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Enrique Munárriz | josé ahumada
SANTANDER
Sábado, 7 de octubre 2017, 07:50
Eva Díaz Tezanos ofició ayer, desde las bambalinas del Gobierno, el sacrificio de Salvador Blanco y Rosa Inés García. Una ceremonia fúnebre en una desconcertante jornada política -con un desayuno informativo del que se ausentaron los dimitidos, el secretario general, Pablo Zuloaga, y con una ... tensión que se podía cortar a cuchillo en la mesas de invitados-, que arrancó con las dimisiones del consejero delegado de Sodercán y la directora de MARE para evitar la apertura de un expediente de expulsión a la vicepresidenta de Cantabria por negarse a cesarles, y que culminó con el anuncio de una nueva batalla soterrada, a partir del lunes, por los nombramientos de los dos sustitutos entre el PSOE y la número dos del bipartito.
Las dimisiones de ambos no se harán efectivas hasta que haya un sustituto para cada uno. Es una exigencia del presidente Miguel Ángel Revilla y un margen a nuevas negociaciones entre la propia Eva Díaz Tezanos, de cuya consejería dependen ambas empresas públicas, y Pablo Zuloaga que ha exigido los cambios. Así que la crisis no se cierra sino que entra en una nueva fase.
El guión de la jornada arrancó, como adelantó este periódico, con las razones de Blanco y García para renunciar a sus respectivos puestos, en palabras de los cuestionados altos cargos, para acabar «con las amenazas, el acoso y las presión» del PSOE hacia su jefa. Un sacrificio «personal y familiar» que hacen con el objetivo de poner fin a las «frivolidades político-partidistas» y a las «venganzas de los mediocres, las de aquellos que esperan siempre los triunfos contra los suyos».
Desde Vicepresidencia llevaban varias semanas meditando la estrategia ante el «acoso» -según García- al que la dirección regional estaba sometiendo a Díaz Tezanos, pero la decisión de su marcha no se tomó hasta el viernes por la mañana en una reunión con su equipo más cercano. La mayoría de sus colaboradores no quería que se expusiera a la apertura del expediente de expulsión, ya que inhabilitaría a la exlíder socialista en un futuro para presentarse a la primarias que se celebrarán el año que viene para ser candidata a la Presidencia de Cantabria. Conscientes de que el ultimátum del PSOE acababa ayer, decidieron aceptar el cese de los responsables de Sodercán y MARE, que habían puesto su renuncia sobre la mesa desde hace semanas.
Blanco lo explicó en una comparencia de manera muy explícita: «Me voy por razones personales y familiares, pero también porque creo que contribuyo a resolver la indeseada situación en la que se ha visto inmersa la vicepresidenta. En ningún momento quiero convertirme en un obstáculo que impida que ella pueda seguir llevando a cabo su intenso trabajo en pro de un proyecto político en busca de un futuro para esta región y sus habitantes».
Fue una defensa a ultranza de la persona que le había nombrado y que, como reconoció, le había vuelto a dar la oportunidad después de la campaña de desprestigio del PP en la pasada legislatura. Después de innumerables elogios a la figura de Díaz Tezanos, el responsable de Sodercán confió en que «con mi gesto cesen interesadas interferencias, el ruido con el que alguno pretende esconder sus incapacidades y enmascarar inconfesables objetivos, y pueda terminar el excelente trabajo iniciado en mayo de 2015 y que tendrá su reconocimiento en 2019». Una tesis que refrendó al asegurar que la vicepresidenta «no se merece tanto gesto mezquino» y que espera que, a partir de ahora, «cesen las tensiones y la negatividad de algunos debates internos en el PSOE». Era una forma de referirse a «amenazas, unas veces veladas y otras directas, a una dirigente sin mácula».
A la misma hora, pero en otro lugar, en una acción organizada al milímetro por el equipo de la vicepresidenta, Rosa Inés García sacó toda la artillería: «Mi responsabilidad tampoco puedo separarla de mi condición de ser mujer comprometida políticamente. Como mujer tengo que decir que me indigna el acoso brutal, políticamente hablando, que está sufriendo la vicepresidenta. No por su gestión política, sino por intereses partidistas que me atrevo a considerar poco ejemplares».
García, que llevaba semanas deseando pronunciarse sobre su petición de cese, fue dura, arremetió contra la nueva dirección sin pelos en la lengua y cargó las tintas contra «la venganza de los mediocres»: «Con solo cinco palabras, Pablo Zuloaga podría cerrar esta crisis: pedir su cese al presidente. Ella, como siempre, habría estado a disposición del partido. La apreciación pública y la que tengo es un acoso permanente a la vicepresidenta, y digo por ser mujer porque ante el mismo hecho y la misma causa, a un hombre se le pide el cese, y a una mujer, la expulsión. Yo, como mujer, me siento afectada por esa desigualdad; no la entiendo y me parece insostenible desde el Partido Socialista».
La marcha de Blanco y García es la victoria de una batalla para los de Zuloaga, pero no la guerra. Ahora le toca mover ficha al secretario general y a su dirección. Díaz Tezanos aceptará su dimisión pero no hay una fecha exacta para que dejen sus cargos. El presidente regional, Miguel Ángel Revilla, ya ha avisado por activa y por pasiva de que no quiere «vacíos de poder» y no va a consentir su salida sin nombrar un relevo, lo que todavía puede alargar su estancia durante semanas. Y es que la crisis lejos de cerrarse abrirá el lunes una nueva etapa por los nombramientos. Díaz Tezanos mandó el jueves a Bonifaz, cuartel general del PSOE, un informe de los servicios jurídicos del Gobierno en el que recordaba a la dirección del partido que la ley está de su parte y que sólo ella puede nombrar a su equipo. No está dispuesta a asumir la responsabilidad de tener altos cargos en los que no confía y, de lo contrario, le dirá a Zuloaga que pida su cese al presidente. De este modo, ella no sólo ha puesto su cargo a disposición del partido, sino que evita la sombra de «atrincheramiento» que, según su equipo, desde la dirección regional tratan de «impregnarle».
La dirección del PSOE de Cantabria ha convocado a la vicepresidenta regional, Eva Díaz Tezanos, a una reunión que, previsiblemente, se celebrará el lunes por la tarde, para elegir a los sustitutos de Salvador Blanco y Rosa Inés García, cuya elección asegura que «es responsabilidad» del partido en cumplimiento del pacto de Gobierno suscrito con el PRC.
La dirección del PSOE da por hecho en el comunicado que Díaz Tezanos va a aceptar esas dimisiones e insiste, como ya hizo un día antes, en que «no va a contribuir a un debate público en los medios de comunicación que perjudica y daña gravemente la imagen de la organización». «La Comisión Ejecutiva Regional considera que solo en base al diálogo sosegado e interno se conseguirá poner fin a esta situación que se desea zanjar de manera interna, definitiva y a la mayor prontitud posible», indicó.
El partido que dirige Pablo Zuloaga abogó por el «diálogo» y la «búsqueda de acuerdo» con la exsecretaria general del PSOE para elegir a los nuevos responsables de las empresas públicas. «Los ceses y nombramientos en el Gobierno de Cantabria y, de acuerdo al pacto de gobierno que firmó Eva Díaz Tezanos son responsabilidad de los partidos firmantes», reiteraron.
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