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Joaquín Díaz (Torrelavega, 1952) es psicólogo deportivo desde los años 80 y preside tanto la Asociación Cántabra de Psicología del Deporte (APD-Cantabria) como la Federación Española de Psicología del Deporte (FEPD). Invitado a analizar desde el punto de vista profesional cómo una atleta que ... ha soportado las mayores presiones en la competición deportiva no haya aguantado otro tipo de presión, responde que el problema ha podido estar en que, en su faceta política, Ruth Beitia podría no haber sentido «la seguridad y el dominio de la situación» que sí tuvo como deportista y que la colocó como referencia de los atletas españoles. Díaz fue concejal socialista en Torrelavega.
-Se deben tener unas cualidades físicas, técnicas y mentales muy desarrolladas. Al talento físico, que es fundamental, hay que sumarle el trabajo intenso y habilidades mentales básicas y superiores. Hay que añadir la tercera 'T', el tesón. Es decir la perseverancia, la capacidad de continuar, de insistir con el entrenamiento y el esfuerzo, incluso en condiciones adversas. Además, debe desarrollar capacidades psicológicas primarias como la motivación, la concentración, la atención, la activación, el pensamiento positivo... Y secundarias como la autoconfianza, la seguridad o el autocontrol.
-Muchos deportistas logran aplicar las fortalezas adquiridas durante su época de competición a otras facetas de su vida, digamos, no competitiva. También es cierto que otros no lo consiguen. A los psicólogos del deporte nos preocupa la transición a una vida fuera del deporte. Los deportista deben asesorarse psicológicamente durante sus carreras y estar enfocados a la adaptación personal, social y laboral al finalizar ésta.
-Es cierto que los deportistas individuales dependen de ellos y de su equipo. Una medallista olímpica y campeona mundial, efectivamente, tiene una capacidad de control sobre la situación, producto de su trabajo y con el asesoramiento de su equipo. Pero no creo que tuviera problemas para trabajar en un colectivo. De hecho, forma parte de equipos de disciplinas individuales, como es el caso del atletismo.
-En la alta competición la planificación de objetivos es prioritario. Ningún deportista de élite trabaja sin ellos porque, como digo siempre, 'si no sabes dónde quieres llegar es difícil que llegues'. No creo que el abandono de Ruth a su carrera política se deba a un déficit de motivación, pero el deporte y la política son actividades muy diferentes y requieren ambiciones muy distintas y capacidades y habilidades personales, psicológicas y sociales también diferentes. No se pueden comparar. La pregunta sería: ¿Ella quería ser candidata a la presidencia de Cantabria? Estoy seguro de que quería ser medalla olímpica... y lo fue.
-Creo que Beitia ha realizado el tránsito desde lo deportivo sin grandes dificultades y su adaptación, digamos, a la vida 'civil', ha sido aparentemente correcta. El problema ha surgido cuando ha sido foco preferente de los medios de comunicación y de los adversarios políticos y no se han valorado y destacado sus logros, como siempre había sido antes. Ruth, como una gran cantidad de atletas, recibió entrenamiento psicológico para alcanzar sus metas deportivas. Ese adiestramiento es un proceso de años y de muchas sesiones. También hay políticos que reciben este tipo de asesoramiento para mejorar sus competencias y ella se hubiera beneficiado de ello, pero son procesos largos. A Beitia no le han dado tiempo. En el deporte la planificación de las metas están muy ordenadas. En política, no. No le han dado tiempo.
-Los estados de ánimo son muy importantes. El deportista los siente positivos antes de competir: la sensación de vigor, la de estar perfectamente entrenado, el no tener miedo a los rivales, el saber que no se va a enfadar si las cosas no le van bien... Los psicólogos entrenamos para ello a nuestra gente. Posiblemente Ruth no sintió ese estado de ánimo óptimo, esa seguridad, ese dominio de la situación y esa confianza que siempre demostró para conseguir su extraordinario palmarés deportivo, y aparecieron los estados negativos: las dudas, el enfado, la inseguridad... Producidos por un entorno muy diferente y que se ha mostrado hostil ante su persona.
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