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Cantabria tendrá el año que viene Presupuestos en tiempo y forma. María José Sáenz de Buruaga se ha garantizado el apoyo suficiente para el proyecto de ley más importante de cada año, el que sirve para repartir el dinero que ingresa la comunidad autónoma y ... determina de dónde y cómo se recauda. Habrá que ver cómo quedan las Cuentas tras el trámite de enmiendas parciales que comienza a partir de este jueves y concluirá a finales de diciembre, pero lo que se ha garantizado hoy el Ejecutivo es que el Parlamento no devolverá el documento para que su redacción en Peña Herbosa tenga que empezar de cero.
Como estaba anunciado, el PP logró el apoyo del PRC para tumbar las enmiendas a la totalidad de socialistas y Vox. Con el resultado de la votación resuelto antes de que sus señorías levantaran las manos gracias al acuerdo entre Buruaga y Revilla –que da continuidad al acuerdo que propició en julio la investidura de la presidenta– y con la letra pequeña de los Presupuestos explicada ya una y otra vez tanto en las ruedas de prensa de los consejeros como en sus comparecencias ante la Comisión de Economía, el escenario previsible era que los partidos se centraran más en fijar su relato, que en los números. Y eso pasó.
Los populares volvieron a insistir en la idea de que PSOE y Vox están instalados en el 'no' permanente y que se han confabulado para crear una pinza contra el Gobierno. Que si ellos y los de Revilla forman el bloque de gobierno, las otras dos formaciones con representación forman el bloque de la oposición. Por su parte, los socialistas subrayaron que estas Cuentas atentan contra los servicios públicos por culpa de una rebaja fiscal que beneficia más a los que más tienen, los regionalistas defendieron que ellos son la opción responsable que permite dar continuidad a las actuaciones en marcha desde la legislatura anterior y apoya a Buruaga a condición de que no haya recortes y en Vox denunciaron que lo que hoy se ha encauzado es un Presupuesto «de izquierdas» que no pone fin al gasto superfluo y al clientelismo heredado del bipartito.
«Se les ha ofrecido hablar, pero han preferido autoexcluirse. Los dos extremos ideológicos de este Parlamento se unen una vez más», lamentaba el portavoz del PP, Juan José Alonso en referencia a PSOE y Vox, a los que acusaba de tener decidido que presentarían una enmienda a la totalidad desde que votaron «juntos» contra la investidura. Para el líder socialista, Pablo Zuloaga, no hace falta ser muy hábil para comprobar que las políticas que ellos defienden no tienen nada que ver con las que defiende Vox. Puso varios ejemplos. En igualdad, en derechos sociales, en política fiscal... Porque aunque las dos cosas que sí ponen de acuerdo a ambos partidos es el rechazo a la rebaja de impuestos del PP, su negativa al modelo impositivo de Buruaga es por motivos distintos. De hecho, por motivos completamente opuestos.
Si en algo está de acuerdo Leticia Díaz con Zuloaga es, precisamente, en que no están de acuerdo. En Vox consideran que existe una falta de ambición en la reducción de impuestos que ha impulsado el PP –con acuerdo del PRC, que durante el proceso de diálogo matizó en parte la propuesta inicial–. También creen que este Presupuesto sirve para dar continuidad a políticas que «mantienen un claro sesgo de izquierdas». «Llegaron con la promesa de abrir una nueva etapa en laregión, pero son más de lo mismo. Se mantiene el clientelismo político del PRC y siguen las grandes obras faraónicas sin un análisis crítico de oportunidad», insistió la portavoz de la formación de Santiago Abascal.
Con matices, los cuatro grupos coinciden en que los Presupuestos que este miércoles han pasado el primer trámite son en gran medida continuistas. Y coinciden en unos casos para bien y en otros para mal. Y también coinciden en que la gran novedad es la reforma fiscal. Como recordó el consejero de Economía, Luis Ángel Agüeros, bajan todos los impuestos de competencia autonómica. Según sus cálculos, esta medida aumentará en 370 millones la renta disponible de los cántabros en los próximos cuatro años. Un dinero que inicialmente se dejará de recaudar para que esté en el bolsillo de los ciudadanos y en la inversión de las empresas, pero que volverá más tarde a las arcas públicas por el impacto positivo que tendrá en la creación de empleo y actividad económica.
