Los beneficiarios del ingreso mínimo vital dejarán de percibir la renta social básica

«En el mismo momento en el que la Seguridad Social reconozca el derecho de una persona a cobrar el ingreso mínimo vital, decaerá su derecho a percibir la renta social básica», explicó este martes el director general de Políticas Sociales del Ejecutivo regional, Julio Soto, que, de este modo, resuelve las dudas surgidas respecto a la posibilidad de que una misma persona pudiera beneficiarse de ambas prestaciones al mismo tiempo.

«Eso sería un sinsentido, porque, de ser eso así, imagínese, estaríamos promoviendo una política desincentivadora del empleo. No. Nosotros nunca hemos contemplado esa posibilidad», asegura Soto.

Su Consejería puede que no. Pero el Gobierno de España, sí. Al menos eso es lo que se deduce del Real Decreto-ley 20/2020 que regula el ingreso mínimo vital y que especifica que la ayuda «se configura como una prestación 'suelo' que se hace compatible con las prestaciones que las comunidades autónomas puedan conceder en concepto de rentas mínimas».

Este párrafo concreto de la ley está dando pie a pensar que el cobro simultáneo de ambas ayudas, la estatal y la autonómica, es una posibilidad no descartable. Pero al menos aquí, en Cantabria, eso no sucederá en ningún caso. El Gobierno regional se ha apresurado a aclararlo.

«El cobro del ingreso mínimo vital no será compatible con el cobro de la renta social básica», repitió tajante el director general, que, en este sentido, tranquiliza a aquellas personas que por diferentes razones no pudieran acceder a la prestación estatal. «En ese caso seguirán percibiendo la autonómica».

El trasvase de una a otra ayuda, una reconversión que se encuentra ahora en periodo de estudio, va a modificar de arriba abajo el mapa de la renta social básica, de la que hoy se benefician 5.863 personas.

«El número de demandantes se ha incrementado notablemente como consecuencia de la crisis sanitaria», admite Julio Soto, que recuerda que los beneficiarios de esta ayuda autonómica han aumentado en más de 200 en los treinta días que separan el primero de abril (5.655) y el primero de mayo (5.863).

«Hemos percibido un aumento de solicitudes provenientes sobre todo de personas relacionadas con el servicio doméstico, de trabajadores sin asegurar que si ya estaban viviendo al límite de sus posibilidades económicas, ahora que han dejado de percibir ingresos se han visto abocados a pedir ayuda», revela el director general del departamento, que está tratando de llegar al máximo número de necesitados aplicando políticas sociales menos restrictivas que otras comunidades autónomas.

«Quizá nuestra fórmula es menos ambiciosa en las cuantías, pero nos permite llegar a todos los regímenes de pobreza existentes para poder facilitarles una vida lo más digna posible», explica Soto, pendiente del camino que el Gobierno de España quiera caminar para culminar ese trasvase de ayudas.

«La Seguridad Social dispone de una relación exacta de las personas con hijos a su cargo que reciben la renta social básica y a las que nosotros seguiremos abonando esa ayuda hasta que se les reconozca de oficio el ingreso mínimo vital», explica Soto, que en lo que respecta a las personas sin hijos a su cargo beneficiarias de la prestación autonómica apunta a la probabilidad de que se produzca un trasvase de datos entre el Servicio Cántabro de Empleo y la Seguridad Social «para que se reconozca su derecho a la mayor brevedad».