Buruaga anuncia que Cantabria ya tiene el aval para construir viviendas unifamiliares en suelo rústico

Con ello anunciaba el acuerdo logrado a mediados de esta semana en la Comisión Bilateral de Cooperación entre el Estado y la Comunidad Autónoma para dar por resueltas las discrepancias sobre la reciente modificación de la Ley del Suelo en la región, que se habían alargado durante meses desde que la nueva norma entrase en vigor el pasado 1 de enero. «El régimen de construcción de la vivienda unifamiliar aislada en suelo rústico está ya fuera de discusión ya ha sido avalada por el Gobierno Central», celebró Buruaga. «El camino hacia la seguridad jurídica está despejado», agregó mientras, a lo lejos, grupos de manifestantes protestaban «por una Cantabria mejor, por la protección del entorno natural y rural, y por el cambio del modelo turístico».

Con este logro Buruaga da carpetazo con éxito a una promesa que realizó ya la pasada legislatura y que repitió en la campaña electoral. El texto generó en un inicio al Estado serias dudas sobre su constitucionalidad. Así lo expuso el Ministerio de Política Territorial, encargado de negociar con las comunidades autónomas, pero, finalmente, la balanza se ha decantado hacia Cantabria y ya no hay duda sobre la norma.

Fue lo más sustancial de lo dicho esta mañana por la presidenta regional en el Parque de La Robleda junto a la Casa de Juntas de Puente San Miguel, donde acudieron representantes de todos los signos políticos; incluida la plana mayor de la oposición y la presidenta del Parlamento, María José González Revuelta; alcaldes de toda la región y la delegada del Gobierno, Eugenia Gómez de Diego. También acudió el presidente de honor de la Casa de Cantabria en Sevilla, Serafín Fernández Vallejo, en representación de las 26 Casas de Cantabria que se encuentran repartidas por el mundo y que se suman este año a la lista de Merinos Mayores que comenzaron en 2016 con Manuel Bartolomé y siguió con Saturnino Hoyos, la Sociedad Cántabra de Escritores, Nando Agüeros, Dolores Gorostiaga, ADIC –con la representación de Marín Sánchez– y Javier Castillo 'Poty'. Todos pertenecen al selecto colectivo de los distinguidos con este distintivo que reconoce a personas o colectivos que destancan en la difusión y la defensa de la cultura y las tradiciones de Cantabria.

La jornada sirvió, un año más, para hacer gala de identidad regional en un día para celebrar el nacimiento en 1778 de la provincia de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana, el germen de la actual comunidad autónoma, en esa misma Casa de Juntas. Precisamente a los fundadores les dedicó unas palabras la presidenta regional. «Ellos estarían orgullosos del nivel de autogobierno que hemos alcanzado manteniendo la legalidad y la unidad con el proyecto de una España común». Y aquí lanzó el dardo a Moncloa. «Como creo que estarían ciertamente preocupados ante la posibilidad de que ese proyecto pierda el valor de la reciprocidad, la igualdad y la solidaridad común por las concesiones a quienes pretenden desvirtuarlo», aclaró en relación a las exigencias que en materia de financiación autonómica formulan los socios catalanes a Pedro Sánchez. La presidenta regional lanzó una advertencia: «Cantabria no puede perder ni un euro y el Estado debe garantizar la garantía de acceso a los servicios públicos, en función del coste efectivo de los mismos». «Los cántabros no pueden pretender ser más que nadie, pero tampoco menos que nadie».

Sin tiempo de réplica

No tuvo tiempo de réplica la delegada del Gobierno, que por orden de protocolo había intervenido minutos antes para alabar la inversión que el Estado ha realizado en el último año en la comunidad. Dinero que ha llegado para poner en marcha proyectos de infraestructuras fundamentales. «Solo la renovación integral de la red de Cercanías, la conexión de la Alta velocidad con Madrid, la ampliación de la autovía que une Santander y Torrelavega y la mejora del Desfiladero de la Hermida ha supuesto un desembolso de tres mil millones de euros», destacó, entre otras inversiones. «El compromiso con Cantarbia es evidente. Supone un compromiso de país porque todas estas inversiones impulsan el dinamismo económico y empresarial de nuestra región», enfatizó.

Más crítico se mostró Serafín Fernández Vallejo, que aprovechó su intervención como representante de las Casas de Cantabria para solicitar más atención por parte de las instituciones. «Ni más, ni menos que la que merecemos», exclamó. No tuvo pelos en la lengua: «Es muy lastimoso que por un lado se jacten de todo lo que hacemos, y que por otro lado pasen completamente de nosotros», protestó frente a los representantes del Parlamento regional. «No nos sentimos correspondidos por las instituciones cántabras y es algo que tiene que cambiar», añadió justo después de la bienvenida que ofició el alcalde de Reocín y expresidente de la Federación de Municipios de Cantabria, Pablo Diestro.

Fue él quien recordó el hito logrado en la Casa de Juntas de Puente San Miguel, quien elogió el alto valor histórico de aquel 28 de julio de 1978 y quien invitó a todos a «sentirse orgullosos de ser cántabros». Por eso lo dijo alto y claro:«Hoy es un día de fiesta y por eso tendría todo el sentido del mundo que esta jornada fuera oficialmente festiva», proclamó para despertar un apoyo unánime del público con un mar de aplausos. Una celebración que da carpetazo al curso político –aunque la actividad en la calle Alta cesó hace ya semanas–, y que supone la segunda vez para la presidenta Buruaga después de que el pasado año acudiera a la cita apenas unos días después de haber formado Gobierno.