Esa idea de recaudar más bajando impuestos reduciendo al mismo tiempo la deuda –Agüeros dejó abierta la puerta a aceptar la condonación de 600 millones de euros que le tocaría a Cantabria si se aplica la quita pactada entre Sánchez y Esquerra– que no compra el PSOE y que Revilla tampoco compraba la pasada legislatura. Zuloaga ya adelanta que el verdadero golpe a las finanzas públicas llegará en 2026, cuando Cantabria dispondrá de 200 millones menos que en estas cuentas:más de 100 millones por el fin del Plan de Recuperación de los fondos europeos y unos 90 millones por la caída de la recaudación, que por los mecanismos de liquidación de recaudación se nota en los ingresos dos años después de su entrada en vigor. «Somos contrarios a consolidar gasto estructural con ingresos coyunturales», sumaba Vox. En ese análisis también coinciden Zuloaga y Díaz, aunque dan soluciones contrarios. Vox recordar sueldos y empresas públicas y PSOE no bajar impuestos, al menos a las rentas altas.
Era previsible el resultado de la votación, era previsible que todas las formaciones interpretaran la película acorde a sus intereses y también era previsible que lo que estaba pasando al mismo tiempo en el Congreso de los Diputados de Madrid se colara en el debate presupuestario cántabro. Se habló de la investidura, de la ley de amnistía y de los pactos con los independentistas, pero al contrario de lo que ocurre con mucha frecuencia en la Cámara autonómica, de manera colateral. Vox fue quien alzó más fuerte la voz y Zuloaga lamentó que la derecha no aprovechara sus intervenciones para denunciar los actos violentos contra periodistas y sus sedes durante las manifestaciones, una intervención que la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta, cortó por no atenerse al contenido del debate.
El PRC sigue haciendo equilibrios para mostrarse a la vez como oposición al Gobierno y su principal apoyo para sacar adelante la legislatura. Ayer respaldó al PP para evitar la devolución de las Cuentas y a la vez se esforzó por destacar las cosas que no le gustan. Y, sobre todo, por subrayar que gran parte de las bondades del texto se deben a las aportaciones regionalistas y a que es un documento «continuista» respecto a la etapa del bipartito. «No son los Presupuestos del cambio. Algunos cambios sí que tienen, pero pocos. No son ni los Presupuestos catastróficos de la ruina total que nos ha pintado Vox, ni un arcoíris multicolor de felicidad como dice el consejero», ironizó el portavoz regionalista, Pedro Hernando, que valoró que ese continuismo que muchos critican no es malo:«Al revés. Es bueno que los grandes proyectos y los que pueden ser tractores de la economía del futuro (se refería a La Pasiega, el Mupac y la protonterapia) sigan adelante». Ante los temores del PSOE, el PRC garantizó que mientras ellos tengan capacidad de influencia no habrá recortes en los servicios públicos que han llevado a la comunidad a ser la cuarta con mejor calidad de vida de España.
Como es lógico, el PSOE lleva dos semanas destacando aquellas partidas del Presupuesto para 2024 que considera más nocivas para Cantabria y defendiendo que muchos de los proyectos que seguirán en marcha y que van en la buena dirección son fruto de la gestión del Gobierno anterior. Ayer, Pablo Zuloaga tocó varios palos, pero se centró en lo que considera un claro incumplimiento de la reciente Ley de Ciencia de la región, que fija un mínimo de inversión pública. «El Presupuesto del PP prevé más dinero para toros que para transferencia del conocimiento», señaló el socialista, que considera que las Cuentas, en materia de Universidades, tienen una subida insuficiente porque deja al margen a los investigadores. Además, el portavoz señaló que el Presupuesto es«injusto y claramente insolvente» porque hay insuficiencias para la sanidad y la educación pública de 68 millones de euros, como reconoció Agüeros. No cumple, a juicio del PSOE, la Ley de Ciencia, pero tampoco la de Cooperación o Memoria Histórica. También lamenta que promueva la mutilación de normas fundamentales como la ley del Suelo, «dando la posibilidad de construir en suelo rústico».
El PP acusó a Vox de aliarse con el PSOE contra Cantabria y Vox respondió al PP que quienes se alían con los socialistas son ellos al votar en contra –ha ocurrido en distintos momentos en lo que va de legislatura– de iniciativas como el 'pin parental' u otras políticas ideológicas. «Prometieron abrir una nueva etapa, pero son más de lo mismo», reprochó a Buruaga la portavoz de Vox, Leticia Díaz, que lamentó que la presidenta siga instalada en el cordón sanitario a su formación y que el Gobierno regional se mantenga firme en los errores heredados del bipartito.
Además de denunciar que el PP incumple su promesa de deflactar el IRPF y no ataja «una presión fiscal que es insoportable», lo que en Vox consideran más grave es que el Ejecutivo haya renunciado a controlar el gasto en personal y gasto corriente. «Si el Presupuesto sube un 1,1% y los sueldos suben 8 veces más solo puede ser porque el Presupuesto se incrementa a base de otros capítulos, un dinero que era fundamental para incentivar la economía». De su análisis se extrae que las Cuentas elevan el dinero destinado a sindicatos y no servirán para apoyar a familias y al medio rural, dos de los focos de atención habituales de Vox.
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