Blanco exige al ministro Garzón que deje de hacer declaraciones que perjudican a los ganaderos

El titular de Consumo reflexionó hace varios días en el rotativo británico 'The Guardian' sobre las condiciones en que producen carne las macrogranjas, cuya actividad contrapuso a la de los productores tradicionales que gestionan sus explotaciones de forma extensiva (y no intensiva). Sus comentarios iban dirigidos contra las grandes empresas que producen «contaminando el suelo y el agua y luego exportan esta carne de mala calidad de estos animales maltratados» y defendían al ganadero tradicional, ejemplo de lo sostenible.

Pero el ministro está en el punto de mira de los ganaderos desde que en julio pasado lanzó una campaña para desincentivar el consumo de carne y, desde entonces, todas sus manifestaciones se miran con lupa. De ahí que el consejero cántabro se alinee hoy con el PP, Ciudadanos y Vox (que ayer pidieron el cese de Garzón, a quien acusaron de haber dicho que España exporta carne de mala calidad). En esta misma línea de indignación, Guillermo Blanco ha pedido al ministro de Agricultura Luis Planas que dé «un golpe en la mesa y salga a defender al sector».

«¿Qué habremos hecho en la España rural para merecer esto?», arranca el consejero de Desarrollo Rural delante de un cartel que defiende la 'calidad Cantabria' de la carne que se produce en la región. Blanco cuestiona de nuevo la prohibición de cazar el lobo -«que hace casi imposible el control de la especie»- y la campaña ministerial contra el consumo excesivo de productos cárnicos, contra la que el Ejecutivo regional se posicionó en su día. El cántabro ubica al ministro en un lobby «ultraanimalista» antes de censurar que estos postulados (los de defensa a ultranza de los animales) «se hayan hecho un hueco en el Gobierno de España».

A juicio de Blanco, Garzón ha deslizado en su entrevista con el periódico británico «frases nefastas para el sector primario» y «eso nos va a traer consecuencias». También critica sus opiniones sobre los problemas que provocan las vacas o la puesta en duda de las producciones que no tienen en cuenta el bienestar animal. «Hace tiempo le dije a Teresa Ribera (del Ministerio para la Transición Ecológica) que en Cantabria opinamos que antes es un ser humano que cualquier especie animal, que antes hay que proteger al ganadero y su forma de vida que al lobo». Esta misma idea le hace llegar a Garzón: «antes es un ganadero que un nefasto ministro», por «todopoderoso» que sea.

Israel Ruiz Salmón, coordinador general de Izquierda Unida en Cantabria, ha recordado la defensa de la ganadería tradicional y extensiva de Cantabria y otros territorios que viene haciendo el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y que hace en la propia entrevista para 'The Guardian' que el consejero de Desarrollo Rural «manipula para desgracia de toda la sociedad cántabra» en un vídeo que, a sus ojos, «se sitúa al nivel de los propagadores de bulos, de las cuentas fake y del más puro trumpismo».

«Tal es el apoyo del ministro a las familias ganaderas que en mitad de la pandemia ha aprobado por Decreto el paquete higiénico sanitario que facilita el consumo de cercanía, los canales cortos de comercialización y la producción de alimentos más sostenibles», ha subrayado Ruiz Salmón. «Esto lo podría haber aprobado el Gobierno de Cantabria desde 2004 que lo permite la Unión Europea y ni el presidente, Miguel Ángel Revilla, ni los distintos consejeros del ramo hasta Blanco han hecho nada».

«Además ha sido este Gobierno central en el que está Garzón el que ha prohibido la venta a pérdidas mientras la derecha del PP y Vox votaba en contra», ha señalado. Ruiz Salmón recuerda que «los enemigos» del sector ganadero y sus prácticas tradicionales son los grandes fondos que promueven las macrogranjas y «esquilman y envenenan» recursos como el agua, o las grandes distribuidoras que imponen bajos precios de los productos.