Balance del primer trimestre educativo: cuatro cierres y 8.138 alumnos en cuarentena

Faltan casi quince días para las vacaciones de Navidad y se acerca por tanto el fin del primer trimestre lectivo. ¿Qué ha ocurrido desde septiembre? Cada centro ha funcionado con un plan de contingencia propio, con tomas de temperatura, ventilación, circuitos para organizar el tránsito en las zonas comunes; ha nombrado un coordinador covid y fijado salas de aislamiento para quienes muestren síntomas de malestar.

8,8%de aulas de todas las etapas han pasado cuarentena (sin contar los centros cerrados

Con protocolos, con la creación de un 'corredor' entre Educación y Sanidad, y con la implicación de la mayoría de la comunidad educativa en los planes de sus centros, Cantabria ha logrado mantener la educación presencial estos tres meses, si bien con algunas excepciones: la aplicación de cuarentenas preventivas en las aulas, y, en menor medida, en centros completos, ha llevado a que parte de los escolares reciban enseñanza a distancia, entre pantallas y plataformas digitales. Según los datos que maneja Educación sobre incidencia en este ámbito, desde el inicio de curso 8.138 estudiantes (hay 94.781 matriculados en enseñanzas de régimen general) han pasado por esta situación en algún momento del curso, incluyendo aquí los implicados en cierres parciales o totales de una clase y al alumnado de los cuatro centros cerrados por una alta incidencia del virus. Representan poco más del 8,5%.

Se trata del José María Pereda, en Torrelavega, clausurado en septiembre cuando Sanidad confinó el barrio de La Inmobiliaria. En octubre cerró Apostolado del Sagrado Corazón (Medio Cudeyo), y, en paralelo, Sanidad también suspendió parcialmente, solo en ciclos de Secundaria, la actividad presencial en dos colegios de Torrelavega: Sagrados Corazones y La Paz. A mitad de noviembre, Salud Pública decretó cierre y cuarentena en el IES 8 de Marzo, en Castro Urdiales, y un par de semanas después, en el colegio Torreánaz (Medio Cudeyo). Este centro concertado y a cargo de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús, está cumpliendo en estos momentos su cuarentena, y sigue sin actividad presencial. Es el único de más de trescientos.

Marina Lombó hace un balance positivo de este primer tramo lectivo más allá de estar condicionado por las circunstancias covid. En Infantil y Primaria, donde la aparición de un positivo conlleva el 'cierre' completo del aula -ocupada por un 'grupo burbuja'-, la incidencia covid se ha mantenido «la mayor parte del curso» por debajo del 1%. En el conjunto de etapas, añade, nueve de cada diez estudiantes no ha sufrido alteraciones en su rutina escolar por las cuarentenas.

Eso, hasta hoy. La consejera espera que al término de las vacaciones navideña, no empeore la situación en las aulas si lo hace extramuros. Lombó reconoce «cierta preocupación» por lo que pueda ocurrir a partir del 11 de enero, y pide «responsabilidad» a la hora de celebrar unas fiestas que tienen que ser, «necesariamente, diferentes este año». La meta: no enfermar y vivir una «vuelta lo más segura posible a las aulas».

913alumnos del centro concertado Torreánaz están ahora en cuarentena preventiva.

Belén Rodríguez también habla de seguridad, de cómo tiene que mejorar en los centros. Presidenta de la Junta de Personal Docente, órgano crítico con la gestión de la Consejería, y miembro de STEC, señala que uno de los puntos más discutibles del curso covid son las ratios, sobre todo, en los institutos. «Se sigue sin cumplir la distancia de seguridad en muchos institutos; no tienen espacio para mantenerla», critica, «los directores y directoras han puesto todas las medidas a su alcance, pero la administración no». Rodríguez incide en las que faltan: más recursos, más docentes y más espacio.

Quizá con motivaciones distintas, hay un punto en el que coinciden Consejería y Junta: el reconocimiento del esfuerzo de la comunidad educativa durante estos tres meses. «En un curso atípico y muy complicado de gestionar» para la administración, los centros, los docentes y las familias, «se está consiguiendo cierta normalidad y una continuidad en los aprendizajes, incluso en situaciones de docencia telemática», reflexiona Lombó, y esto es «un verdadero logro de la comunidad educativa».