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El viernes por la mañana, el jefe superior de la Policía Nacional en la comunidad autónoma daba por finalizada la labor de los agentes en el esclarecimiento de la desaparición de Nancy Paola Reyes. A partir de ese momento, el peso de la ... investigación recae en el Instituto de Medicina Legal de Cantabria, encargado de llevar a cabo los trabajos de identificación del cuerpo y determinar las circunstancias que rodean este cruel asesinato, y en las autoridades judiciales, que tanto en Santander como en Ciudad Real -donde se abrieron las primeras diligencias- tratarán de dilucidar las responsabilidades penales del único detenido como presunto responsable del suceso, el novio de la fallecida. Por el momento, se descarta que haya más involucrados.
La primera parte es la que va más avanzada. Los forenses concluyeron a última hora del viernes la autopsia, que «no deja muchas dudas sobre la identidad» de la víctima pese al grado de descomposición del cuerpo, pero aún no aclara las circunstancias de la muerte. El informe definitivo, que tendrá que responder esas cuestiones, se elaborará cuando se conozca el resultado de las pruebas complementarias que se han solicitado a Madrid.
Al Instituto Anatómico Forense se han enviado muestras para realizar tres tipos de análisis. Biológico, para comparar el ADN de la fallecida con el de su familia y despejar cualquier mínima duda sobre su identidad. Otro toxicológico que indique si a la chica le pudieron administrar alguna sustancia antes de morir y un tercero de carácter criminalístico para tratar de saber qué arma o elemento se utilizó para matarla.
«No se puede saber cuánto tardará porque depende de muchos factores, pero los casos de homicidio tienen siempre prioridad. Puede que en cosa de una semana lo tengamos», apuntan desde el Instituto de Medicina Legal de Cantabria, cuyos profesionales no sólo tuvieron que enfrentarse a una autopsia complicada por el estado del cuerpo, también fueron los encargados de abrir e identificar las siete bolsas en las que el autor de los hechos repartió los restos humanos. «Es muy difícil. Estamos acostumbrados a ver muchas cosas, pero nunca te acostumbras», apunta uno de los intervinientes en el análisis forense.
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Daniel Martínez
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