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Los centros de salud de Cantabria dejarán de administrar primeros pinchazos contra el covid a partir de este próximo lunes. Y lo harán «de forma temporal», explica Teresa Ugarte, gerente de Atención Primaria. Aunque eso sí, a lo largo de este mes «terminarán con ... las segundas dosis» que estuvieran previstas. ¿El motivo de esta actuación? La falta de personal y, sobre todo, de recursos humanos para cubrir las ausencias de los profesionales. Las plantillas de los ambulatorios están mermadas y no dan abasto para atender la agenda ordinaria de los centros, administrar dosis a la población general y, además, realizar las labores de rastreo que recaen también sobre ellos y que se han multiplicado en esta quinta ola con el aumento exponencial de positivos diarios. La «sobrecarga» de los profesionales sanitarios ha obligado al Servicio Cántabro de Salud (SCS) a modificar la campaña de vacunación con el objetivo de intentar «descargar» la Atención Primaria ante la «saturación de tareas y la progresión de la pandemia», añade Ugarte, que no descarta adoptar más medidas si el cambio no desahoga la presión asistencial. La preocupación es que «pueda bajar la atención» a los pacientes.
Así el SCS ha programado una organización que «permita tener puntos dispersos por la geografía» para inocular dosis a la población, pero a la par estén «suficientemente centralizados para optimizar los recursos», no bajar el ritmo de vacunación -la semana pasada se administraron 34.116 dosis- y «descargar a los profesionales». Durante la pandemia, los centros de salud no han tenido ni un momento «de respiro» y la situación era delicada. «No podíamos mirar hacia otro lado pensando que el profesional puede aguantar todo», reconoce la gerente de Atención Primaria.
Ocurre que el verano es ya de por sí una temporada «complicada» para los ambulatorios porque «la población en Cantabria se multiplica debido al turismo», recuerda Ugarte. Miles de visitantes que en algún momento también pueden requerir asistencia médica. A este punto se añaden además «los periodos vacacionales de los profesionales que necesitan un descanso». No sólo eso, esas ausencias se convierten en huecos que no es posible cubrir porque no hay profesionales en las bolsas de trabajo para «sustituirlos». Es decir: «No hay reposición».
TEMPORAL
TAREAS
MOTIVO
El resumen es sencillo: aumentan las tareas que involucran al personal de Atención Primaria, pero no el número de trabajadores. Las plantillas están mermadas y las agendas «saturadas», por eso hace una semana, la gerente ya puso sobre la mesa la posibilidad de trasladar la vacunación de los menores de 30 años a puntos externos y «descargar» así a estos profesionales. La decisión adoptada no sólo servirá para que médicos y enfermeras se liberen de una carga, también «liberará los servicios de admisión» de los centros. Las líneas telefónicas están igualmente saturadas y se acumulan las «quejas» de pacientes ante la «dificultad de acceder» a la administración. Y con este cambio se pretenda también facilitar el acceso a la admisión.
Aunque no en todos los municipios se hará igual. En la geografía de la región habrá dos zonas básicas de salud que continuarán con la vacunación tanto de primeras como de segundas dosis: Nansa y Liébana. El SCS lo ha considerado oportuno por las características concretas de cada uno. La decisión en el caso de Nansa se ha adoptado porque «tiene un volumen pendiente bastante pequeño y creemos que lo puede atender», señala la gerente de Atención Primaria. Siempre con la posibilidad de hacer algún ajuste si fuera necesario. En cuanto a la zona de Liébana, el motivo se debe a la «localización geográfica». Su situación «hace que sea más dificultosa la movilidad de esas personas a otros centros de salud. Y continuará vacunando por «facilitar el acceso» a los vecinos. Se trata de un centro «delegado de vacunación» que también «intervienen haciendo pruebas PCR» junto con las tareas habituales y «con los resultados que están obteniendo, hemos considerado conservarlo como punto de cercanía a la población», explica Ugarte.
Si bien la nueva medida tiene fecha de inicio, sobre la mesa no hay todavía un plazo de finalización. Por el momento es una modificación que se extenderá a julio y agosto. Lo que no significa que más adelante no vuelva a «acercarse la vacunación a los centros de salud», recuerda Ugarte, pero de momento se utilizarán los recursos de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica e Intervención de Liencres. No obstante, se alargará más meses si la situación así lo requiriese. Es una actuación de «contención de la carga de los profesionales» que se lleva a cabo «pensando que repercute en la población».
También se «autorizará» a los profesionales de Atención Primaria a «reducir la atención en aspectos programados». Es decir, en citas de las agendas ordinarias cuyo retraso o «variabilidad» en la fecha no influya en la salud del paciente. No obstante, si estas medidas resultaran insuficiente para quitar presión asistencial a los centros, el SCS también baraja otras opciones como «reducir el número de consultorios abiertos porque además de atender a los pacientes hay que mantener el circuito covid» y eso supone un «esfuerzo añadido» que complica aun más responder a la demanda de trabajo.
El SCS ha considerado que ahora era el momento oportuno de adoptar esta decisión dado que «estamos llegando a población con edades inferiores», señala Ugarte. Y eso supone que actualmente los grupos diana de la campaña de vacunación «ya tienen otra movilidad y capacidad de transporte». En febrero los centros de salud comenzaron con la inmunización de las personas mayores de 90, luego llegó el turno de los de 80 y así sucesivamente. Para ellos resultaba más sencillo desplazarse hasta su centro de salud, cercano a su domicilio, y que quien les administrara las dosis de la vacuna contra el covid fueran los profesionales sanitarios que les atienden el resto del año.
De esta manera a los siguientes en el turno de la campaña, que esta semana ha avanzado con las personas de entre 30 y 39 años y ha continuado con los pinchazos en el grupo anterior (de 40 a 49), en el que el 74,6% de la población ya ha recibido al menos una dosis, se les enviará a los vacunódromos repartidos por la comunidad autónoma, como son el Palacio de Exposiciones de Santander, el polideportivo Pachi Torre de Castro Urdiales y el edificio de consultas externas del Hospital Sierrallana de Torrelavega, emplazamientos utilizados para la vacunación masiva de la población.
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