La ayuda de Cantabria en la 'zona cero'

Diego González subraya que los afectados por la DANA en la Comunidad Valenciana «lo han perdido todo»y que hay «momentos de tensión» por la actual situación que se vive. Gónzalez es el coordinador de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Corvera de Toranzo y se encuentra en Alcudia realizando labores de achique de agua, además de otras tareas necesarias como la limpieza de calles y la recogida de escombros. Según cuenta, otros miembros de Protección Civil están llevando a cabo los mismos trabajos en otras localidades, como Paiporta, que se complementarán con los que realizarán hoy en Alginet. «Es como si hubiera pasado una guerra, pero están saliendo poco a poco de ello», señala González, quien añade que «hay que ir esquivando las montañas de escombros» que se encuentran en las calles. González explica que han desplazado diez vehículos 4x4, una furgoneta de traslado, quince autobombas y nueve generadores, además de material logístico para ser «totalmente autosuficientes». «Contamos también con un enfermero», apostilla.

El coordinador indica que hay 22 miembros de Protección Civil de toda Cantabria y que su intención personal es la de quedarse toda la semana. Igualmente, matiza que hoy se hará un relevo con otros compañeros de la Agrupación. «Es una suerte que no nos hayan ordenado buscar desaparecidos. Es algo que nos ayuda psicológicamente», dice González, quien se muestra agradecido por las muestras de cariño recibidas de los propios afectados. «En España somos muy solidarios», añade.

Borja González es un bombero de Torrelavega que ha acudido al Levante para ayudar a los afectados por la DANA. «Nunca he vivido algo así. Es una auténtica barbaridad», señala. «No es lo mismo verlo en la televisión que estar aquí», asegura González, quien se encuentra prestando sus servicios de auxilio en la zona 0, ubicada en el área metropolitana de Valencia.

«Es uno de los sitios más afectados y estoy como un loco por aquí», dice. El bombero explica, que junto a los compañeros del parque de Castro Urdiales, están centrando sus labores en achicar agua de parkings y garajes, «especialmente en uno de ellos, donde vecinos afirman que hay dos desaparecidos». «Estamos trabajando con tres electrobombas, que son capaces de expulsar cada una 1.500 litros de agua por minuto», añade. González, que está formando parte de un dispositivo en el que participan miembros de otros parques de bomberos de diferentes puntos nacionales, militares y policías locales, entre otros profesionales, subraya que las indicaciones recibidas por parte del puesto de mando avanzado es que «solo se trabaje en horario diurno, desde que sale el sol hasta que se pone», detalla.

El ambiente es demoledor y el paso de la DANA se deja ver por cada rincón de la calle. «Sientes una pena terrible», confiesa González, quien afirma que es «muy duro ponerse en el pellejo de los vecinos». «Están muy agradecidos por nuestra labor», añade el bombero, mientras lamenta que «se ve mucha soledad» en los afectos por esta tragedia.

Castanedo asegura que «está siendo durísimo porque el escenario es, literalmente, de guerra, con gente que lo ha perdido todo». Asimismo, dice que a la vez es un trabajo «muy gratificante» por la gratitud y «hasta la emoción» con que les han recibido los afectados en los dos pueblos en los que les han encomendado tareas concretas. Así lo está viviendo el Jefe de Parques de Bomberos del Gobierno de Cantabria, quien se encuentra al mando en Valencia de un grupo de otros seis profesionales del Gobierno regional. Todos se habían ofrecido desde el minuto uno a desplazarse a la zona aunque no se les avisó hasta el sábado. Ese día se equiparon y salieron. Y el domingo a las 07.00 horas ya estaban trabajando en Algemesí y en Alcudia. «Como hemos traído dos bombas de gran caudal, nuestra misión es achicar lugares con grandes volúmenes de agua». La están sacando de dos plantas soterradas bajo dos edificios en Alcudia donde «achicamos sin parar, pero hay tanta que no sé si acabaremos hoy (por ayer)». Allí también les ha tocado limpiar calles. Además, han instalado varias motobombas en un colegio de Algemesí. En ambos sitios están viendo escenas «tremendas. De guerra. Todo embarrado, enseres destrozados ocupando las calles... Los primeros días aquí ha debido ser terrible». Castanedo señala que ellos se emplean «al límite, pero estamos bien. Nos damos relevos y los vecinos nos traen comida, café, se ocupan de que no nos falte nada». Este grupo (sus nombres son Víctor Camino, Krisna Álvarez, Pablo Cuesta, Juan Castanedo, José Manuel García y Diego Delgado) se aloja en un albergue a 30 minutos de las localidades citadas. Se quedarán allí hasta el miércoles, día en que les darán el relevo otros bomberos y ellos volverán a Cantabria. «Cada gota de sudor invertida aquí merece la pena», afirma.

Según el coordinador de bomberos forestales del Gobierno de Cantabria, Sergio García, la situación en Valencia «es un caos y la gente está con mucha rabia». «Hay que retirar lodo y escombros de las calles», cuenta García, quien cree que en esta tragedia «se podrían haber tomado medidas antes». «Las consecuencias han sido gravísimas y hay zonas en las que no se han retirado los coches y en las que todavía no han recibido ayuda», lamenta. Pese a ello, García afirma que los bomberos forestales de Cantabria se sienten «muy útiles porque podemos ayudar en muchas cosas». «Es necesario tener este tipo de experiencias por si algún día pasase algo parecido en Cantabria, porque estaríamos encantados de colaborar para solucionar el desastre». Ejemplo de ello son las 28 horas seguidas que han trabajado este lunes, en el que han limpiado los sumideros de las alcantarillas, entre otras labores. «Lo vivimos con mucha emoción porque la gente nos aplaude y lanza besos desde los balcones», dice.

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