Según los datos obtenidos en este primer mes, el 67% de las llamadas han sido realizadas por mujeres y el 28% han sido hombres. Además, el rango de edad que más ha solicitado ayuda ha sido el de 36 a 65 años con un 39%, seguido del de 19 a 35, con un 28%, y del de 13 a 18 años, con un 22%. El perfil de usuario es el de una mujer con una edad media de 39 años, con historia clínica previa y dedicada a una profesión no sanitaria.
Ya durante el confinamiento, el Colegio puso en marcha un servicio gratuito similar. Esta vez lo han hecho con el apoyo del Ayuntamiento de Santander: «Queremos que aquellas personas que se encuentren mal o desmotivadas tengan a su disposición un psicólogo que les escuche, que les ayude y les facilite las herramientas necesarias para mejorar», explica el concejal de Servicios Sociales, Álvaro Lavín. ¿Cómo? Con asesoramiento psicológico telefónico disponible durante cuatro horas, de lunes a viernes, en las que «los profesionales les enseñan a gestionar sus emociones, a canalizar los pensamientos negativos y les dan herramientas para mejorar su salud emocional». El teléfono de atención es el 623 421 573 y funcionará de forma gratuita hasta el 31 de diciembre en horario de 09.00 a 13.00 horas.
Por el momento, dice Lastra, «hemos atendido a 29 pacientes a través de la iniciativa que mantenemos con el Ayuntamiento de Santander, que ha dado un paso al frente para actuar ante lo que está pasando». El proyecto, denominado 'Santander, municipio emocionalMENTE saludable', cuenta con cinco profesionales del Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias.
Las intervenciones son de unos 20 minutos, o «el tiempo necesario para recuperar un estado emocional y redirigir a la persona demandante hacia una actividad cotidiana funcional», o bien, explica el consistorio, «la derivación a urgencias si el usuario está descontrolado emocional o conductualmente».
Efecto de la pandemia
«Las administraciones deberían mojarse un poco más dada la situación», advierte Lastra, «y mojarse significa que hay una necesidad y hay que intentar cubrirla de algún modo. El mismo presupuesto que había para fiestas, ¿por qué no lo inviertes en salud mental?», se cuestiona el psicólogo. De hecho, tras este primer convenio establecido con el Ayuntamiento de Santander, el consistorio de Torrelavega ya se ha puesto en contacto con el Colegio de Psicología y, a partir de septiembre, también ofrecerá este servicio.
Las consecuencias de la pandemia en la salud mental se llevan advirtiendo «mucho tiempo» y hay que poner medios cuanto antes, dice Lastra, que cita al Consejo General de Psicología para cifrar en un 50% el aumento de consultas recibidas. ¿La razón? «Las situaciones de tensión, miedo e inseguridad mantenidas en el tiempo provocan que niveles de ansiedad. Llevamos demasiado tiempo con esta inseguridad, pero también con discursos ambivalentes. Si desde el principio tienes unos referentes que te dicen las cosas claras, ya sea un político o un científico, vas cayendo en esa seguridad encubierta. Pero si uno dice una cosa y luego otra; si algo que es obligatorio deja después de serlo; si ahora puedes estar con 10 amigos, pero después no, esa ambigüedad provoca tanta ansiedad como la propia inseguridad que genera el virus».
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