiempo afecta mucho más». Madrileños, viajeros procedentes de Castilla y León y algunos –menos– de Cataluña suponen la práctica totalidad de la clientela para estos días. También serán españoles la mayor parte de los visitantes que reciba el Hotel Santemar. «La Semana Santa de marzo no tiene nada que ver con la de abril: todavía hay hasta estaciones de esquí abiertas. Siempre resulta más floja porque dependemos mucho más del tiempo», señala su director, Francisco Agudo. La media de toda la semana ronda en este hotel el 60%, un porcentaje superado con holgura para los tres días centrales.
Bárbara Gutiérrez
Directora de la Asociación de Hostelería
En Liébana, la fórmula del éxito funciona ajena a los pronósticos meteorológicos. «Creo que se va a llenar jueves, viernes y sábado», indican desde la recepción del Hotel Infantado, en Ojedo. «Esta Semana Santa va a estar como todos los años: siempre está bien». Aun sin conocerse las previsiones de tiempo más afinadas, las reservas ya llegaban al 90% a mediados de esta semana. Por si el encanto de la comarca –que recibe montones de visitantes cada fin de semana, durante todo el año– no resultara suficiente, se verá potenciado por los últimos coletazos del Año Santo, que concluirá el próximo 14 de abril con el cierre de la Puerta del Perdón.
Es cierto que la actual celebración resulta discreta en comparación con las anteriores ediciones del Año Jubilar, en las que se dispuso de mayor presupuesto. El cambio de Gobierno en Cantabria tampoco ha ayudado para aportar brillantez, y las distintas ideas sobre cómo se debe elaborar un calendario de actividades ha dado pie a algún rifirrafe entre consejeros del PP y del anterior bipartito PRC-PSOE. Desde luego, buena parte de los hosteleros lebaniegos considera que los grandes actos multitudinarios que se han celebrado con ese motivo –o con esa justificación– en otros puntos de Cantabria apenas han tenido repercusión para la zona, que sigue trabajando para afianzar el Camino Lebaniego y un flujo continuo de viajeros.
Emérito Astuy
Hotel y Restaurante Astuy (Isla)
«A mí la perspectiva no me preocupa, aunque el planning de reservas esté un poco flojo –asegura Emérito Astuy, del Hotel y Restaurante Astuy, en Isla–. El cliente de Semana Santa es más de última hora. Como siempre, estamos pendientes de las previsiones del tiempo, que imagino que, también como siempre, darán malo aunque después haga bueno, pero el público que viene casi se lo sabe».
«No estoy muy preocupado porque espero al menos cuatro días muy intensos; no sé si se llenará totalmente, pero seguro que habrá muy buena ocupación. Y también será así para la hostelería, porque yo lo veo desde los dos puntos de vista. Mi impresión es que no va a haber semanas santas malas, y que esta puede ser muy buena según el tiempo», reflexiona Astuy.
En los últimos años se ha empezado a hablar del efecto de los apartamentos turísticos en el sector, por un lado como una competencia que algunos empresarios consideran desleal, y por otro como una contribución a la masificación en los destinos. Desde la Asociación de Hostelería se da por hecho que esta Semana Santa «Cantabria va a estar llena, pero los alojamientos no» por este motivo. Astuy trata de ver el lado positivo: «Para el tema del alojamiento por supuesto que nos afecta pero, sin embargo, para el de la hostelería nos viene bien. Con mucho público en Cantabria, en algún sitio tienen que comer y beber».
Sergio Peón
Director del Hotel Bahía (Santander)
El Gobierno regional confía en que el decreto que regule la actividad de los pisos turísticos entre en vigor pasado el verano. Octubre es la última ficha indicada por la consejera de Turismo, Eva Guillermina Fernández. El crecimiento imparable del número de viviendas de alquiler vacacional, que no solo afecta a las cuentas de los alojamientos turísticos tradicionales, sino que también empuja al alza los precios del alquiler convencional, ha forzado a actuar al Ejecutivo. Si el pasado verano había unas 1.600 viviendas de este tipo registradas, el Instituto Nacional de Estadística elevaba la cifra total –incluyendo las viviendas 'piratas'–, a casi 6.000, un número que la Asociación de Hostelería aumentaba hasta las 10.000.
«El efecto de los apartamentos turísticos se nota cada día más, es un tsunami que nos lleva –asegura el presidente de la Asociación de Turismo Rural de Cantabria, Jesús Blanco–; hay zonas de la región, destinos que están muy cargados, y esta Semana Santa se va a notar en la ocupación, y en verano ya no es solo la ocupación, se va a notar en la carga, en el desgaste del destino y las incomodidades que acarrea el fenómeno».
Respecto a la ocupación, Blanco valora que «esta Semana Santa va un poco parecida a otros años, en la misma dinámica y esperando a la última hora para saber si es buena y se cumplen o no las expectativas, porque depende de la climatología». Las casas para grupos que se alquilan completas y los apartamentos tienen ya una ocupación alta, «pero los hoteles rurales, las posadas, habitaciones y casonas no están bien, están con una ocupación baja. Llevamos dos semanas con la maquinaria de reservas parada y esperando a ese pronóstico del final, a ver cómo queda la cosa. Este año la Semana Santa llega un poco antes, adelantada, y eso no ayuda. Todo dependerá de la última hora, porque, de momento, está un poco floja».
Es fácil entender que si los resultados de hoteles y turismo rural en esta Semana Santa dependen de que haga sol o llueva, aún se perciba con más fuerza esa influencia en los campings de la región. «El tema de reservas de alquileres de bungalows y 'mobil homes' está entre el 60 y el 70%, mientras que todo lo que es de paso –tiendas, caravanas y autocaravanas–, dependerá mucho más del tiempo», refleja Eneko Valle, el presidente de la Asociación de Empresarios de Campings de Cantabria.
«Nosotros, a la hora de abrir las instalaciones, las abrimos para gente de paso y de alquiler. Las reservas de alquileres suponen que ya tienes un porcentaje del establecimiento cogido, y el resto, que es de paso, depende más del tiempo», añade. Valle considera que «es complicado comparar una Semana Santa con otra, porque no siempre cae en las mismas fechas, y está claro que no es lo mismo a mediados de abril que a finales de marzo, que además es fin de mes. Yo lo que espero es que haga buen tiempo, que se llene todo y que todo el mundo trabaje. Hay que ir cogiendo carrerilla para lo que resta de temporada».
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