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Se acaba antes diciendo las pocas cosas que al PP le gustan del proyecto de Presupuestos de Cantabria para 2023 que las muchas con las que no están conformes. Por eso la líder de la formación, María José Sáenz de Buruaga, confirmó hoy que presentará ... una enmienda a la totalidad de las Cuentas que se debatirá en el Parlamento la próxima semana. Entre los motivos que dio la popular para echar por tierra la propuesta del bipartito están la falta de ambición a la hora de rebajar impuestos y a la vez que el reparto del dinero que hacen PRC y PSOE no fortalecen los servicios públicos, sino todo lo contrario. «Ni familias, ni empresas, ni Sanidad, ni servicios públicos. Nada queda protegido contra la inflación y la posible recesión. Nada va a ir a mejor, sino todo lo contrario», afirmó la jefa de la oposición sobre una coalición de la, en lo que resta de legislatura, no espera más que «una lluvia corta de subvenciones y mucha propaganda».
El PP está en contra de la filosofía del Presupuesto, pero también avisa de que tiene defectos importantes. Por ejemplo, que faltan 65 millones de euros –hay menos dinero en estas partidas que las de el ejercicio actual– para pagar las nóminas de Sanidad y Educación y también 27 millones para pagar los convenios con la escuela concertada. Como viene ocurriendo en los años anteriores, Buruaga avanza que el Gobierno tendrá que hacer modificaciones de crédito para sacar ese dinero de los más de 500 millones de euros que hay para inversiones y que vaticina que no llegarán a ejecutarse.
«Mienten cuando nos dicen que bajan los impuestos y nos los suben; mienten en las promesas de inversión que primero recortan y después no ejecutan; mienten en los gastos esenciales sistemáticamente infradotados y mienten en las previsiones económicas, lo que convierte a estas cuentas en irreales y de imposible cumplimiento. Papel mojado», sumó la popular, que también lamenta que el Instituto Cántabro de Servicios Sociales recorte el dinero para el pago de facturas de suministros de familias vulnerables.
Pero donde más hincapié hizo fue en el apartado fiscal. Para el PP, la rebaja en el IRPF para las personas que cobren menos de 30.000 euros al año –ellos piden que sea para todos los que cobran hasta 60.000– se trata de una «medida cosmética a la que el Gobierno se ha visto arrastrado por cálculo electoral». «Una paguilla de 100 euros» que deja fuera a la clase media y a los que cobran tan poco que no están obligados a hacer la declaración.
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