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El Ayuntamiento de Arredondo será el primero de Cantabria en llevar al Obispado a los tribunales para tratar de recuperar un inmueble inmatriculado por la Iglesia que considera de su propiedad. El Consistorio que preside el regionalista Leoncio Carrascal está ultimando el informe jurídico para ... pleitear por la ermita rupestre de San Juan de Socueva, declarada como Bien de Interés Cultural en 1985. «Cuando nos enteramos de que estaba en esa lista nos llevamos una sorpresa. Estamos esperando al informe técnico, pero creo que el municipio tiene argumentos suficientes para reclamar. Vicepresidencia va a invertir en la restauración 90.000 euros y tenemos interés en darlo a conocer y convertirlo en un atractivo», apunta Carrascal, que recuerda que se trata de un templo con un alto valor patrimonial e histórico y que, además, se encuentra ubicado bajo el saliente de una roca, en un espacio físico que «no puede pertenecer a la diócesis».
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Socueva es uno de los seis inmuebles matriculados por el Obispado en la localidad en virtud de la Ley Hipotecaria. El Ayuntamiento de Arredondo no pone pegas a tres (una ermita y dos iglesias), pero sí duda de las dos restantes y no descarta iniciar también con ellas una reclamación. Se trata de la antigua casa parroquial y la finca anexa del pueblo de Bustablado, así como el solar del antiguo convento. Este último, según los datos de los que disponía hasta ahora el Consistorio, era una donación incorporada a la Fundación Asilo Sixto Ortiz. El equipo de gobierno tenía pensado construir allí una residencia de mayores. «Ahora entendemos por qué no querían renovar los cargos de la Fundación, para que no supiéramos que lo habían inscrito», interpreta el alcalde.
Un paso por detrás está Peñarrubia. Allí también se llevaron un disgusto al ver que la Iglesia se había quedado con la ermita de San Pelayo, en La Hermida. No confirman que irán al juzgado, pero están analizando esa posibilidad. «Es una vergüenza. Encontramos el templo hace años entre unos bardales y logramos una subvención para empezar a recuperarlo. Hace siete años nos llegó una carta del Catastro que decía que el Obispado lo iba a registrar, algo que es incomprensible, porque está en un monte de utilidad pública. Yo no puedo demostrar con un documento que es municipal, pero ellos tampoco. Al final lo pusieron a su nombre», recuerda el alcalde, Secundino Caso (PSOE).
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